La siguiente publicación va a ser un poco diferente a las que suelo escribir, principalmente porque les voy a platicar de un lugar sombrío y melancólico, que es difícil de describir textualmente, hace falta apoyarse de imágenes, muchas imágenes para apoyar la descripción.
Un poco de historia.
Como muchos sabrán, la segunda guerra mundial fue un parteaguas en la historia de no solo un país tan poderoso actualmente como lo es Alemania, sino en el de toda humanidad, el repudio que se dio a los judíos por parte del partido nazi aún carcome su espíritu. Cuando Hitler llego al poder, creo una propaganda publicitaria de discriminación hacia los judíos, poco a poco los fueron separando de los pobladores, se les consideraba una raza sucia e inclusive hasta como animales, se les quitaban sus propiedades, sus pertenencias, y los mandaban a vivir acinados en guetos con malas condiciones.
Por el año de 1940, los nazis comenzaron a construir edificaciones especialmente para el exterminio de los judíos, y se empezaron a idear formas para acabar con ellos de la manera más económica posible, las balas eran caras y matar a miles de judíos implicaba usar miles de balas, necesitaban una manera más ordenada y sistemática para deshacerse de ellos de una vez por todas. Es en ese momento en donde surgen los campos de concentración y exterminio, auténticas prisiones donde conglomeraban principalmente a judíos, algunos prisioneros de guerra, disidentes del régimen, etcétera. Los hacían trabajar con la esperanza de que podían ser libres “Arbeit match frei” (frase en el ingreso que traducida al español sería “el trabajo libera”) y los mataban si no tenían las suficientes fuerzas para trabajar o estaban enfermos.
El campo de concentración de Auschwitz, fue el mayor centro de exterminio de todos, y donde se calcula que murieron más de un millón de personas.
De tour.
Yo no tenía mucha idea de cómo llegar al campo de concentración por cuenta propia, me parece que no hay un transporte público que exclusivamente te lleve al lugar, por lo que yo contraté un tour en el hostal para que me llevaran y me dieran un recorrido guiado por el lugar, si encuentran una manera de ir por su cuenta, probablemente lo recomendaría más, siempre y cuando se hayan documentado bastante del lugar, porque de tour tienes siempre la presión de ir bajo un tiempo y no te permiten recorrer completo el lugar.
Sus principales características.
El complejo se subdividía en tres campos principales, Auschwitz I, Auschwitz II (Birkenau) y Auschwitz III (Buna-Monowitz), el primero era más como un centro administrativo del lugar, en inicios era donde se tenía a los prisioneros hasta que se construyó Birkenau específicamente con el fin de exterminio, con especies de establos en donde había literas contiguas y donde trataban de meter a la mayor cantidad de personas posibles. Auschwitz III fue usado como campo de trabajo esclavo para la empresa IG Farben, empresa responsable de la producción del gas responsable de tantas muertes: Zyklon B.
Cuando vas entrando al primer campo inmediatamente ves una doble hilera de cercas con púas, y torres de vigilancia por todo el perímetro, el escaparse del campo era una osadía heroica, parecía imposible escaparse de tan custodiada prisión.
Ya adentro del lugar hay un conjunto de edificios de tabique dispuestos ordenadamente, áreas vedes y algunos andadores, no da la impresión de haber servido como campo de concentración hace casi ochenta años atrás, solo el sepulcral silencio y la pesadez del ambiente te sirven como testimonio.
En el recorrido te meten a diferentes edificios que sirve ahora como museos, fotografías de judíos entrando en el lugar están expuestas en algunas de las paredes, pero son las salas de las pertenencias las que te hacen un nudo en la garganta.
Los judíos empacaban sus pertenencias con la esperanza de poder usarlas, desde el momento de su llegada, se les despojaba de todo, joyas, maletas, ropa, tazas, ropa, su cabello e inclusive de sus prótesis.
Una montaña de zapatos te da una vaga idea la cantidad de personas que llegaron al lugar, les intercambiaban los que tuvieran por zapatos viejos, desgastados, rotos y no importaba si no fuera de la talla.
Les cambiaban sus prendas por un “uniforme” rayado, la tortura comenzaba a ser psicológica, los prisioneros no sabían que les deparaba, que había ocurrido con sus familiares y que iba a pasar con sus cosas, dejaban de ser los reconocidos médicos para convertirse en una percha de arapos, a los nazis no les importaba edad, género o condiciones socioeconómicas, los judíos no eran para ellos más que animales que crecían como la peste.
En algunos puntos del campo, postes servían para dejar colgados los cuerpos de personas que no habían acatado las reglas, era una muestra y amenaza para el resto de los prisioneros.
En el segundo campo los rieles del tren llegan al centro y parte en dos el campo, de un lado era donde llevaban a las mujeres, del otro en donde llevaban a los hombres.
Es posible hacerse a la idea de la realidad del lugar y agonía de los prisioneros, pero creo era aun peor de lo que pudiéramos creer, los baños no eran más que agujeros en una banca de concreto con una pequeña separación entre cada uno, si no morían de inanición, morían de cansancio, o de alguna enfermedad por las condiciones insalubres del lugar.
Un vagón en el centro da idea de los que se usaban en ese entonces, solían transportar una alta cantidad de personas en un pequeño vagón, donde varios autores que vivieron la tragedia comentan que no se podían si quiera sentarse de la cantidad de gente que había.
Cuando los alemanes estaban siendo vencidos, destruyeron las cámaras de gas, trataban en unas cuantas explosiones, borrar todo su crimen.
El campo de concentración y exterminio de Auschwitz es un ejemplo de la crueldad del ser humano, su objetivo es servir como un escarmiento para prevenir o evitar que algún hecho, violencia o discriminación similar vuelva a ocurrir, si les interesa el tema, recomiendo leer alguno de los siguientes libros o todos: El hombre en busca de sentido, el diario de Anna Frank, los hornos de Hitler, que fueron libros escritos por personas que vivieron en carne propia la crueldad de los campos de concentración.