Hoy os vengo a contar como fue mi fin de semana con amigos en Zakopane, qué hice, qué vi, cómo me moví de un lado para otro... Lo organizamos todo nostros y no llevábamos ni un mes en Polonia, así que quizá no fue la mejor organización posible pero salió todo bien y disfrutamos un montón del viaje.
Zakopane es un pueblo de motaña precioso al sur de Polonia, muy cerquita de Eslovaquia. Está a 90 kilómetros al sur de Cracovia pero en autobús se tardan casi dos horas (como siempre hablando de autobuses en Polonia las distancias se hacen eternas).
Yo fui con mis amigos y salimos de la estación de autobuses de la Galería Krakowska a eso de las 7 de la mañana del sábado para aprovechar bien el fin de semana, ya que volvíamos por la tarde del día siguiente. Llegamos sobre las 9 como ya he dicho a la estación de autobuses de Zakopane (la única que hay) que está en pleno centro del pueblo y teníamos que ir hasta las cabañas que habíamos reservado para pasar esa noche y dejar todas las mochilas.
Una vez que nos deshicimos del peso sobrante teníamos planeado subir a la cima de la montaña en teleférico, así que preguntamos en la recepción del hotel que donde se podía coger el teleférico nos dieron un mapa y nos explicaron perfectamente como llegar. Desde el hotel eran unos 4 kilómetros pero como ya he dicho, Zakopane es un pueblo de montaña, así que está en cuesta arriba completamente todo el recorrido, por lo que se hizo pesado.
Una vez llegamos al teleférico pagamos unos 12€ por persona (enseñando el carnet joven Europeo o el de la universidad de Cracovia) y nos dieron el billete de ida y de vuelta abierta antes de las 16:00, la hora a la que cierra el teleférico.
Subimos a la montaña y pudimos ver unas vistas impresionantes de las montañas llenas de nieve y de árboles, pero pasados 10 minutos te sube tan alto que no se puede ver más allá de cinco metros de la cantidad de niebla que hay. Arriba hay un restaurante donde puedes comer o tomar algo caliente ya que fuera estás rodeado de nieve por todos los sitios y la temperatura no sube de -5ºC. Pero como ya he dicho merece mucho la pena aunque sea por las vistas. Si hay algún torpe como yo que quiera subir, recomiendo mucho que si sale a la nieve se agarre a donde pueda, ya que hay zonas en las que no hay nada que te pueda salvar de una caída de 10 metros.
El resto del día nos dedicamos a explorar el pueblo, el cual tampoco tiene mucho que ver: algunas tiendas, un letrero que pone Zakopane, la plaza del pueblo... Es típico una especie de bloque de queso salado que se fríe y se come con mermelada dulce pero a mi personalmente no me gustó nada.
Al día siguiente fuimos a la principal atracción de Zakopane: el lago Moskie Oko. Es un lago enorme y precioso que se encuentra entre montañas y generalmente está siempre nevado. Está a unos 40 minutos de Zakopane así que hay que coger un autobús en la estación que te lleva por unos 6-7€ ida y vuelta.
Cuando llegas a la reserva natural del lago, los autobuses no pueden pasar, así que tienes que empezar a caminar unas dos horas más o menos cuesta arriba para llegar al lago siguiendo las señasles que vas encontrando por el camino (como ya he dicho merece mucho la pena, pero os dejo fotos para que juzgueis vosotros mismos). También está la opción en subir en coche de caballos, pero no sé cuanto cuesta y solo te sube hasta la mitad.
Una vez que llegas al lago las vistas son espectaculares, si llevas comida puedes comer entre las rocas de la orilla o si lo prefieres puedes hacerlo en el restaurante que hay con ventanales hacia el agua.
Llegues a la hora que llegues yo recomiendo empezar a bajar sobre las dos o tres de la tarde, ya que a las 16:00 empezará a anochecer (dependiendo de la época del año) y dependiendo de la hora a la que hayas cogido el autobús de vuelta tienes que tener en cuenta que necesitas otra hora y media más o menos para bajar.
Y este fue nuestro fin de semana en Zakopane. Por lo que nos dijeron en la información de turismo tampoco hay mucho más que ver así que yo creo que es un magnífico plan para un fin de semana que no tengas nada que hacer o para llevar a tus amigos.