Monumento a los judíos de Europa asesinados
- Dirección: Cora-Berliner-Straße 1
- Etiquetas: Qué ver Berlin, Berlin, Alemania
Memorial del Holocausto
El monumento a los judíos de Europa asesinados, más conocido como el Monumento del Holocausto o Memorial del Holocausto, se encuentra en Berlín, Alemania, muy cerca de la Puerta de Brandeburgo.
Este monumento dedicado a este suceso tan trágico de la historia está formado por más de 2. 500 losas de hormigón puestas en un recinto o campo cuadrado que está inclinado. Las losas tienen 2. 38 metros de largo y 0. 95 metros de ancho, pero la altura de las mismas varias. Entre la inclinación del campo donde se encuentran y la diferente altura de las losas es bastante irregular, de hecho se pretendía conseguir crear confusión e incomodidadya que se puede caminar por el recinto entre las losas.
Si no sabes lo que es antes de verlo, te puede recordar a un pequeño cementerio en el centro de Berlín. Cuando yo fui, había nevado, y muchas de las losas estaban cubiertas de nieve, me impresionó aunque no parecía que hubiera tantas losas; pero lo que más recuerdo es el sentimiento que tuve al verlo por lo que conmemora, ya que es como un cementerio de judíos en Berlín. Que el monumento se encuentre en Berlín me provoca dos sentimientos contrapuestos, por una parte me gusta ya que en mi opinión simboliza el arrepentimiento de lo que hicieron y pueden recordar el horror que hubo, pero por otro lado me parece un poco paradójico que se haga el monumento allí. No sé cómo explicarlo.
Hicimos algunas fotos y paseamos entre las losas, no os puedo decir que sea una visita bonita, pero sí que me parece algo que hay ver si se va a Berlín, y admiro la obra por su magnitud y por lo que representa. El sentimiento que me produjo pasear entre las losas fue de un poco de agobio y de caos, de agobio porque muchas de las losas eran más altas que yo y parecía que se me caían encima, y de caos por la distinta altura de las losas.
También me parece un poco tardío el monumento, ya que se inauguró en el 2005 pero lo puedo entender debido a la historia reciente de la ciudad.
Si se quiere saber información, hay un espacio subterráneo en el que se explica la política de exterminio que llevaron desde 1933 hasta 1945, así como testimonios de víctimas del Holocausto. Lo que más me impactó fue la pared que contiene todos los nombres de las víctimas con su fecha de nacimiento y muerte. Es algo bastante triste pero por lo menos a mí me interesa bastante esta parte de la historia, aunque todavía sigo sin entender como se pudo hacer esa masacre.
El acceso al espacio subterráneo es gratuito y está abierto de martes a domingo desde las 10 de la mañana hasta las 7- 8 de la tarde según sea época de invierno o de verano.
Cómo llegar
Se puede llegar en S-Bahn o U-Bahn (el tren de cercanías y el metro en Berlín), y las paradas más cercanas son 'Potsdamer Platz' y 'Mohrenstrasse'. Para 'Mohrenstrasse' se necesita viajar con la línea U2, y para 'Potsdamer Platz' se puede viajar con la S25 o S1. Si vais andando es fácil de encontrar, al pasar la Puerta de Brandeburgo, giráis a la izquierda y os lo encontráis y si giráis a la derecha llegaréis al Reichstag.
Galería de fotos
Contenido disponible en otros idiomas
- English: Holocaust Memorial
- Italiano: Il Memorial dell'Olocausto
- Français: Mémorial de l'Holocauste
Monumento sensorial en Berlín
Entre sombras, subir y bajar
Entre sombras nos encontramos, conforme mis pies me ayudaban a avanzar, se veían entorpecidos ante la inseguridad de la topografía, me vi rodeada, encerrada, la desesperación, el miedo y la emoción de salir de ahí me mantenían en mi inestable movimiento.
La ciudad de Berlín como capital alemana es como el hijo de algún cruel asesino, aunque suene mal, aunque suene drástico, así es como lo podría interpretar. Berlín renació de un oscuro pasado, la mentalidad y sentimiento comunitario se vió iluminado por un nuevo futuro, uno más tolerante.
La ciudad no niega lo acontecido, no oculta a su padre, lo acepta y se arrepiente. Se llena de monumentos a los caídos en esa historia de terror, enalza su valentía, los recuerda y acobija en son de paz y arrepentimiento profundo como acto de autoflagelación.
Uno de los munumentos construídos en la contemporaneidad alemana es el Monumento a los judíos de europa asesinados o como yo lo conozco, el monumento del holocausto, ubicado unas callesitas después, al lado izquierdo de la puerta de Brandenburgo.
El monumento es público, con una extensión aproximada a dos canchas de fútbol, en las cuales se disponen miles de muretes con alturas que van desde los 50 centímetros hasta poco más de 4 metros, dispuestos en perspectiva, creando la ilusión óptica de que todos son de un tamaño similar.
El proyecto lo ejecutó e ideó un arquitecto estadounidense, Peter Eisenman, a quien aplaudo por el concepto y capacidad imaginativa sensorial en general, pero a quien en el mundo de la arquitectura se le ha criticado quizás porque actualmente y después de 10 años de mantenerse en pie, los bloques han empezado a sufrir una autodestrucción por falta de un cálculo correcto en materiales y resistencia ante el inclemente clima polar de Berlín.
Yo no culparía directamente al arquitecto, son muchos los que intervienen en una obra como esta, pero entiendo la preocupación e indignación de los alemanes ante el miedo de perder uno de los monumentos más sagrados del país.
¿Sagrado?, bueno, es como podemos llamarlo, ya que estas lápidas de concreto representan un cementerio a la memoria de los millones que cayeron en manos de la crueldad e intoleracia humana.
En fin, la verdad es que cuando yo realicé mi obligada, necesaria y emocionante visita, los bloques se encontraban en buen estado y agradezco haber vivido en carne propia esas sensaciones tan increíbles que te hacen sentir, se me eriza la piel al recordar la ansiedad que sentí.
La topografía del lugar es inestable, se crean ondas en el suelo que te hacen subir y bajar, mientras casi sin darte cuenta, te adentras más y más, los muros te sobrepasan, la luz se vuelve cada vez más sutil, y llegas a ver sólo pasillos y pasillos infinitos de bloques de frío concreto.
César y yo entramos, nos asustábamos el uno al otro, fué una experiencia única, casi caíamos ante la inestabilidad del suelo, teníamos la oportunidad de estar solos, de vez en cuando encontrar a alguien, representa perfectamente el sentimiento de estar encerrado en un cementerio, un laberinto de difícil salida.
Representó una de las experiencias más acertadas a lo general de estar en guerra, atrapado y sin mucho que hacer, viendo como cada vez te hundes más y más.
Vale la pena mencionar que al ser un espacio sagrado, se le debe tomar el respeto correspondiente, ya que también muchos Berlineses se quejaban de turistas y niños que lo veían como un laberíntico juego más.
Así que a disfrutar y recordar con el merecido respeto, a esas almas caídas...
Galería de fotos
Contenido disponible en otros idiomas
- English: Spinetingling monument in Berlin
- Italiano: Monumento sensoriale a Berlino
- Français: Monument sensoriel à Berlin
Una experiencia para reflexionar, la mejor manera de conocer Alemania.
Memorial del Holocausto Judío: un monumento muy diferente
Este es uno de los monumentos de Berlín que no te puedes perder. Lamentablemente no es un memorial que debas de visitar porque te va a encantar su arquitectura o porque se vea precioso para tus fotos del Instagram. Este es uno de los lugares que se visita por el significado histórico y también para hacer una reflexión de vida, o al menos así lo veo yo.
Conocí el memorial del Holocausto Judío debido a un tour gratuito que tomé en la ciudad de Berlín, se llama Free Walking Tours. Te recomiendo tomar estos tours “gratuitos” porque los dan estudiantes o chicos trabajadores que se informan y conocen muy bien la ciudad. Al final del tour, aunque es gratuito siempre te piden una cooperación evaluando su servicio, aunque al final se merezcan sus cinco euros, porque en verdad se lo merecen, te ahorrarás muchísimo más que si hubieras contratado un tour privado. El ambiente en los tours es increíble y puedes conocer a muchos turistas tipo backpackers que al final se pueden convertir en tus grandes amigos. Puedes revisar en las páginas de internet porque se organizan durante ciertos días y hay diferentes rutas, también puedes escoger el idioma en el que se da el tour.
La página es: Free Walking Tours
Una vista al memorial, donde es fácil perderse en todas esas columnas. Esta foto fue tomada en el invierno, cuando neva se ve muy precioso y mucho más impactante.
La controversia sobre construir el memorial o no.
Este memorial en Berlín fue construido para conmemorar a las víctimas del Holocausto. Originalmente fue diseñado por Peter Eisenman y Buro Happold. Inicialmente hubo mucha controversia por su construcción, ya que algunos alemanes pensaban que el construirlo implicaba que esa parte de la historia alemana todavía no se puede superar. Otros decían que el Holocausto fue un terrible error de las generaciones pasadas y que por qué las nuevas generaciones tendrían que cargar con una culpa de años atrás que realmente no les pertenece, aparte de todo, no veían justo gastar los 25 millones de euros que costó su construcción cuando había sido un evento que había sucedido hace bastantes años. A pesar de todo esto, se empezó a construir en el mes de abril del 2003 y se terminó en diciembre del 2004. La localización del memorial es imperdible para cualquier turista, ya que una de las atracciones más famosas de Berlín es la puerta de Brandenburgo y el memorial se encuentra a tan sólo una calle del mismo.
Aquí nos encontrábamos todas las personas rodeando uno de los bloques de hormigón, escuchando atentamente la explicación del guía. Una experiencia que te pone la piel chinita. Si te dijas bien, también podrás ver a los guardias con su uniforme gris, que se encargan de que los turistas tengan un buen comportamiento hacia el memorial y evitan el vandalismo.
Un significado abierto
Pese a que muchas personas se opusieron a su construcción, el memorial fue construido. Está compuesto de 2711 losas de hormigón, que están puestas en un campo de 19. 000 metros cuadrados. Algunos de los bloques o estelas varían de ancho y de altura conforme se van posicionando en dicho campo, los que se encuentran al exterior tienen una altura de hasta 20 centímetros pero otros alcanzan casi los cinco metros (esos se encuentran más al centro). Estos bloques se encuentran organizados en 54 filas y 87 columnas, para ser exactos. ¿Pero cómo decidieron el número exacto de las columnas? Si observas bien, el número 2711 es un número primo, los números primos son divisibles entre sí mismos y entre uno, nada más. Los autores quisieron darle un significado abierto, es decir, que cada quien quisiera ver lo que sintiera en su corazón y lo interpretara como quisiera.
A mí me parece que los bloques de hormigón en las esquinas parecen tumbas, como si fuera la tumba de las miles de familias afectadas. Unas en mayor grado y otras en menos grado, representadas por la altura. Esta es mi percepción de lo que significa, me encantaría leer la tuya con algún mensaje a mi perfil.
Puede que el número de las losas sea irrelevante para muchos, pero al menos para mí tiene un significado muy fuerte. Es como decir que o todos estamos unidos, como uno sólo o estamos completamente solos y apartados. Como muchos sabemos, lamentablemente siguen habiendo algunas sectas neo-nazis aún hoy en día, este tipo de sectas fueron responsables de algunos actos de vandalismo, sobre todo con el graffiti. Es por eso que cada uno de los bloques está protegido contra pintura y con algunos guardias de seguridad, debido a algunos incidentes del pasado.
El museo subterráneo
En la parte trasera del monumento podrás ingresar a una especie de museo debajo de la tierra que es gratuito y abierto a todo público. En él encontrarás los nombres de las más de tres millones de las víctimas del holocausto judío.
Después de visitar el memorial, no se les olvide complementar su visita asistiendo al museo subterráneo. Es una experiencia recomendable para todo turista que se quiera empapar de historia pero que al mismo tiempo no pueda o quiera pagar en ir a Auschwitz o al campo de concentración de Sachsenhausen. Es importante mencionar que cada persona reacciona muy diferente ante este tipo de exposiciones que apelan a los sentimientos más profundos del corazón. Hay personas que no pueden ni quieren ir a Auschwitz, y en el mismo momento en el que llegan quieren retirarse porque la experiencia es muy fuerte, así que lo bueno de visitar el museo del memorial es que es fácil salir y subir a la ciudad si no puedes tolerarlo, aparte de que la experiencia no es tan fuerte en comparación a los campos de concentración mencionados anteriormente.
El memorial de Holocausto Judío recibe cientos de visitas diarias, en esta época era temporada baja y se puede ver un flujo de turistas considerable para un época donde casi no hay visitantes.
En el museo debes de dejar todas tus bolsas y compras en los lockers, todo de manera gratuita. Se concentra en la historia de seis personas que terminaron en Auschwitz, sobre todo de sus últimos días, de las cartas de despedida que le escribían a sus familiares (muchos de ellos ya muertos). Es increíblemente fuerte esta experiencia, sobre todo al leer la carta de un niño de seis años hacia sus padres, explicándoles que sabía que iba a morir. Realmente este tipo de experiencias no tan agradables, te hace reflexionar mucho sobre la historia de la humanidad, sobre si hemos repetido los mismos errores y sobre el costo tan impactante que puede tener una guerra.
El museo ayuda mucho a todos a entender lo que ha pasado, es bastante didáctico e incluye videos y las cartas originadas que son plasmadas en el suelo con una iluminación necesaria para poderlas apreciar. Te puedes sentar para ver los videos y conocer a algunas de las víctimas, ver cómo eran las condiciones en las que vivían, los soldados involucrados y cómo puede ser un día a día en el campo de concentración.
Mi amiga y yo pudimos leer todo en el museo pero mi prima y mi madre decidieron ver sólo la mitad y esperarnos afuera, porque como les digo, para todos es diferente y hay personas que simplemente no quieren o no pueden escuchar lo que ha pasado. A mí me parece que si tienes la oportunidad de viajar y no sólo de leerlo en tus libros de historia, es bastante importante que aproveches la oportunidad para informarte de primera instancia cómo sigue Alemania después de tantos años de la primera y segunda Guerra Mundial. Es una experiencia inigualable, una experiencia que no te da ni el curso de historia mejor dado. Las lecciones fuera del salón de clase siempre son las mejores aprendidas. Si te interesa entrar al museo gratuito, llega temprano porque abren desde las 8 de la mañana pero cierran hasta las tres de la tarde.
Sobre las actitudes de los turistas que son inaceptables
Durante mi estancia en el memorial me tocó ver muchas actitudes de los turistas que dejaban bastante que desear. Hablar del genocidio de miles de judíos no es algo para llevarse a la ligera, es algo serio que requiere respeto. En lo personal, cada una de las losas de hormigón tiene el aspecto de una tumba de cementerio, sobre todo por el color y por la manera en la que están acomodadas. Yo creo que estar ahí requiere respeto y silencio para poder meditar en lo ocurrido. Me tocó ver muchos turistas que junto con sus hijos, querían divertirse en el memorial y se les ocurría brincar de losa en losa como si fuera algo a lo que no hay que tenerle nada de respeto.
También he visto gente que se sube a ellos (a los más altos) y se sienta, como para salir en una selfie. Otros suelen subir sus pies para detener su torso en otra losa de hormigón. Este memorial no es un monumento como la Torre Eiffel, no es un arco del triunfo en el que puedas posar como se te de tu gana, hay que guardarle respeto a un memorial que representa a millones de judíos asesinados violentamente, a millones de familias destruidas y a una época de la historia que más de uno quisiera olvidar.
Creo que es válido tomarle fotos porque al final estás de turista y quieres recordar cada lugar que pises, pero siempre con el debido respeto. Un ejemplo de mi amigo Luiz de Brasil, que fue conmigo al viaje y al que capté retratando el memorial como se debe.
Algunos datos curiosos que aprendí al visitar este lugar
Los estragos de la Segunda Guerra Mundial y del Holocausto siguen sintiéndose hasta la fecha, donde hay ocasiones (aunque ya no es muy común) que encuentran bombas en el subsuelo que no estallaron y que podrían hacerlo en cualquier momento. A este tipo de bombas se les llaman “bombas dormidas”, aproximadamente pesan media tonelada. ¿Te imaginas? Cada vez que ocurre un evento de este tipo, la policía debe de desalojar a todo el vecindario y cortar el tráfico por unas horas en lo que se aseguran que queda inhabilitada. Mucha gente dice que aproximadamente quedan 3000 bombas de guerra que todavía no explotan, que realmente son muy pocas tomando en cuenta que tan sólo Berlín fue bombardeada con medio millón de toneladas de bombas.
Las bombas dormidas son algo que le preocupa mucho al gobierno todavía, porque algunas de ellas pueden detonar espontáneamente, como el caso de una de ellas que explotó al lado de una escuela en 1983.
Otra cosa que me impresionó es que hasta el año 2015, o sea hace solo un año, la República de Alemania terminó de pagarle a Francia los daños económicos ocasionados por la guerra, acuerdos que quedaron pactados en el famoso Tratado de Versailles, firmado en el Palacio de Versailles en Francia. Como te puedes dar cuenta, el turismo que uno hace a Berlín es más histórico que nada, porque una guerra tan importante como la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto Judío siguen siendo temas que se relacionan con el pueblo alemán, les guste o no.
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