Es un sitio pequeño, acogedor y que puede pasar desapercibido, pero os aseguro que lo que sirven aquí es increíble. Batidos enormes y deliciosos, tartas grandes y de diversos sabores y tipos y una variedad de cafés y tés a disposición de los clientes. Se nota que todo es casero, la calidad es muy buena y los trabajadores conocen muy bien los productos que sirven y son muy amables, dispuestos a aconsejarte sobre toda la carta. El precio, no me parece muy elevado si tenemos en cuenta que todo es casero y de buena calidad. Hay en verano una terraza que es muy agradable. Incluso puedes reservar mesas y pedir que te hicieran alguna tarta, para celebrar algo como un cumpleaños. Todo está increíble y me parece que es un buen sitio donde pegarte un homenaje. Estoy segura que si volviera a ir, repetiría sin dudarlo.