Pancakes

Es un lugar muy pequeño situado en pleno centro, cerca de la Casa de Ana Frank, en una calle a la que se puede acceder muy fácilmente.

Sin embargo, estoy segura de que hay por lo menos otros tres locales de esta cadena en Ámsterdam, sé que uno de ellos está cerca de la estación, pero recuerdo haber visto al menos tres.

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Es un lugar muy acogedor que, aunque es pequeño, es muy agradable y merece la pena la visita. El servicio es fantástico y el personal es muy servicial y siempre tienen una sonrisa en la cara (por si te lo preguntas, sí, todos hablan inglés, aunque también puedes aprender lo básico de neerlandés para impresionarles). Es un sitio muy turístico no solo porque está en el centro, si no porque sirven unas tortitas increíbles con las que se te hace la boca agua y por tanto puede que tengas que esperar un poco antes de entrar. Sin embargo, estamos de suerte, ya que, como he dicho antes, el servicio es muy eficiente y por tanto solo tendrás que esperar 15 minutos como máximo.

En el interior el lugar está limpio y es acogedor. Además también tienen wifi gratis, lo cual es un plus.

Una vez estés sentado y listo, el personal te atenderá y servirá rápidamente y al igual que los cameros son fantásticos, el trabajo de la cocina también es increíble. Todo está preparado a la perfección y también son muy rápidos.

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Yo creo que esperé unos 10 minutos y las tortitas estaban muy, pero que muy ricas. Creo que captáis la idea, muy, muy ricas.

En el menú hay bebidas, tortitas dulces, saladas, al estilo holandés, pero también al americano. Naturalmente yo recomiendo probar las holandesas, ya que al fin y al cabo estás en los Países Bajos.

También me pedí un café después de acabar de comer el cual estaba acompañado por una «stroopwafel» que me encantó. Les dijé que me había gustado mucho la galleta y puede que luego me encontrara unas cuantas en el bolso. Supongo que alguien del personal me las metió mientras estaba pagando sin que yo me diera cuenta. Como he dicho, eran muy simpáticos.

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La cuenta fue baratísima comparada con la de cualquier otro lugar en el que además de la comida pidas agua y café. Además me dieron tarjetas con todas las direcciones del resto de Pancakes en Ámsterdam y también un pequeño «souvenir», un zueco, que es uno de los símbolos de los Países Bajos. A todo esto obviamente se suma también la gran experiencia que me llevé.

Recomiendo totalmente visitar el lugar. Le doy mi 10. Mi parte favorita: los baños. Es raro, lo sé, pero bajé al baño de mujeres, situado al lado de la cocina y al pasar el cocinero estaba encantado de saludar a todo el que bajara y eso me gustó bastante. El baño es pequeño y tiene una pared repleta de papelitos con las firmas de los clientes, lo cual me hizo sonreír cuando entré. También tienen una caja con productos femeninos para que los usen las clientas como, por ejemplo, desodorante, el cual necesitaba enormemente después de un largo día caminando por la ciudad.

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Ve, come, vívelo y disfruta.

Le doy 5 estrellas al restaurante.

Aquí os dejo el enlace a su página web para que os inspiréis con unas bonitas fotos: Pancakes Amsterdam

También tienen una página de Facebook.