Monasterio de los Jerónimos

Cada vez que entro dentro de un edificio antiguo y colosal me pregunto cómo llegó a ser construido. ¿Cómo pudo llegar el ser humano a construir semejantes proezas sin la tecnología?

Es exactamente esto mismo lo que se me pasó por la cabeza cuando visité el Monasterio de los Jerónimos en Belém, Lisboa. No solo por su magnitud y por su antigüedad, sino más bien por la cantidad infinita de detalles y motivos que la decoran. Cada columna es distinta de la siguiente, de hecho si pasas tiempo observándolas acabarás encontrando formas y figuras misteriosas como conchas, animales o símbolos.

¡Me parece increíble! Los detalles están tallados sobre una piedra amarillenta que le da un efecto espectacular cuando el sol se cuela y genera un efecto maravilloso para tomar fotos y que te falten las palabras.

Historia

Además de su belleza, el monasterio cuenta con una historia muy rica. Su construcción comenzó en el siglo XV bajo las órdenes del rey Manuel I en honor a la nación portuguesa y la familia real. Desde aquel entonces se han enterrado un gran número de figuras importantes del país o al menos se les ha construido un tributo en ella.

El monasterio estuvo habitado por monjes de la orden de San Jerónimo hasta el siglo XIX cuando se prohibieron todas las órdenes religiosas del país.

Hoy en día se considera un patrimonio nacional y mundial por la Unesco y tiene el estatus de panteón para honrar a los héroes de la nación. También es uno de los lugares más visitados de Portugal.

Como llegar

Al ser tan famoso es importante que vayas pronto a visitarlo si no quieres hacer una cola considerable. Hay que pagar una entrada que sale más económica si la compras junto con la entrada para la Torre de Belém (la tarifa para estudiantes es bastante razonable: 6 €).

Si te alojas en el centro de Lisboa, el mejor lugar para alojarte mientras visitas la ciudad, tendrás que coger transporte público para llegar al monasterio. El monasterio se encuentra en Belém, un barrio a las afueras de la ciudad, por eso la mejor manera de ir es en tren por dos euros. Puedes coger el tren en la estación Cais do Sodré y llegaras en máximo 30 minutos.

A pesar de que pueda llegar a ser algo caro, no dudes en ir a Belém. Además del monasterio puedes visitar la Torre de Belém, comer los famosos pasteles de Belém y visitar una multitud de museos.