Tarta de dulce de leche y queso en crema

Antes de conocer a mi gran amiga Silvia, bonaerense de nacimiento, ni siquiera había oído hablar sobre el dulce de leche. Ella es la culpable de mi interés por los postres preparados con esa mezcla de leche, azúcar, bicarbonato y vainilla, tan tradicional y consumida en Latinoamérica, que recibe distintos nombres según el país y las diversas variantes.

El dulce de leche lo podemos encontrar ya preparado en distintos supermercados y, aunque el que se hace de forma casera está infinitamente mejor, nos ahorra una buena cantidad de tiempo en la cocina. Yo, desde luego, uso el que ya viene preparado, que además es muy barato. 

Coste y dificultad

Hacer esta receta tiene un coste aproximado de 7 euros y os puedo asegurar que no encontraréis ninguna tarta de estas características por ese precio. De hecho, encontraréis tartas de dulce de leche (bastante caras, por cierto) pero no con queso.

La receta que os voy a mostrar es muy rápida de hacer, ya que no requiere el uso del horno y, además, si se lleva el orden adecuado, son tan solo unos sencillos pasos. No os dejéis intimidar por el número de ingredientes, todos se encuentran con facilidad en cualquier supermercado. La cuajada podéis sustituirla por gelatina neutra, pues se usa básicamente para espesar la mezcla.

Ingredientes utilizados

Ingredientes

Para la base:

• 1 paquete de galletas María

• 70 g de mantequila o margarina

Para el relleno:

• 1 vaso grande de leche (unos 300 ml)

• 1 sobre de cuajada

• 250 gramos de queso en crema

• 300 ml de nata para montar

• 150 gramos de dulce de leche

• 1 sobrecito de azúcar

• 1 cucharada de esencia de vainilla (opcional)

Para la cobertura:

• 100 ml de nata líquida (mejor del tipo que es para cocinar que de la de montar)

• 200 g de chocolate (de preferencia con alto contenido en cacao)

• Una nuez de mantequilla (o lo que es lo mismo: una cucharadita, opcional)

Elaboración

Base:

Yo he empleado un molde desmontable y antiadherente de 28 cm de diámetro y 3 cm de altura. Comenzaremos haciendo la base, para lo cual tenemos que triturar las galletas ... ¿Cómo? Pues muy sencillo: las colocamos en una bolsa de plástico y pasamos por encima una botella a modo de rodillo. También podemos triturar las galletas con la ayuda de una lata de bebida, lo que tengáis a mano. Si queda algún trozo un poco más grande y las galletas no quedan completamente pulverizadas no pasa nada, la cuestión es poderlas mezclar bien con la mantequilla (previamente derretida en el microondas) y cubrir la base del molde aplastando bien con la ayuda de una cuchara.

Base de la tarta ya preparada

Tras forrar el fondo con la masa de galletas y mantequilla, ponemos el molde en el frigorífico para que la base quede bien dura y asentada; mientras, preparamos el resto de nuestra receta.

Relleno:

Vamos ahora con lo principal, el relleno:

1. Ponemoso al fuego el queso, la nata, el azúcar y la esencia de vainilla; revolveremos bien a fin de integrar todos los ingredientes.

2. La leche del vaso la templaremos aparte en el microondas; cuando esté calentita añadiremos el sobre de cuajada al vaso para disolver los polvos antes de mezclar con el resto de ingredientes que tenemos al fuego.

Parte de los ingredientes al fuego

3. Una vez que incorporemos la cuajada, y estando todo bien mezclado, lo dejaremos al fuego hasta que rompa a hervir, momento en el que añadiremos el dulce de leche. Daremos vueltas durante unos minutos, hasta que empiece a coger cuerpo y lo apartaremos del fuego para que pierda temperatura (aunque no debe llegar a enfriarse) y podamos volcarlo sobre la base de galletas.

Todos los ingredientes del relleno ya mezclados

4. Una vez vertido el relleno sobre la base, meteremos el molde al frigorífico y esperaremos unas tres horas, hasta que adquiera consistencia y espese completamente, antes de poner la cobertura.

Cobertura:

Para cubrir la tarta, trocearemos los 200 gramos de chocolate y lo meteremos en el microondas un minuto y medio (a intervalos de 15 segundos, entre los cuales lo sacaremos y removeremos para evitar que se queme). Mientras tanto, vamos calentando la nata.

Chocolate troceado para fundir y preparar la cobertura

Cuando la nata rompa a hervir, la añadiremos al chocolate y batiremos todo bien junto con la mantequilla (esta última puede añadirse, aunque es opcional, para que la mezcla quede más brillante). Cuanto mejor batido esté todo, más lisa y fina nos quedará la superficie de la cobertura. 

Mezcla de nata y chocolate

Por lo general, casi todos los postres están mucho mejor cuando han reposado varias horas. Esta tarta no es una excepción y está mucho mejor de un día para otro, así que se puede (y se debe) preparar con antelación. 

Un último consejo: probad a sustituir la cobertura de chocolate por una de dulce de leche (100 gramos de dulce de leche mezclados con 3 cucharadas de agua para facilitar que la cobertura se extienda bien); está muy muy rico y, aunque no me creáis, no resulta nada empalagoso.

Venga, ánimo ... ¡que no se diga que un erasmus no es capaz de hacer una tarta digna del mejor repostero!

Resultado final

La tarta está exquisita, pero de la elaboración sacamos otra cosa positiva...¡nos va a sobrar bastante dulce de leche! Y lo mejor es que podremos utilizarlo a posteriori para untar tostadas, rellenar magdalenas o acompañar cosas tan ricas como tortitas o crepes. Si queréis saber cómo preparar tortitas americanas caseras o magdalenas en tiempo récord y con la seguridad de que os van a salir bien, no os perdáis estas recetas.

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