Una sala de conciertos para muchos...
Un deber de visita para mí
La Casa de la música es un edificio súper importante dentro de lo contemporáneo de la ciudad de Oporto en Portugal. ¿Por qué es importante? Bueno, lo diseñó el arquitecto holandés Rem Koolhaas, quien normalmente pasa sus días de trabajo escribiendo libros, teorizando sobre formas y espacios, pero que de vez en vez los plasma en una obra viviente, como esta, así que vale mucho la pena conocerlo.
En realidad la función de este edificio es la de ser una sala de conciertos y laberinto a la vez, laberinto porque desde el ingreso, eres un ser totalmente libre de elegir hacia donde dirigirte, subir o bajar escaleras, girar a la izquierda, a la derecha, o quedarte donde estás.
Muy bien, veámoslo todo desde el inicio
Es muy fácil llegar. Sólo es cuestión de tomar el metro en dirección a la estanción del mismo nombre, en cuanto bajas puedes ver a lo lejos un edificio blanco, que sobresale de entre el contexto edificado.
La zona es bastante linda, urbana, y llena de vida. Justo enfrente del edificio se encuentra el parque - rotonda muy grande e identificable, y desde la cual se puede lograr una mejor perspectiva general del edificio.
Uno de los conceptos formales era que el edificio evocara a una roca que cae en ese contexto histórico portugués y se impone dentro de la topografía. Esto se ve representado en la plazoleta que rodea el edificio, ya que tiene diferentes pendientes y desniveles en rampa que realmente sirve de pista de skate para muchos jóvenes, así como área social.
El edificio es de formas irregulares y da la impresión de estar incrustado en el suelo, con sólo un pequeño apoyo, sus fachadas son angulares, con mucho cristal, y un solo ingreso visible a través de una pequeña escalinata.
Aunque en realidad se trata de un rectángulo invisible extraído del edificio, la sala de música se convierte en el espacio central y por supuesto el más importante, ya que le da sentido a toda la construcción. Este elemento funciona como vacío del sólido, y es mucho más apreciable desde cualquier planimetría.
En los interiores el concepto de quebrados continúa, los muros delimitan espacios angulosos, crean perspectivas y guían hacia diferentes sitios. Yo inicié mi recorrido a partir del vestíbulo, decidí tomar un tour en inglés, ya que según recuerdo sólo hay recorridos en inglés y en portugués, y aunque el idioma es muy similar al español, creo que tenía mucha más oportunidad de entender el verdadero sentido de la conversación en inglés.
El tour lo tomamos otras 10 personas aproximadamente y fuimos guiados a través de los pasillos y diferentes salas.
Algo que me pareció bastante interesante fué el hecho de que aunque para cualquier arquitecto se desperdiciara el espacio, las esquinas y recovecos formados tenían un diseño especial que si bien no era funcional como tal para algo en específico, si era posible contemplarlo.
Las salas alrededor de la sala principal de conciertos tienen vista hacia el centro a través de un muro de cristal curveado, lo cual me remite a las ondas sonoras que realmente son invisibles.
Las salas tienen diferentes diseños que hacen alución al arte e historia portuguesas, una por ejemplo se encuentra toda pintada con una técnica típica portuguesa. Se conforma de azulejos en su mayoría entintados en un color azul, con pasajes de la historia o cotidianidad. Esta técnica se puede observar en muchos edificios de la ciudad y llenan de carácter los espacios.
Otra de las salas cuenta de la misma forma con azulejos que conforman un apiz de formas geométricas bastante interesantes, en esa sala es posible "jugar" con los instrumentos de diferentes naciones y tocarlos interactivamente.
Después del recorrido por las salas, llegamos a un espacio amplio con un lucernario enorme que enmarcaba maravillosamente la parte antigua de Oporto, pudiendo admirar el cielo, el mar y la ciudad, emblemas Portugueses.
En general fué una experiencia bastante agradable y feliz, no podría encontrarme en un lugar mejor, admirando y gozando de mis dos pasiones, la música y la arqutiectura, la música convertida en piedra.