La vuelta al mundo en 59 días. Tercera parte: Galicia y Portugal

La vuelta al mundo en 59 días. Tercera parte: Galicia y Portugal

¡Hola a todas y todos! No había podido seguir escribiendo sobre mi aventura alrededor del mundo porque tuve un problema de tendinitis en las manos (al parecer mis manitas se cansaron debido a que escrito mucho en computadora en los últimos días). Afortunadamente ya estoy mejor y puedo seguir narrándoles este viaje maravilloso que pude realizar el verano pasado.

En esta entrada les quiero hablar de lugares que conocí durante mi estancia de 6 semanas en Santiago de Compostela. En este tiempo tuve la oportunidad de visitar lugares tanto en Galicia como en Portugal. Y es de esto de lo que les quiero hablar en esta ocasión. Comencemos.

Fin de semana en Portugal

Los motivos de mi viaje a Portugal fueron dos: el primero, desde luego, conocer un nuevo país y descubrir lo que este célebre destino puede ofrecer a sus visitantes; el segundo es que quería ver a un amigo portugués que fue mi compañero de departamento cuando vivía en Bologna, alguien con quien nunca imaginé qué podría reencontrarme tan pronto. Esta clase de reencuentros son una de las tantas fortunas que me regaló mi viaje alrededor del mundo.

En fin, ya he hablado con muchos detalles sobre este viaje en otras entradas que pueden consultar dando click en los siguientes links (primera parte, segunda, tercera, cuarta, quinta, sexta). Pero esta vez les daré sólo un resumen, así que si quieren saber un poco más les recomiendo que se dirijan a los links.

Se trató de un viaje de fin de semana en el que alcancé a visitar dos ciudades del norte de Portugal: Braga y Porto. El día que pase en Braga pude conocer uno de los más recientes patrimonios de la humanidad declarados: las escaleras y la iglesia del Bom Jesús do Monte, el lugar más icónico de la ciudad, Aquí les dejo una foto para que vean lo bello que es.

Otros lugares preciosos de Braga están en su centro histórico; el que más les recomiendo son los jardines de Santa Bárbara, los cuales tanto de día como de noche son espectaculares y perfectos para un paseo y unas cuantas fotografías. Otra de las cosas que disfruté mucho en Braga fue la comida: pude probar un platillo típico de Portugal, el bacalao, un platillo típico del norte de Portugal, la francesinha, y un postre típico de Braga, las tibias. Todas estas cosas son las que yo considero imperdibles de esta ciudad y les recomiendo ampliamente a quienes quieran visitarla.

Y ahora, pasando a mi siguiente destino, Porto, quiero decirles que es una ciudad realmente única, mucho más grande que Braga y prácticamente más grande que todas las ciudades de Portugal, a excepción de su capital Lisboa, ciudad en la que, por lo tanto, hay muchísimo por hacer. Para resumirles lo que visité de Porto les puedo decir rápidamente que en esos dos días pude vivir diferentes experiencias que van más allá de visitar un monumento y ya, como ocurre en otras ciudades. En Porto, mis más destacadas experiencias como viajera fueron las siguientes: conocer la librería más bonita del mundo, subir una torre muy alta para ver desde ahí la ciudad y el río, atravesar el enorme Douro desde uno de los puentes más bonitos e impresionantes que he visto, nadar en una linda playa, probar el vino de Porto en una de sus mejores fábricas, conocer el estadio del Dragón del Club de Futbol de Porto y comer, de nuevo, una deliciosa francesinha. Estas solo son unas cuantas de las cosas que disfruté de esta bellísima ciudad portuguesa, pero si quieren saber más detalles les recomiendo que visiten las entradas donde cuento con más profundidad este viaje a Porto. Aquí les dejo una de las tantas fotos que le tomé a esta belleza de ciudad.

La costa de la muerte

Este es otro lugar del que ya he hablado en entradas anteriores, así que también les dejo los links correspondientes a esta aventura gallega (primera parte, segunda, tercera, cuarta). Para resumirlo les cuento que pude visitar el fin del mundo: así es, estando en Santiago de Compostela me di cuenta de que el Fin del Mundo quedaba muy cerca y no podía dejar pasar la oportunidad de conocerlo. Se trata de un viaje que hice en tour con mi amiga Aze y que nos llevó por diferentes puntos de la costa gallega, conocida como costa de la muerte, y que también nos llevó a conocer una cascada muy bonita cuyo nombre aún me cuesta trabajo pronunciar. Los lugares que visité, en orden, fueron: la cascada de Ézaro, Finisterre (literalmente, el fin del mundo), el pueblo costero de Muxía y el Faro del Cabo Vilán.

En los diferentes puntos que visitamos pudimos admirar los acantilados por los cuales recibe el nombre de “Costa de la muerte”, los cuales, a pesar de su nombre tan fatídico y funesto, son bellísimos. Son pocos los lugares dónde se puede tener esa combinación de cielo, mar y tierra de una manera tan agresiva y hermosa al mismo tiempo. Son lugares donde el viento te golpea, te sacude, te despeina e incluso te roba tus pertenencias si no estás al pendiente, y sin embargo también son lugares donde el mar, el cielo y los riscos te sorprenden, te cautivan y te demuestran que la naturaleza no sólo es paz.

Fueron vistas impresionantes y totalmente diferentes de las playas a las que estoy acostumbrada. Fueron una belleza muy particular, muy diferente y muy real, y siempre es bueno encontrar algo así en un viaje, y siempre es bueno aprender algo así cuando se va al fin del mundo.

Emociones encontradas, viento, admiración y decepción, más viento, paisajes inimaginables, y de nuevo más viento: esto es lo que la costa de la muerte y el fin del mundo me brindaron en este viaje fenomenal, y estoy más que satisfecha por haber hecho ese recorrido y más que agradecida con la vida por haber tenido esa oportunidad.

Camino de Santiago

¿Qué les puedo decir del camino de Santiago con palabras? Nada. Las palabras no son suficientes ni son suficiente. El camino de Santiago es algo más bien espiritual y por lo tanto no admite palabras.les puedo decir que fue tan maravilloso que ni siquiera me pesó caminar más kilómetros de lo que jamás imaginé, les puedo decir que mis compañeros y compañeras en la travesía eran personas muy interesantes de todo el mundo, les puedo decir que aprendí mucho, que pensé mucho, que reflexioné mucho, pero aunque les dijera esto no terminaría de decirles todo lo que significó para mí hacer el camino de Santiago.

Es una emoción que sólo se puede sentir si se hace el camino estoy segura de que nunca podrá terminar de ser expresada, al menos yo no puedo. Y como no puedo expresarles eso tengo que contentarme con contarles un poco del itinerario, de mis salidas y llegadas, de mis recorridos, de mis paradas, de mis recomendaciones... y nada más. Pues el itinerario fue este: partí de Sarria, a poco más de cien kilómetros de Santiago de Compostela, y desde ahí fui parando cada día en los pueblos de Portomarín, Palas de Rei, Arzúa y O Pedrouzo. Un trayecto de 115 km, 5 días y muchas, pero muchas emociones.

Si quieren saber todo esto pueden dirigirse a mis entradas dedicadas al camino de Santiago, que podrán encontrar en el siguiente link. Para terminar de hablar de este tema sólo quiero decirles que si pueden, no duden en hacerlo. Así ustedes mismos y ustedes mismas terminarán de comprender esto que no puedo terminar de describir.

La Coruña

De todas las sorpresas que me llevé durante mi estancia en Santiago, puedo decir sin temor a equivocarme que la Coruña fue la más grande. Fui más por recomendaciones que por ganas: le había escuchado a tanta gente decir que se trataba de una ciudad interesante, que no quise dejar eso pendiente y mi último día en Santiago decidí dedicarlo a visitar la Coruña, ciudad costera que se encontraba a tan solo 30 minutos de trayecto en tren.

Realmente no me esperaba que fuera una ciudad bonita, y cuando llegué a su centro me di cuenta de que era eso y más. Todos me habían descrito la Coruña como una ciudad moderna y diferente, y yo diría que además de eso es una ciudad especial, única. Es un poco de Santiago de Compostela, sí, pero también un poco de sí misma. Tiene un hermoso centro histórico, pero también tiene mar, tiene un faro, tiene riscos, tiene construcciones modernas, tiene mucho que puede que haya en otras ciudades, pero que es raro encontrarlo todo en una sola.

Cuando fui tuve la suerte de que el centro de la ciudad había una especie de feria medieval. Nunca había visto o vivido algo así: era como un tianguis con miles de puestos diferentes de productos artesanales, de comida y de cosas diversas; pero el acomodo de los puestos era al estilo medieval, y la música de fondo era al estilo medieval, y todo el ambiente era al estilo medieval. Me hubiera gustado tener más tiempo, y más dinero sobre todo, para disfrutar un poco más de esa feria. Pero eso no fue todo; también conocí su Plaza más bonita, o al menos la que a mí me pareció la más bonita, que fue la plaza de María Pita. Los edificios de la plaza son algo antiguos y en un estilo que a mí me gustó mucho. No sé casi nada de arquitectura y por eso no podría describirles cómo era todo, pero espero baste con decirles que es algo que no se ven todos los días ni en todas las ciudades.

Después de visitar la plaza de María Pita, hice una visita a la “torre de Hércules” un enorme faro situado justo junto a la costa con una vista maravillosa del mar, el cielo y el horizonte. Lamentablemente, por falta de tiempo también, no pude subir a la torre, pero queda pendiente en mi lista de cosas por hacer si algún día vuelvo a tener la fortuna de ir a Galicia. Ahí junto a la torre, estuve en la “rosa de los vientos”, unos azulejos hermosos que forman lo que su nombre indica, junto a la cual se extiende el océano. Como podrán apreciar en la siguiente foto, las vistas desde aquí son impresionantes.

En esa zona cerca de la torre de Hércules y junto al mar hay mucho que ver, mucho que admirar y mucho que fotografiar. No les digo los nombres exactos de los lugares por los que pasé porque no me aparecían en el mapa, solo les digo que si van a la Coruña deberán dedicarle bastante tiempo a la torre de Hércules y sobre todo a sus alrededores, porque son las vistas más bonitas que podrán tener del mar gallego y porque es una de las ciudades más bonitas, más especiales y más únicas que podrán visitar.

Me despido por esta vez, no sin antes reiterarles que Galicia tiene un lugar muy especial en mi corazón y que si ustedes algún día tienen oportunidad de ir a cualquiera de los lugares que les he comentado en esta y otras entradas, no pueden dejarla ir: vayan a descubrir porqué quedé tan encantada con esta parte de España.

Hasta aquí mi resumen sobre mis destinos gallegos en mis 59 días de vuelta al mundo. ¡Gracias por su atención y hasta la próxima!

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