Cheescake sin horno

Tarta con mermelada de grosellas negras

Hoy vamos a hacer una tarta que gusta a casi todo el mundo, incluso a quienes el queso no les entusiasma demasiado. A mí, como ya sabréis, el queso me encanta; es por eso que he publicado alguna otra receta de tarta de queso o elaboraciones con queso en el blog.

Esta es la tarta más similar al cheesecake americano que sé hacer (bueno, en realidad, el origen de la tarta de queso se remonta a la Antigua Grecia, pero eso es otra historia). Espero que os animéis porque os dejará muy bien ante los amigos. Además, todos los ingredientes son muy económicos.

Base, relleno y cobertura de la tarta

Esta tarta es también una muy buena opción incluso para llevar a casa de alguien como postre o merienda. Y este es el caso, así que espero que llegue sana y salva a destino. Esa es la razón por la que no he usado un molde desmontable, pues me parecía más engorroso transportar la tarta en un recipiente poco seguro. 

Cheesecake americano

Coste y dificultad

El coste de la tarta va a depender absolutamente del tipo de queso que utilicéis; yo he gastado aproximadamente 7,25 euros en los ingredientes pero podéis emplear queso en crema de marca blanca y os ahorraréis, por lo menos, un par de euros. Recordad que siempre nos van a quedar restos, de galletas o mantequilla por ejemplo. El cálculo está hecho en base a las cantidades empleadas.

Con respecto a la dificultad, esta tarta la puede hacer cualquiera y está especialmente ideada para reposteros amateurs.

Ingredientes para hacer una riquísima base con galletas:

• 14 galletas tipo "Digestive" (o de las que queráis, las galletas María tambien sirven)
• 50 gramos de mantequilla 
• Un puñado de frutos secos como almendras tostadas(Opcional)

Ingredientes para preparar el relleno del cheesecake:

• 400 gr. de nata liquida para montar (tiene que tener en torno al 35% de materia grasa)
• 2 sobres de cuajada
• 1 vaso grande de leche (250 ml aproximadamente)
• 6 cucharadas grandes de azúcar
• 1/2 kg de queso en crema que puede ser light (2 tarrinas)

Cobertura:

• Mermelada de grosellas o arándanos (podéis utilizar mermelada de otro sabor si os gusta más, pero que sea una mermelada de sabor intenso es importante)

Prepararión de la base con galletas:

1. Tenemos que triturar las galletas, bien usando un procesador de cocina, o con un un rodillo pasándolo sobre una bolsa en la que habremos introducido las galletas. Cuando estén bien desmenuzadas las galletas, las mezclaremos con la mantequilla (que debe estar a temperatura ambiente) y añadiremos el puñado de frutos secos. Se mezcla todo bien, se pasa al molde donde vamos a hacer la tarta y se va aplastando la mezcla con una cuchara para que quede bien compacta y lleguemos a cubrir toda la base molde. A veces, según la medida del molde, se necesitan más galletas y un poquito más de mantequilla para cubrir bien todo el fondo. Además de cubrir la base y que la mezcla quede bien repartida, también debemos dejar la mezcla lo más nivelada posible (algo que yo no he conseguido). Una vez hecho esto, meteremos el molde en el frigorífico para que la base adquiera consistencia; diez minutos es tiempo suficiente.

Preparación del relleno y la cobertura:

2. Ponemos la nata a calentar al fuego, añadimos el azúcar y removeremos hasta disolverla. A continuación, incorporaremos las tarrinas de queso a la mezcla que tenemos en el fuego y seguiremos removiendo. Prepararemos el vaso de leche fría en el que vamos a disolver los dos sobres de cuajada; cuando la cuajada esté completamente disuelta, la vertermos sobre la mezcla anterior y esperaremos a que todo rompa a hervir para retirar la cazuela del fuego (¡si no lo hacemos se nos quemará!).

Cuajada disuelta en leche para incorporar a la mezcla del relleno

3. Como ya tenemos la base lista, solo hay que verter la mezcla en el molde con la base de galletas y esperar unas cinco horas hasta que se cuaje bien en el frigorífico.

Tarta ya preparada para cubrir con mermelada

4. Antes de desmoldar la tarta, cubrid la superficie con la mermelada más rica que tengáis. Si la mermelada está muy espesa, añadid una cucharada de agua caliente a la cantidad que vayáis a poner en la tarta (también la podéis meter en el microondas unos segundos).

Yo no voy a desmoldar la tarta porque, como ya he comentado, voy a transportar este postre en el recipiente de cristal en el que lo he preparado.

No sobra decir que si hacéis la tarta de un día para otro estará más rica; no solo ganará en sabor sino en consistencia.

Primer corte de la tarta

¡Manos a la obra, chef!

¡Ah! Si os ha quedado algo de nata porque quizás habéis comprado un brick de 500 ml no os preocupéis, tengo la solución ideal para que no acabéis tirándola. Mezclad la nata con un vaso de leche y una o dos cucharadas de mermelada. ¡Os va a salir el mejor batido que hayáis probado nunca!

Si os gusta esta tarta de queso pero queréis darle un toque especial, probad a prepararla con dulce de leche, aquí encontraréis la receta. Sale exquisita y es muy vistosa.

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