Torre de Belém

La Torre de Belém quizás sea el monumento más famoso e importante de Portugal. Antiguamente era un puesto de defensa diseñado para defender el río Tajo, pero también se percibe como un símbolo que representa la nación portuguesa al recordar la época de las grandes navegaciones de los siglos XV y XVI.

Cuando visitas el lugar tienes la oportunidad de ser testigo de toda esta historia desde lo alto de la torre mientras ves cómo el río Tajo se echa a la mar. Además, dentro de sus estancias encontrarás los escudos de la familia real portuguesa grabados en las paredes.

La torre cuenta con tres pisos y cada uno de ellos recibe el nombre de una figura importante del reino de Portugal: el Rey, el gobernador y la audiencia.

La torres se sitúa en la playa del barrio de Belém, pero se dice que en el pasado estaba completamente rodeada de agua y que la única forma de llegar a ella era en barca. Me alegro de que hoy en día sea más accesible, aunque subir sus escaleras sea todavía algo complicado.

Consejos y expectativas

A causa de su fama y de su historia, me esperaba un edificio bastante más grande de lo es en realidad. Tampoco pensaba que iba a haber tantos turistas. De hecho, si no compras entrada con antelación, tendrás que hacer una gran cola. Mi consejo es que vayas pronto por la mañana y compres entradas tanto para el Monasterio de los Jerónimos como para la torre (6 € por estudiante).