¡¡Hola a todos!! En esta entrada os quiero hablar de mi experiencia en el Siam Park, el mejor parque acuático de toda Europa.
Un día un poco nublado
Durante nuestra estancia SICUE en Tenerife no podía faltar una escapa a este fantástico parque acuático. Fuimos en noviembre, quizás no elegimos la mejor fecha del año, pero igualmente lo pasamos genial. Nos pilló un día con nubes, así que cuando no estábamos en las atracciones y estábamos empapados pasábamos mucho frío.
Por lo visto el parque está abierto todo el año porque al estar situado en el sur de la isla hace buen tiempo todo el año (unos días más que otros). Cuando fuimos nos dijeron que el día anterior, que estuvo lloviendo, no había casi nadie, pero que aún así siguen abiertos. Era el día que nosotros fuimos y había bastante gente, no quiero imaginar en verano las colas infinitas que se deben formar. Realmente el día que fuimos fue perfecto porque no teníamos que esperar nada de colas para las atracciones, se ahorra mucho tiempo así.
Las atracciones
Las atracciones me encantaron, me monté en todas, excepto en una, en el gran tobogán que aparece en todos los carteles de publicidad del parque, es el tobogán más alto de Europa, era practicamente una caída libre y no me inspiraba mucho, pero el resto de atracciones eran alucinantes, me encantaron, en practicamente todas te montas en flotadores, no te montas suelto sin nada, solo en el tobogán que he dicho antes. Son súper divertidas y casi siempre te tienes que montar en pareja o grupo, además hay mil para elegir.
Esta era muy tranquilita, se trataba simplemente de un paseo por el que te llevaba la corriente poco a poco y llegabas a este túnel donde podía ver peces a través de los cristales, un espectáculo.
Antes de irnos, nos paramos en la parte de los niños, pero no nos dejaban montarnos en nada, pero había un cubo gigante en lo alto que se iba llenando poco a poco y cuando se llenaba del todo volcaba y te caía encima, fue muy divertido, nos quedamos abajo esperando hasta que nos cayó.
Lo recomiendo al cien por cien, si estás en Tenerife es una escapada que no puede faltar.
Para los residentes es mucho más barato que para los que no, la mitad de precio. Una vez dentro hay casilleros que pagas a parte para poder dejar todo los objetos personales y también hay vestuarios donde poder cambiarte el bañador mojado a la salida. Aunque había sitios para comer, eran muy caros así que llevamos nuestra propia comida, que se supone que no se puede pero no nos revisaron las mochilas al entrar.
