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Torre de Belém


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Un lugar sorprendente junto al Tajo

Publicado por flag-es Daniel .. — hace 9 años

Un lugar sorprendente junto al Tajo

Dejamos el norte de Portugal, para volver a Lisboa a descubrir varias joyas que aún no han sido explicadas. De Lisboa ya hablé del Monumento a los Descubrimientos y del Monasterio de los Jerónimos, ambos del barrio de Belém pero aún existe otra joya monumental en este barrio, esta es la Torre de Belém.

La Torre de Belém es junto al Monasterio de los Jerónimos, una de las Maravillas de Portugal. Ya llevamos pues, aparte del Monasterio y de la Torre, es maravilla el castillo y muralla de Óbidos, el castillo de Guimarães, el Monasterio de Batalha, quedándonos dos lugares, el Monasterio de Alcobaça y el Palacio da Pena (o de la Peña) de la que ya hablaremos en dos futuros artículos.

Cómo llegar

Un lugar sorprendente junto al Tajo

Posiblemente me repita, pero al estar a 200 o 300 metros del Monasterio de los Jerónimos, los medios de transporte vienen a ser los mismos.

Es decir, el lugar no alcanza el metro por lo que deberemos ir en autobús o en tranvía, el tranvía normalmente se encuentra lleno por lo que ya en el artículo anterior dije como recomendación que cojáis el autobús aunque entiendo que ir en tranvía es una de las cosas que siempre recomiendas los libros de viaje.

También se puede llegar en urbano (el equivalente a nuestro tren de cercanías) e incluso caminando, aunque esta opción reservada a gente que ya ha visto bastante Lisboa o simplemente le apetezca caminar bastante ya que se encuentra a 7 km del centro de Lisboa.

Un poco de historia...

Un lugar sorprendente junto al Tajo

Ya hemos repasado unos cuantos castillos con la llamda torre del homenaje o torreón, esta forma de defensa tuvo su sentido en la edad media pero posteriormente vinieron nuevos tiempo y con ello, nuevas formas mejores de defensa.

Defender la capital de Portugal, Lisboa era un asunto básico de cualquier incursión extranjera. Aunque Lisboa no se encuentra en el mar, si que se encuentra cerca, en la desembocadura del Tajo por ello se establecieron una serie de defensas por toda al desembocadura.

Y aquí entra la Torre de Belém, en 1514 se inicia la construcción por el arquitecto Francisco de Arruda, y posteriormente seguida por el arquitecto Diego Boitaca que también intervino en el Monasterio de los Jerónimos. En 1520, acabarían sus obras siendo el primer alcaide Gaspar de Paiva. De su estilo, es claramente manuelino, arte del gótico tardío con influencias árabes y orientales y que se puede apreciar también en el Monasterio de los Jerónimos.

En el propio siglo XVI, las técnicas de defensa cambiarían rápidamente, hay que entender que es el siglo de los Descubrimientos y del Renacimiento. Por ello, pronto la Torre de Belém deja de tener un sentido defensivo y en los siglos siguientes tendrá otros usos.

El lugar fue utilizado como registro aduanero, y mucho más tarde como puesto de señalización del telégrafo y como faro. En sus sótanos, fueron utilizados como mazmorra, en tiempo de Felipe II (el mismo rey que en España) o de João IV o Juan IV, el cual, encerró a un obispo de Braga por ser leal a España.

En el siglo XVIII, tuvo ciertas reformas en el baluarte y en ciertas salas del interior de la torre. En 1983, la Unesco la declaró Patrimonio de la HUmanidad y ya en 2007 entró en la clasificación de las Siete Maravillas de Portugal.

La Torre de Belém

Un lugar sorprendente junto al Tajo

La Torre de Belém, cuesta 6 euros aunque si llevas el carné joven o el de estudiante tienes un descuento del 50% y se queda en 3 euros. Existen entradas combinadas pero si uno usa el carné joven o el de estudiante, no vale la pena.

En cuanto a su horario es de 10.00 horas hasta las 17.30 horas en invierno y ya en verano se amplia a las 18.30 horas. El lugar se encuentra cerrado los lunes, el día de Año Nuevo, el Domingo de Pascua, 1 de Mayo y el 25 de diciembre.

La Torre de Belém es de esos lugares que uno debe visitar sí o sí ya que es algo realmente bello y único, normalmente si uno va en viaje organizado casi siempre lo encontrará en el recorrido.

La visita se encuentra dividida en dos partes, la propia Torre de Belém y la zona del baluarte. En primer lugar, se nos indicará que visitemos esta parte, de la zona del baluarte se encuentran varios cañones de la época y se puede salir a su exterior donde se encuentra hechas la mayoría de fotografías de este artículo.

Como amante del mar, las vistas son excelentes pese a que sea la desembocadura del río Tajo y no propiamente el mar. Se ven unas vistas fantásticas tanto del río, como de la Avenida de Brasil. Además se puede apreciar el Monumento a los Descubrimientos y el puente 25 de Abril que es una replica del Puente de San Francisco.

Por esta razón, en el artículo del Monumento de los Descubrimientos recomendé que si se iba a visitar la Torre de Belém, uno puede pasar del Monumento ya que lo mejor de ese lugar son las vistas y aunque la Torre de Belém no sea tan alta, las vistas son igual de preciosas.

De la parte del baluarte, se puede también ir a una especie de sótano donde antiguamente fue una cárcel política como ya expliqué en la sección anterior. Y ya nos dirigiremos a la propia Torre de Belém.

Un lugar sorprendente junto al Tajo

Una de las cosas que me gustaron de la Torre de los Clérigos es que era lo suficientemente ancha para dos personas, es decir, unas suben y otras bajan pero en la Torre de Belém no pasa lo mismo. Solo hay hueco para una persona, esto hace que en cada piso que visitemos haya una especie de semáforo con tiempo que nos indicará cuando podemos subir y bajar, es un incordio porque uno debe estar pendiente del relojito, normalmente es cada minuto los cambios, además de medio minuto de más.

La Torre se encuentra dividida en cinco pisos, básicamente encontraremos en cada piso, un bonito mirador, si mi memoria no me falla había algún mobiliario pero nada destacable. Lo más bonito serán los pequeños detalles del estilo manuelino que encontremos en cada piso y el perfecto mirador que es la propia Torre de Belém.

En sí mismo, es la propia arquitectura de la Torre más que en su interior. Luego, cuando estemos en la terraza de la torre, en el piso más alto, veremos perfectamente todos los alrededores y es que si sale un día tan soleado como el que me salió, las fotografías quedan muy bonitas.

Y con esto se acaba mi visita a la Torre de Belém, el último semáforo tardará un poco más pero una vez entremos iremos directamente hasta la entrada donde podremos observa la Torre de Belém una vez más.

El lugar aunque sea una desembocadura, actua como estuario, es decir, un lugar que el mar ha conseguido a costa del río por lo que hay olas que golpean a la Torre de Belém y por ello, también a la cola. Por eso, si hace cola y ve un lugar mojado, no se acerque si no quiere que la cámara o el móvil sigan vivos.

En conclusión, vale la pena visitar la Torre de Belém, es un lugar verdaderamente mágico y difícil de encontrar su semejante ya que faros o aduanas que se conservan son bastante diferentes a la Torre de Belém, además de su estilo manuelino único. Por supuesto, que recomiendo su visita que es obligatoria para todo aquel que visite Lisboa y sobre todo, el barrio de Belém.

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