Como ya sabéis, Toledo es una ciudad preciosa y es difícil destacar algún monumento sobre los demás, pero me atrevería a decir que el templo de Santa María la Blanca es uno de los lugares más bonitos e impresionantes, y sin duda es una visita obligada para cualquier persona que pase por Toledo.
Este edificio fue construido a finales del siglo XII como sinagoga, aunque por lo que sé, hay distintas teorías sobre su fecha de construcción. Como podemos ver, es uno de los elementos de la ciudad que nos permite comprobar la importancia que tuvo la sociedad judía en el pasado de Toledo, de hecho, es uno de los edificios más importantes de su judería. Algunos datos históricos nos hacen pensar que se pretendía que esta sinagoga fuese la más grande y bonita de España en aquel momento, y la verdad es que sirvió de inspiración para otras sinagogas posteriores en diversas ciudades de España y del mundo.
El templo es de estilo mudéjar y fue construido por musulmanes, otra de las curiosidades que me gustó conocer y que me ayudó a entender mejor la sociedad de Toledo en aquella época. Además, este hecho es importante, porque hace que la sinagoga nos pueda parecer más bien una mezquita por muchos de sus detalles. Las paredes son blancas y lisas, las naves están formadas por pilares y arcos de herradura, y encontramos decoración con motivos geométricos y vegetales. Como podéis ver, es un edificio realmente interesante y en su interior encontraréis magníficos tesoros, elementos arquitectónicos y decorativos realmente asombrosos, curiosos y de gran belleza.
Aunque fue una sinagoga durante más de 200 años, posteriormente se convirtió en una iglesia católica, de ahí que su nombre no nos resultase muy acorde si sólo se tratase de un templo religioso judío. Actualmente no se utiliza tampoco para el culto cristiano, sino que se realizan en ella otras actividades y, sobre todo, es un lugar para visitar, quedar sorprendidos con su belleza y aprender más sobre la historia de la ciudad. Al igual que otros de los monumentos más importantes de Toledo, la entrada cuesta solamente 2,80€, y puedo decir que la visita merece muchísimo la pena.
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