En esta ocasión nos dirigimos a la ciudad de Oporto, ciudad famosa por sus vinos (que en realidad se hacen en el interior de Portugal) y por su río Duero (o Douro en portugués) que acaba desembocando al mar pasando por esta ciudad.
Aunque nos refiramos a la torre, esta se encuentra anexa a la iglesia del mismo nombre y que se incluye también en la visita.
Pero uno de esos lugares que un visitante no puede perderse es la Torre de los Clérigos, junto a la Catedral y el edificio de la Bolsa, lugares de parada obligatoria en Oporto.
Cómo llegar
El lugar es muy fácil de llegar desde la estación de São Bento, uno debe llegar a la "Praça da Liberdade" y ya de ahí subir hacia la Torre, ya que desde ahí se puede ver la misma iglesia. De todas maneras preguntando no creo que haya ningún problema.
El metro más cercano es el de São Bento, y un poco más lejos el de Aliados. De autobuses hay varias paradas en la "Praça da Liberdade" y delante de la estación de São Bento.
Un poco de historia...
El origen de la iglesia y de la torre (aunque más bien en español su término correcto es campanario), se debe a la unión de tres órdenes religiosas: la "Confraria dos Clérigos Pobres de Nossa Senhora da Misericórdia", la "Irmandade de São Filipe de Nery" y la "Confraria dos Clérigos de São Pedro". Estas tres órdenes se fusionaron en una, la "Ordem dos Clérigos".
Pero tenían un problema, no tenían una iglesia propia ya que hasta entonces utilizaban la iglesia da Misericórdia. Por esta razón, decidieron construir una iglesia propia, la iglesia dos Jerónimos.
La torre e iglesia fue construida en el siglo XVIII, la iglesia entre 1754 y 1763, mientras que la torre entre los años 1754 y 1763 por el arquitecto italiano Nicolau Nasoni.
De la iglesia se debe destacar la unión entre los estilos barroco y rococó, y que a continuación explicaré más profundamente. De la torre, sin duda, destaca su exterior totalmente decorado en estilo barroco.
La torre tiene seis pisos, con 75 metros de altura y con una escalera en esperial de 240 escalones, siendo en su origen el edificio más alto de Oporto. El mármol y el granito son los materiales que más se utilizaron y fueron sacados de lugares cercanos a Oporto.
El lugar recibió la clasificación de monumento nacional en 1910. En diciembre de 2014, después de varios meses, reabrió al público con lo cual uno no tiene excusa para no ir.
La torre
Empezamos por la torre, la entrada incluye la visita a la torre y a la parte de arriba de la iglesia de la Orden de los Clérigos, siendo gratis la visita en sí mismo de la iglesia.
La entrada cuesta tres euros, sin ningún descuento de estudiante y es que, mucho apoyar a la familia pero la iglesia Católica es la única que no hace ningún descuento a los estudiantes.
La torre en sí mismo, tiene dos aspectos destacables, en primer lugar su exterior del que se puede apreciar en una de las fotografías y por otro lado, el mirador que se encuentra en la cúspide de la Torre de los Clérigos.
Pero en sí mismo como interior, no tiene nada del otro mundo y es por eso, que por ejemplo, es mucho mejor la Torre de Belém de Lisboa en este aspecto. Como se puede ver en la tercera fotografía, todo su interior se encuentra profundamente reformado.
Aunque por suerte, a diferencia de la Torre de Belém, aquí uno no debe esperar a que la gente baje o suba ya que las escaleras aunque sean de caracol son lo suficientemente anchas.
En la planta baja y en los dos primeros pisos, se incluye unas pequeñas exposiciones, ya que la torre no da para mucho más. En una de las exposiciones, nos incluyen un panel cronológico de la Torre y la iglesia de los Clérigos junto a otros edificios importantes del siglo XVIII.
En otro de los paneles, nos indican un poco la historia de la Ordén de los Clérigos y las distintas fases que pasaron hasta la actualidad. Había también otro panel, pero aunque la Torre de los Clérigos se encuentra totalmente reformada, faltaba por acabar de poner las exposiciones que aunque no sean nada del otro mundo, es una pena que no hubiera podido haberlo visto todo completo.
En cuanto a su mirador, por mi corta visita en Oporto, solo puedo destacar dos grandes miradores, el mirador que se encuentra en el parque del Palacio de Cristal y este mirador. Ambos son diferentes miradores, mientras que en el primero en un perfecto mirador para contemplar el río Duero, en este mirador es perfecto para contemplar el casco antiguo de Oporto.
El mismo mirador de la Torre de los Clérigos, nos ofrece unos paneles informativos mostrándonos los lugares que se pueden ver desde cada parte de la torre.
La iglesia
La iglesia forma parte de la Torre de los Clérigos, aunque la iglesia en si mismo es bonita, hay muchas otras iglesias en Oporto con un mayor nivel. Aún así, la entrada a la Torre nos incluye un recorrido por la parte de arriba de esta iglesia.
Esta iglesia barroca destaca sobre todo por las estatuas de ciertos santos y por el retablo que se encuentra en su interior. La forma de la iglesia es curiosa, ya que la iglesia en sí tiene una forma redonda u ovalada, en contraste con la mayor parte de iglesia que tienen forma de cruz. Supongo que la razón es que se encuentra entre dos calles y no se podría hacer por cuestión de espacio.
En cuanto a la parte alta de la iglesia que incluye el propio billete a la torre de los Clérigos, es una parte mixta entre exposiciones, objetos valiosos de la iglesia de los Clérigos y las vistas que se pueden teer desde esta parte de arriba.
De las exposiciones, estaban a medio hacer por lo que lo cuente seguramente cambie dentro de unos meses. En unas de las exposiciones, te contaba la historia de la iglesia y las distintas reformas que sufrió a lo largo de la historia. Mientras que en otra de las exposiciones, se podía ver (aunque no todo) un video explicativo sobre la restauración de la Torre de los Clérigos y algún panel explicativo.
En referencia a los objetos valiosos de la iglesia, son sobre todo cuadros religiosos y diversas estatuas de santos, también retablos y algún objeto de uso de los sacerdotes. También se puede ver una especie de sala de reuniones muy bonita, totalmente decorada.
En conclusión, en sí mismo no es nada del otro mundo, pero como mirador es realmente bello. También es cierto que es uno de los lugares de mayor fama de Oporto, por lo que no visitarlo tiene un poco de delito, siendo posiblemente el monumento más visitado de la ciudad. Recomendable su visita si uno se encuentra en su casco histórico o cerca de la estación de São Bento.
Qué ver Oporto,
Oporto,
Portugal
