Bermellar

Noche en las arribes del Duero :)

Sorpresa...

Hoy os voy a contar otra de mis buenas experiencias vividas en Salamanca. El día 9 de diciembre de este año mi niño me llevó de sorpresa a pasar una noche a un pueblecito muy cercano con la frontera de Portugal. Se llamaba Bermellar, en plena montaña.

El día 5 de diciembre yo me había ido a Salamanca a verle y pasar unos días con él. Sabía que haríamos algo uno de esos días porque me lo había comentado, pero no tenía ni idea de que había reservado una noche en una casita rural para los dos para pasar una noche juntos. Cuando íbamos rumbo a Bermellar, fuimos parando por distintas zonas y pueblos para hacer alguna que otra foto chula. Una vez llegados a mi novio le dio por buscar una tal "Calle Larga" para pedir información para ver qué podíamos ver por allí. Yo le dije que podíamos mirarlo en el móvil ya que en ese momento sí que tenía datos y podría haberlo mirado. Él estaba empeñado en ir a esa calle a preguntar en persona por información. Llegó un punto en el que algo me pareció sospechoso pero no pensé que fuese a darme ninguna sorpresa.

Llegamos en coche a la puerta y me dijo que allí pasaríamos esa noche, juntos. La casa rural tenía muy buena pinta, estaba super chula. Entramos dentro y la mujer nos dijo que hasta las cuatro no hubieramos podido entrare y nos pidió por favor volver un poquito más tarde. Decidimos dar una vueltecilla por la zona, ver un par de pueblos de alrededor y luego ya volver e instalarnos. Toda esa zona estaba rodeada de montaña y de paisajes preciosos. Era una zona muy rural, natural y bonita.

Después de hacer tiempo viendo cositas por allí volvimos a la casa y la mujer nos dio la llave de la habitación para dejar todo y quedarnos allí ya. No sabía que también había spa... y ¡qué chulada de spa! Lo pedimos para las seis, nos quedaba media hora para ver la habitación y descansar un ratito corto.

Llegaron las seis y nos tocaba el spa. Lo teníamos todo para nosotros dos. Nos habían dejado una botella de champán en un cubo con vasos y hielos. Qué pasada. Estuvo genial, tenía sauna, jacuzzi, duchas de frío-calor etc. Me encantó. Después subimos, cenamos y fuimos a dar una vuelta por el pueblo por la noche a ver si había alguna estrella. No hubo suerte porque estaba nublado pero igualmente el paseo fue un paseo guay.

Así que si queréis tranquilidad y pasar unos días sin cobertura, aislados del mundo no hay mejor opción que escoger un pueblo de esta zona. Puede respirarse mucha tranquilidad y aire fresco. La naturaleza es algo de lo que merece la pena disfrutar.

Fue un día genial y una noche increíble, gracias Ál :D

¡Hola a todos! En esta entrada quiero compartir con vosotros mi experiencia en un hotel rural en el precioso pueblo de Bermellar.

Bermellar, un pueblo para desconectar

Bermellar se encuentra en Castilla y León, a tan solo noventa kilómetros de Salamanca capital. Aunque es un pueblo muy pero que muy pequeñito que no alcanza los 150 habitantes, si buscáis un lugar en el que descansar y disfrutar de la naturaleza, ¡este es vuestro sitio! Rodeado de campos de pasto y paisajes verdes, también hay opciones para los más curiosos: se puede conocer un sustrato celta en la zona, visitando el Castro de las Merchanas o el Castro de Saldañuela, por ejemplo, que se encuentran a escasos kilómetros.

Bermellar y sus alrededores

A unos veinte o treinta minutos se llega a otros pueblos vecinos, como Vilvestre o Lumbrales, en los que se puede disfrutar de la riquísima gastronomía de la zona.

Por supuesto, si vais a Bermellar, no podéis dejar escapar la oportunidad de visitar otras ciudades que se encuentran relativamente cerca, como Ciudad Rodrigo, La Alberca o Alba de Tormes. Otra buena idea es cruzar la frontera y visitar un pedacito de Portugal, ¡está muy pero que muy cerquita!

Hotel Rural en Bermellar

Nosotros nos alojamos en el pueblo de Bermellar, en un hotel rural de cuatro estrellas con mucho encanto: “Orgullo Rural”. Os dejo la página web oficial del hotel, porque seguro que después de ver las fotos que os traigo, ¡desearéis ir allí! (https://bermellarhotelrural.com/).

Alojamiento

Existen diversas habitaciones dobles en las que alojarse. El hotel está compuesto por dos casas rurales muy grandes, cada una con cuatro o cinco habitaciones dobles que pueden reservarse por separado. A su vez, cada una de las casas cuenta con un par de baños, una sala de estar y una cocina amplia. También había en el piso más alto una coqueta terraza en la que convergían ambas casas, teniendo acceso a esta todos los clientes. Nosotros estuvimos alojados en la casa llamada "Therma Agreste", aquí os dejo las fotos:

Sala de estar con chimenea.

La cocina.

Una de las habitaciones.

Otra habitación...

La terraza.

Nosotros, debido a que viajábamos con nuestro perro Schnauzer (¡está permitida la entrada de mascotas!), debíamos reservar la casa completa solo para nosotros y lo cierto es que esta resultó ser la mejor decisión: por tan solo 50 euros más, pudimos disfrutar de la casa entera para nosotros. Una de las mejores cosas de este hotel es, sin duda, su ubicación: en Bermellar hay un silencio delicioso por las noches, lo cual es perfecto para tener un sueño reparador. Y las estrellas ... ¡os aseguro que nunca he visto tantas!

En cuanto a la equipación de la casa, había una televisión en la sala de estar, secador de pelo en el baño, un par de ventiladores para las habitaciones, un pequeño frigorífico en la cocina, una pequeña vajilla y utensilios de cocina. No faltaba de nada, incluso había aceite, sal y productos de limpieza como bayetas, lavavajillas y estropajo. No faltaba de nada.

Spa

¿Creíais que con las fotos de la casa rural acababa este post? ¡Ni hablar! Este hotel rural cuenta con un maravilloso spa del que pueden disfrutar todos sus clientes. Cada uno de nosotros podía disfrutar de una hora diaria de spa, al que se accedía además con una botella de cava, vino o algún refresco en una cubitera. Lo mejor es que el spa es privado, por lo que podéis disfrutar de la sesión con vuestra pareja o familiar totalmente solos. Eso sí: es necesario acordar antes la hora a la que se quería disfrutar del spa, pues este hotel suele estar lleno y es preciso cuadrar los horarios con el resto de clientes.

La sala del spa era pequeña pero muy acogedora, algo oscura y decorada con velas; está construida dentro de una montaña rocosa, se trata de una cueva termal. En ella había un fabuloso jacuzzi, un baño de agua fría a presión, un rincón para disfrutar de distintos chorros de agua fría y caliente, una pequeña sauna y, por supuesto, una ducha. Sin duda, mi momento favorito del día era la sesión en el spa, ¡qué relax!

Nosotros teníamos incluidas las sesiones de spa en la reserva, pero si queréis coger una sesión por separado, esta cuesta veinte euros, con la botella de cava o refresco incluido. En el hotel os dan los albornoces: tan solo tendréis que traer de casa el traje de baño, las chanclas y un gorro de natación.

Tarifas

Se pueden encontrar ofertas y descuentos online; nosotros lo hicimos a través de la página de "Subasta de ocio" (creo recordar que no llegó a veinte euros por persona, la verdad es que conseguimos un precio excepcional al que solo tuvimos que sumar 50 euros más por hacer uso de la casa completa. Otra cosa que había olvidado comentar es que también preparan desayunos y menús si se solicitan con antelación y lo que ofrecen son productos de la zona.

Por último, los propietarios son tremendamente amables; nos dieron ideas sobre excursiones para hacer y varias recomendaciones muy útiles. Muy buena gente, como toda la que encontramos en el lugar.