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Museo judío de Berlin


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De los mejores museos del Holocausto en Europa

Publicado por flag- Erik Falcon — hace 3 años

Esta publicación la dedicaré a uno de los museos que más me ha impresionado y gustado al mismo tiempo, el museo en su momento fue todo un tema de controversia por su peculiar diseño el cual fue el resultado de una deformación de la estrella de David generada por la unión de puntos históricos de la ciudad.

Se encuentra en Berlín, y es considerado como uno de los mejores museos de su tipo en Europa.

De los mejores museos del Holocausto en europa

En la fotografía: La peculiar fachada del edificio recubierto con zinc.

De su forma y su arquitectura

El diseño del edificio estuvó a cargo del arquitecto estadounidense ganador del Pritzker Daniel Liebeskind, arquitecto de origen judeo-polaco con ya una gran trayectoria a nivel internacional. Solo un arquitecto con su carrera y experiencia se atrevería a desarrollar un edificio con tales características y que rompen rotundamente con su contexto, en especial, contrastando con el museo barroco contiguo por donde se encuentra el acceso.

Sin adentrarme demasiado a términos arquitectónicos o a una explicación exhaustiva del edificio solo les diré que el concepto central del mismo es el representar las experiencias de los judíos en Alemania: continuidad, holocausto y exilio.

En la fotografía: La maqueta del edificio que muestra su zigzagueo poco peculiar.

Un museo vivencial

Algo que me gustó mucho del museo, fue que además de tener información relevante del sufrimiento de los judíos, tiene espacios de reflexión profunda. Un ejemplo es la instalación Shalechet, donde miles de caras metálicas se encuentran amontonadas en una sala del museo, apiladas como el sin fin de cuerpos de judíos muertos que hubo durante el holocausto. El creador de la obra Menashe Kadishman, invita al visitante a cruzar por la sala pisando los rostros sin hacer ningún ruido. Como la gente no suele negarse ante un reto, comienzan a cruzar procurando ser lo más cuidadosos posibles, pero el material de los rostros y su forma irregular, hacen que con cada pisada se escuchen ecos por la sala que erizan la piel, uno no puede evitar el pensar que cada eco puede ser el grito de dolor y sufrimiento de una persona.

De los mejores museos del Holocausto en europa

En la fotografía: los miles de "rostros" con expresión de dolor y queja apilados unos sobre otros.

Otra de las salas que te deja un amargo sabor de boca, es un espacio vacío con más de diez metros de altura quizá más, en donde solo hay una pequeña ventana a lo alto y las paredes pintadas de negro. Te hacen sentir una soledad y frío muy denso, por momentos te hace ponerte en los zapatos de los judíos. Te hace ponerte a pensar que en muchas ocasiones no era el hecho del dolor físico o el maltrato en los campos de concentración lo que más les carcomía día con día, sino el vacío al que enfrentaban desde el primer momento en el que los separaban de sus seres queridos, del que se daban cuenta que no tenían en quien confiar o quien los ayudara y día con día, las esperanzas se veían más lejos.

Las exposiciones

El museo tiene dos exposiciones, una permanente que habla de dos milenios de historia germano-judía (es tanta información que es difícil de digerir en una sola visita), desde las comunidades medievales, la etapa del barroco, la emancipación, La Primera Guerra Mundial, la marginación y aniquilación y la migración. La segunda exposición es temporal y por lo que tengo entendido son de diferentes temas relacionados con el nacionalismo, los judíos y alemanes, y duran en promedio por un año.

El jardín del exilio

Les había mencionado que el museo se divide en tres ejes, la continuidad, el holocausto y el exilio, pues en este jardín llamado oficialmente como Josef Hoffman, se toca el último tema. En una plancha cuadriculada crecen grandes pilares huecos llenos de vegetación. Desde el momento que me adentré al jardín no pude evitar compararlo con el Monumento del holocausto diseñado por el arquitecto Peter Eisenman, por la similitud de enormes bloques ordenados en una retícula y con una pendiente en el camino para generar diferentes sensaciones en el visitante. Por ocasiones pareciera que estas en un laberinto y en otras que te estas adentrando a un pequeño bosque.

En la fotografía: Una vista de los lados más "enterrados" del jardín del exilio, en donde pareciera que estás en un laberinto.

Un diseño deconstructivista con sentido

Yo como arquitecto muchas veces llego a criticar el estilo deconstructivista. Para los que no conocen la palabra, es un estilo de la profesión en la que la obra pareciera no tener forma, estar destruida, de-construida (de ahí el nombre), y muchas veces estoy en contra porque resulta ser un capricho del arquitecto a cargo. Sin embargo, en esta ocasión cada elemento interior y exterior del edificio parece tener una función, las diferentes escalinatas y ventanas diagonales generan diferentes vistas, y hacen del recorrido por el museo una experiencia más, junto con la colección de exposiciones te adentra a la experiencia de los judíos a través de estos años y te da una muy vaga idea de su sufrimiento.

A mí, como lo habrán notado, me gustó mucho el museo, tiene tanta información y no basta con tan solo una visita si de verdad quieres aprender toda la historia.

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