Bondi Beach - de Bondi a Coogee beach.

Bondi fue la primera playa que vi cuando llegue a esta maravillosa ciudad, y es la que mas trabajo me esta dando para despedirme.

Desde el momento en el que el horizonte te avisa desde el autobus, que ya estas cerca, hasta cuando desorientada vuelves a mirar el mapa de tu móvil para asegurarte que si, que es aquí, que esta es Bondi, que es la playa a la que estabas esperando llegar; una mezcla de sensaciones que hacen que tus ojos se distraigan con el verde del césped que forman el Bondi Park, con los chicos guapos paseándose con su tabla a lo largo y lo ancho de la playa, con las olas que rompen en las rocas y que cubren esa piscina de agua salada del Iceberg Club, en definitiva la sensación de que estas en Sydney, en Australia, en el paraíso.

Es una playa que no deja indiferente a nadie. Ya sea por lo variado de sus bañistas habituales, grupos de amigos echando una pachanga al balón, instructores de surf enseñando a chavales poder coger al menos una ola bajo la atenta mirada de sus madres, personajes populares dejándose caer para disfrutar de la tabla de surf mientras ya de paso, salvan la vida a algún surfista arriesgado como es el caso de Hugh Jackman, o el peloton de chavalas bailando y nadando como si no hubiera mañana después de una jornada de colegio intensa. Es el momento de desconexión, el momento de disfrutar del sol, de la arena, del mar y de la brisa; de recargar esas pilas que nos han traido hasta este lugar tan especial. El refugio de cada dia y que hace que cualquier problema sea menos importante, al menos por una horas.

Un paseo comienza desde su costa Este y nos lleva a disfrutar de bellos acantilados, el paseo de Bondi a Coogee; y con un poco de suerte hasta puedes encontrar ballenas a lo largo de los muchos miradores que te invitan a descansar, hacerte un selfie o grabar para siempre en tu retina ese espectaculo natural. Atraviesas diferentes zonas donde la playa es el mejor aliado para disfrutar entre el mar y tu. Una vez has dejado atrás Bondi encuentras Mackenzies Point donde el sonido del mar chocando con las rocas crea una melodia apta para los oídos mas sensibles. La siguiente parada es la playa de Tamarama, donde las olas no dan respiro a los surfistas mas exigentes. Le sigue la playa de Bronte, el rincón de infancia para tantos australianos rodeada del Bronte park en el que de vez en cuando se cuelan algunas pellas valencianas.

Continuas el camino por un lugar bastante particular como el cementerio de Waverly, por el que segun los mas románticos encuentras un interminable horizonte que se mezcla con la paz de lugar. A mitad de camino hacia la playa de Clovelly encontramos otro mirador donde de vez en cuando se pueden avisar tiburones " the shark point"; llegando a Clovelly encontramos una playa mas bien parecida a una piscina natural pero rodeada de todo tipo de servicios públicos y restaurantes donde pasar un dia bastante divertido e incluso tomar algunas clases con la tabla en el club de surf.

De repente te encuentras con la bahiha de Gordons que me recuerda a las mejores calas de Menorca; un rinconcito donde las casas mas afortunadas tienen salida privada hacia el paraíso, iluminadas con el turquesa de sus aguas. De camino hacia Coogee encuentras otro mirador, en este caso el regalo es poder ver unos cuantos delfines mientras el sol va cayendo por el otro lado. Y llegas a Coogee, una playa bastante concurrida, amplia y que cuenta con todo tipo de facilidades que hara el final de la ruta inolvidable, especialmente si cuando la finalizas coincide con el atardecer. La mezcla de colores, rosas, naranjas, morados, azules se dejan caer sobre el horizonte para avisarte que todavía puede ser el comienzo de una noche para no olvidar.

Vanesa.