Diario de Portugal. Parte dos: Braga
Diario de Portugal. Parte dos: Braga
¡Hola a todas y todas! Ahora seguiré contándoles sobre mi viaje al norte de Portugal, y, más específicamente, sobre mi día en Braga.
Si no leyeron la primera parte, pueden encontrarla aquí. De cualquier manera, les recuerdo un poco que realicé en compañía de un amigo local y que nuestros dos destinos fueron Braga y Porto. En Braga fuimos a comer a la "Taberna belga", donde probé la deliciosa "Francezinha", y después subimos las bellísimas escaleras que llevan a la iglesia del "Bom Jesus do Monte".
Sameiro
Cuando estábamos en el Bom Jesus do Monte, que se encuentra más o menos a la mitad de la montaña, miramos hacia arriba y nos dimos cuenta que había otra iglesia todavía más en lo alto de la montaña. Mi amigo preguntó cómo llegar y nos dijeron que simplemente teníamos que seguir la carretera hacia arriba y en la rotonda dar vuelta hacia la derecha.
Así fue como llegamos a Sameiro, una iglesia muy linda que ofrecía una vista de la ciudad desde un punto aún más alto que en Bom Jesus. Ciertamente este complejo no era tan bonito como el del Bom Jesus, el cual, como ya les dije, es preciosísimo y se ganó con justa razón el nombramiento de "Patrimonio cultural de la humanidad". Aunque no es tan impresionante como su iglesia vecina, Sameiro también es muy bonito y vale la pena una visita. La iglesia es más grande y tiene incluso dos niveles: en la planta alta está la nave principal y me imagino que es donde se suelen tener las misas; el nivel de abajo, por su parte, funciona como criptas y como una especie de capilla bastante amplia donde ensaya el coro y donde, imagino, se han de llevar a cabo algunas celebraciones especiales.
Afuera hay una zona muy extensa tipo terraza desde donde se tiene una vista de la ciudad más alta y amplia que desde el Bom Jesus. Ahí me di cuenta de que Braga no era tan pequeña como había imaginado en un inicio.
Sameiro cuenta con su propio estacionamiento para quienes vayan en auto. Y para quienes no, lamentablemente de nuevo no sé cómo se pueda llegar hasta allá de otra forma. No vi ningún autobús o transporte público que subiera hasta Sameiro, así que imagino que la forma más fácil sería tomar un taxi, o, para quienes les encante caminar y no hayan quedado exhaustos de subir las escaleras del Bom Jesus, lo podrían incluso hacer a pie.
Probar las 'tíbias'
Después de visitar Sameiro nos dirigimos al centro con un objetivo además de conocer esta parte de la ciudad: encontrar un lugar donde pudiéramos probar las típicas 'tíbias' de Braga. Yo soy una persona muy pero muy panera y amante de lo dulce y los postres en general, así que tengo la costumbre de probar algún pan o postre típico de los lugares a los que voy. En Braga, según investigó mi amigo, el pan más típico y rico eran las 'tíbias', entonces nos dimos a la tarea de buscar una buena pastelería (así es, los panes dulces los venden en las pastelerías y no en las panaderías) para probar este postre braguense.
Ahorita no recuerdo exactamente el nombre de la pastelería a la que fuimos, pero le preguntaré a Gui y se los haré saber después para que vayan ahí a probar las "tíbias" cuando estén en Braga.
Si tenían duda de por qué se llaman así, la resolveré ahora: "tíbias" en portugués significa lo mismo que en español, y este pan se llama así porque precisamente tiene la forma de este hueso. Les dejo esta fotografía para que lo confirmen.
En la pastelería a la que fuimos tenían "tíbias" rellenas de diferentes sabores, como los típicos fresa y chocolate o el exótico maracuyá. Pero no nos pedimos ninguno de esos, sino que probamos la tibia tradicional, que está rellena de crema pastelera normal. Me gustó mucho tanto el sabor del pan, que era muy suave, como el de la crema y su perfecta combinación. ¡Cuando vayan a Braga, será obligado que prueben las tibias!
Centro de Braga
El centro es bastante bonito y vale la pena visitarlo para pasear por él por una tarde. Cuando nosotros fuimos había una feria del libro, así que nos entretuvimos ahí un rato, viendo los libros y ediciones tan interesantes que vendían.
La catedral, llamada Sé de Braga, no la pudimos visitar, pues ya era tarde y estaba cerrada cuando llegamos al centro. De cualquier manera, al menos por fuera es muy bonita y se pueden admirar muchas cosas. Leí en internet que la entrada para la catedral tiene un costo de dos euros para una visita sencilla y cinco euros de la visita completa. Realmente no sé si valga la pena, eso ya lo decidirán ustedes cuando estén ahí.
Los lugares que, en mi opinión, son imperdibles del centro de Braga, son dos: el primero es la Praca do Municipio, una plaza muy agradable donde se puede hacer la típica foto con las letras gigantes que forman la palabra “Braga”, con edificios muy bonitos alrededor y una gran tranquilidad ya que no está atiborrada de gente como lo está la plaza de la República (esta plaza desde luego también hay que visitarla y también es preciosa, pero a mí me gustó más el ambiente sereno de la Praca do Municipio). A continuación les muestro una foto de este magnífico lugar.
El segundo lugar que tampoco se pueden perder del centro de Braga son los Jardines de Santa Bárbara, un lugar que de día y de noche es increíblemente colorido y hermoso. No sé si en todas las estaciones esté así, pues yo fui en verano y lógicamente estaba muy abundante de flores. De cualquier manera, son unos jardines preciosos, tanto por la gran variedad de flores y colores con la que cuenta, como por la belleza del edificio que queda detrás: el Palacio arzobispal (o episcopal) de Braga, al que también recomiendo una visita si tienen tiempo.
Ahora, miren nada más qué bellos son estos jardines:
Cerca de Braga
Estos fueron los lugares y actividades en general que más disfruté en esta bella ciudad de Braga, en la que recomendaría estar un día entero, pues tiene mucho por ver y por hacer sin llegar tampoco a ser una ciudad enorme que requiera de más de un día de visita.
Si están en Braga y ya conocieron todos estos lugares de los que les hablé y aún les queda tiempo para más, entonces les recomiendo que se den una vuelta por Guimaraes, un pueblo que se encuentra muy cerca, a treinta minutos quizá, y que tiene un castillo que me han dicho que es precioso.
Lamentablemente nosotros no tuvimos tiempo de ir ahí, pero he leído y escuchado tantas cosas buenas, que definitivamente se ve como un lugar que vale la pena, y es por esto que lo recomiendo.
Aquí termino de contarles sobre mi primer día en Portugal, y específicamente en la ciudad norteña de Braga, a tan solo tres horas y media de autobús (en coche definitivamente es menos tiempo) de Santiago de Compostela. Queden al pendiente de las próximas entradas donde hablaré de mis otros dos días en Portugal, y específicamente en la ciudad de Porto.
¿Tienen ganas de seguir leyendo sobre las maravillas que tiene Portugal en el norte? Pues las siguientes partes de estos Diarios de Portugal tratan sobre la ciudad de Porto, y lo pueden encontrar todo si dan click en los links que les dejaré a continuación:
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