Pastel de queso japonés con 3 ingredientes
¡Muy buenas a todos!
Hoy vengo con una receta que acabo de probar recientemente y me ha salido un poco diferente a lo que me esperaba.
Voy a enseñaros a hacer un pastel de queso japonés utilizando únicamente tres ingredientes. Super sencillo y rápido de hacer y delicioso para comer; perfecto para acompañar con té o un zumo de frutas.
Una cosa super importante, seguid exactamente los pasos, sin saltarse ninguno y en el orden en que están escritos y no añadáis ningún ingrediente más. Creedme, si no lo hacéis así el pastel será una catástrofe.
Antes de empezar, he de comentar que este pastel se puede hacer de otras formas con más ingredientes, pero yo me he decantado por el más sencillo porque el resultado es casi exactamente el mismo. Quizás añadiéndole otros ingredientes quedará con más textura y esponjoso, pero así con los tres ingredientes queda igual de bueno, os lo prometo.
Un dato curioso, este pastel japonés aparece en una de las películas de Hayao Miyazaki: El viaje de Chihiro.
Para los fans de Miyazaki seguro que os suena. Cuando Sin Cara y Chihiro van a casa de Zeniba (la hermana gemela de Yubaba) y estos se toman un té con unos dulces. ¡Ahí está el pastel!
Para los que no conozcáis esta fantástica película, os la recomiendo fervientemente. Es muy muy buena y además os entrará unas ganas terribles de comer todos los platos que aparecen en esta película.
Yo me he propuesto cocinar todos los platos que aparecen en la película; aunque este pastel lo encontré de casualidad y no me di cuenta de que era el mismo pastel de la película hasta que una amiga me lo dijo.
Y lo mejor de todo es que sólo se necesitan 3 ingredientes.
Bien ¡empecemos!
Ingredientes:
- 120 gramos de chocolate blanco
- 120 gramos de queso de untar tipo Philadelphia.
- 3 huevos.
Instrucciones:
Cogemos los 120 gramos de chocolate blanco y los ponemos al baño maría para derretirlo.
Para los que no sepáis lo que es calentar al baño maría, consiste en colocar una olla con agua sobre el fuego y dentro de la olla con agua, otra olla más pequeña en la que pondréis los ingredientes que queráis derretir.
¡Atención! El agua es el peor enemigo del chocolate, así que tened mucho cuidado de que el agua no entre en la olla donde está el chocolate, o se os cortará y luego quedará el chocolate con el agua sin juntar y será un desastre.
Cuando vayáis a llenar la primera olla con agua, no la llenéis hasta el máximo, llenadla hasta un poco más de la mitad o ¾ de su capacidad, y cuando vayáis a meter la segunda olla, el agua debería cubrirla al rededor pero sin rebasarla y que entre el agua dentro.
Tened en cuenta que cuando el agua se ponga a hervir puede que acabe entrando el agua, así que prestad atención y cuando veáis que empiezan a salir burbujas, quitadle un poco de agua para que no se os mezcle con el chocolate.
Echad el chocolate partiéndolo en varios cachos sobre la segunda olla, y una vez que se derrita, removed con una espátula o una cuchara para que se una el chocolate.
Si lo de calentar al baño maría os resulta demasiado complicado o no tenéis ollas suficientes o de diferente tamaños para hacerlo; otra opción para derretir el chocolate sería en el microondas.
Romped el chocolate en cachos, no lo dejéis entero, y metedlo en el microondas en intervalos de 15 o 20 segundos. Cada 15-20 segundos abrid el microondas para ver si se ha derretido. Tenéis que usar la cuchara para comprobarlo, porque lo que me pasó a mi es que después de 3 intervalos, veía que el chocolate seguía con la misma forma, que parecía que no se derretía, y luego cuando lo saqué para comprobar si se había derretido fue aplastarlo con la cuchara y se convirtió en agua. Así que eso, revisad cada poco.
Una vez derretido el chocolate, le añadimos el queso de untar tipo Philadelphia y removemos bien hasta que quede en una mezcla de un mismo color.
Después, lo apartamos para que se enfríe un poco y cogemos los 3 huevos. Separamos las claras de las yemas en dos boles diferentes; y las claras (lo blanco) las metemos en la nevera para que no se calienten.
Un truquito para separar las yemas (lo naranja) de las claras sin que se te rompa la yema es, cuando rompéis la cáscara, ponéis el huevo en una de vuestras manos, y dejáis que la clara se escurra entre vuestros dedos. Poned la mano en plan cucharon, con los dedos ligeramente abiertos e id pasándoos el huevo entre una mano y la otra mano; sin movimientos bruscos para que no se rompa la yema (como me pasó a mi) hasta que la clara se haya bajado por completo. Ya veréis como se os queda una yema super suavecita y perfectamente redonda entre los dedos; )
Haced este procedimiento con los otros tres huevos y no olvidéis meter las claras en la nevera.
A continuación, mezcláis las yemas con la mezcla que habéis preparado antes de chocolate y queso de untar. Removéis bien para que se mezclen todos los ingredientes, pero sin batir muy fuerte o sino crearéis espuma y no queremos ese resultado.
Tras mezclarlo todo muy bien, poned a calentar el horno a 170ºC.
Ahora dejáis la mezcla a un lado y cogéis un molde. Podéis embadurnarlo con mantequilla o aceite de girasol o ponéis un papel de horno.
Mi consejo es que lo hagáis con mantequilla (ojo, no con margarina). Después no le echéis harina ni nada, con la mantequilla es más que suficiente.
Después, sacáis las claras de la nevera y las montáis a punto de nieve.
Para hacerlo, tendréis que batir las claras con un batidor eléctrico o bien manual. Yo esta vez lo hice con un batidor manual porque el batidor eléctrico lo tenía roto; así que si lo vais a hacer manual preparaos para dejaros el brazo en ello.
Hay que batir muy bien, rápido y constante. Podéis parad para recuperaros del esfuerzo y tomar un ligero descanso, pero después intentad seguir batiendo al mismo ritmo para que se os monte.
Sabréis que las claras están batidas a punto de nieve cuando pongáis el bol boca abajo y no se caiga.
Cuando ya tengáis las claras a punto de nieve, echáis ¼ sobre la mezcla anterior de yemas, chocolate y queso de untar y removéis con cuidado, con movimientos envolventes para que no se os bajen las claras. Después, añadís el otro ¾ restante y mezcláis, siempre con movimientos lentos pero seguros.
Y ahora bien, lo más importante: Añadid agua caliente sobre la bandeja en la que pondréis el molde en el horno, más o menos dos dedos de altura, para que se cocine al baño maría.
Esto es super importante, porque cuando yo hice este pastel, no entendí muy bien las instrucciones y pensé que el agua lo tenía que verter en la mezcla, pero me parecía extraño así que no lo hice; y tampoco eché el agua sobre la bandeja.
Aquí os dejo una foto de cómo debería ser si añadís el agua en la bandeja, y luego otra foto en la que podéis ver el resultado sin echar el agua en la bandeja.
Como podréis apreciar, si no le echáis el agua, la mezcla no os va a subir y el pastel quedará muy bajo (eso sí, igual de bueno eh).
Entonces eso, ni se os ocurra olvidaros de añadir el agua sobre la bandeja.
Una vez que lo hayáis hecho, ponéis el molde sobre la bandeja y lo metéis al horno.
Así me quedó la siguiente vez que lo hice, esta vez poniendo agua en la bandeja del horno.
Tiempo de cocción:
Esta parte es super importante. Y digo importante porque si no lo hacéis bien se os pondrá duro como una roca o no se os cocinará. Así que prestad mucha atención y tomad nota.
- Primero calentáis el pastel a 170ºC durante 15 minutos.
- A continuación, bajáis a 160ºC y lo dejáis otros 15 minutos.
- Después, apagáis el horno y dejáis dentro del horno el pastel durante otros 15 minutos.
- Por último, transcurridos los 15 minutos con el horno apagado, sacáis el molde y lo dejáis enfriar.
No intentéis sacar el pastel del molde antes de que se os enfríe o se os romperá y se quedarán cachos pegados a la base o en los laterales. Os lo digo porque yo la cagué y tras 10 minutos más o menos después de sacarlo del horno intenté quitar el molde y una parte se me quedó pegada.
Es por eso que os digo que es muy importante seguir las instrucciones.
Cuando se haya enfriado bien (40 minutos más o menos desde que lo sacasteis del horno) proceded a quitar el molde con cuidado y ¡ya está!
Ahora cortad el pastel en las porciones que queráis y ¡a comer!
*Consejos:
Los huevos que vayáis a utilizar intentad que sean de tamaño M, ni S ni L porque si usáis tamaño S se os quedará la mezcla muy pastosa y si el tamaño es L se os quedará muy líquida y el pastel no cuajará.
Para el queso de untar os recomiendo que uséis el de la marca Philadelphia y no otra, porque el sabor que tiene es diferente al resto y el pastel sabe muchísimo mejor con el queso Philadelphia. Pero si no queréis comprar ese en concreto (normalmente es más caro que uno del Carrefour o Mercadona) no pasa nada eh, el resultado seguirá siendo el mismo y estará igualmente super rico; )
Por favor, no olvidéis el agua sobre la bandeja del horno. Es lo más importante para que el pastel quede esponjoso.
Con respecto al molde, intentad que no sea un molde desmontable o sino os entrará agua cuando lo pongáis en la bandeja de agua.
Yo he intentado hacer este pastel de queso japonés dos veces. La primera, como os he comentado antes, no le puse el agua a la bandeja para que se cocinara al baño maría y entonces me salió super plano, fail total.
Y la segunda vez puse el agua en la bandeja pero utilicé un molde desmontable y entonces se metió agua dentro de la mezcla y, otra vez, fail total.
Sin embargo, esta vez me quedó más esponjoso y más con textura de tarta de queso (como debería de ser), pero no subió mucho, el pastel quedo otra vez un poco plano.
Pero os aseguro que de sabor estaba buenísimo (el segundo pastel mejor que el primero, sinceramente).
A toda mi familia le encantó y voy a hacer el pastel otra vez, pero esta vez con un molde cerrado.
Otro consejillo es que, si queréis, podéis añadirle azúcar glas por encima del pastel con un colador. Yo se lo puse a mi primera tarta porque me había quedado un poco fea por encima; pero el pastel está buenísimo sin necesidad de echarle el azúcar glas, además que así es como es el original y el que aparece en la película de Miyazaki; )
¡Y esto es todo! Espero que os haya quedado tan bien como a mi, y si no, no os desaniméis y probad a intentarlo otra vez. Yo tuve que hacerlo dos veces hasta que me salió perfecto.
Así que ánimo, y ¡a disfrutar!
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