Terminando nuestra estadía en Roma con un atardecer muy lindo, caminamos un rato y luego un bus nos esperaba para llevarnos al noreste de Italia, Venecia. Creo que todos hemos escuchado acerca de Venecia y sus góndolas por esa razón estábamos muy emocionados de poder visitar esta bella ciudad italiana.
Con un montón de maletas y un cansancio increíble nos dirigimos hacia la terminal de buses de Roma, ya habíamos comprado los tiquetes entonces solo era estar allí a tiempo para poder irnos a esta mágica ciudad.
Cogimos un taxi y llegamos a la terminal, allí estuvimos esperando un rato y de hecho habíamos llegado muy a tiempo por ende nos preocupaba no alcanzar a tomar el bus y allí fue cuando llegó la odisea.
Preguntamos dónde estaba el bus que nos llevaría a Venecia sin embargo nos indicaron que ese viaje en ese bus se hacía desde otra terminal, desde la estación de buses Tiburtina el cual estaba más o menos a 20 minutos o media hora en bus.
La preocupación estaba entre nosotros, se sentía la tensión ya que solo íbamos a estar un día en Venecia y no podíamos perder ese bus porque si lo hacíamos tendríamos que conseguir otro en mitad de la noche y disfrutaríamos menos de Venecia.
En si ya teníamos esa parte del viaje muy ajustada por la cual no podíamos perder ese bus sin saber si a altas horas de la noche íbamos a conseguir otro billete y más para 5 personas a un precio accesible y que además todos pudiéramos llegar a la misma hora, todo eso me pasó por la cabeza mientras íbamos en el taxi pidiéndole al conductor que manejara lo más rápido posible para poder llegar a tiempo a tomar el bus.
Cuando llegamos a la estación de buses, corrimos por la terminal esperando que el bus no hubiera salido, preguntamos y allí estaba, el bus estaba allí parado, de hecho nadie se había subido aún, lo único que pensamos es que nos salvamos.
En ese momento hicimos todo un drama en nuestras cabezas y para lo poquito o nada que sucedió con la llegada a tiempo, este escrito no se compara en lo absoluto a la angustia que sentimos en ese taxi por 20 minutos que nos pareció una eternidad.
A los cinco o diez minutos que llegamos, la gente se empezó a subir en el autobús, nos esperaba un viaje de seis o siete horas. Cuando arrancó el bus recuerde que trate de mirar una película o escuchar música pero solo dure diez minutos y luego caí como una piedra en esa silla.
Me desperté varias veces en el camino ya que dormir en una silla seis horas no era nada cómodo y además del afán se me olvido sacar la chaqueta de la maleta la cual ya estaba en la bodega entonces más o menos dormía incomodísimo mientras moría de frio, lo único que me reconfortaba era llegar y ver esta linda ciudad.
Llegamos a Venecia a las cinco o seis de la mañana, nuestra parada, como lo habíamos comprado en internet, suponía que nos teníamos que bajar en Venecia pero en la ciudad no en la isla.
Venecia ciudad es muy industrial, muchos piensan que Venecia es solo canales y góndolas, pero en realidad hay dos ciudades completamente distintas pero con el mismo nombre, Venecia, la ciudad es de por sí muy común, lo poco que pude percibir de ella era que se encontraban varias industrias allí y residencias pero nada parecido a las fotos.
Sin embargo por otra parte está Venecia isla, esta es la que se vende como imagen, ya que posee todos estos lindos paisajes en una mini ciudad, donde el sentido de las grandes avenidas, las calles, los autos y el ruido tecnológico pasa a un segundo plano y se queda más bien en Venecia ciudad.
Cuando llegamos en el bus a Venecia nuestra parada era en la ciudad por lo que no nos percatamos que allí a esta hora no íbamos a encontrar nada para ir a la isla, por lo que lo mejor sería hacernos los de la vista gorda y seguir derecho hasta Venecia isla.
Fue una buena decisión ya que en la otra parte de la ciudad no había nada y de hecho hasta la última parada que fue donde nos bajamos el camino era largo, pero por otra parte la vista desde la lejanía era espectacular ya que se divisaba el golfo de Venecia el cual se encuentra en el norte del mar Adriático y al igual que Italia también deslumbra las costas de Eslovenia y Croacia.
Llegamos a la parada de buses de Venecia isla, allí estábamos muertos del frio pero entramos a la terminal para comer algo estirarnos y descansar un poco luego del largo viaje.
Como no nos íbamos a quedar en Venecia ninguna noche sino que partíamos esa misma noche directo a Verona no teníamos ningún hotel y tampoco teníamos donde ducharnos, por lo tanto nos echamos un baño en la terminal, entramos a los baños y listo.
Cuando uno tiene ganas de viajar y conocer siempre van a haber dificultades o algún tipo de percance pero depende de cada uno si la mejor opción es quejarse o encontrar una solución lo más rápido posible entendiendo las circunstancias.
Esta fue la primera vez que me bañe en una terminal, que loco, pero a la final me gustó, son experiencias que quedan de por vida, no siempre se tienen los más grandes lujos, pero con la compañía ideal cualquier tipo de circunstancia se vuelve en una anécdota de por vida la cual al pasar de los años estoy seguro que ninguno de los integrantes del grupo va a olvidar y eso nos mantendrá unidos por mucho tiempo.
Luego del baño nos fuimos a la isla la cual no estaba propiamente ahí al lado de la terminal, tocaba caminar más o menos media hora para llegar a la estación de trenes y cerca de este lugar fuimos a guardar las maletas.
Nuevamente internet nos salvó al encontrar un lugar donde nos guardaban las maletas cerca de la estación de trenes, de la cual más tarde saldríamos para el próximo destino. El costo por maleta era más o menos de a 7 euros sin embargo si nos registrábamos en la página y hacíamos la reservación nos quedaría costando 5 euros, lo cual hicimos y con lo que nos sobro fuimos a comer algo más.
Pues ese algo más que íbamos a comer era pizza, en realidad había pizza para el desayuno, estos italianos si están locos, pero igual nos comimos esa pizza con tanto agrado. Esa pizza en Italia yo creo que se compara en Colombia con el arroz con huevo, es una comida tradicional y que todos comeríamos a cualquier hora.
Empezamos a andar por las calles de esta ciudad y nos dimos cuenta de que tan colorida era, tiene muchas cosas particulares pero los colores que rodean a la ciudad son simplemente vivos y hace sentir a sus turistas como si estuvieran en un cuento.
Por todo lado que pasábamos nos tomábamos fotos y de hecho tuvimos la fortuna de llegar temprano ya que Venecia isla no es muy grande y de hecho sus calles son angostas por esta razón se acumulan muchos turistas y a la hora de guardar un recuerdo o una foto es casi imposible hacerlo sin que en la foto aparezca algún pie o una mano de un extraño o que toque esperar a que pasen el grupo de 50 turistas.
Por eso llegar temprano fue muy bueno, además recorrimos las calles en donde se pensaría que en una ciudad tan turística solo hubieran sitios turísticos peor de hecho habían muchos ciudadanos de allí.
Se podía ver su ropa tendida, algunos saliendo de sus casas para sus trabajos que quizá sea en la misma zona. Pero me pregunto, será que para ellos el hecho de tener que ver cientos de turistas todos los días observando sus casas y sus vidas en general no les generará malestar? O sea que ya están acostumbrados a esto y simplemente no le ponen cuidado?
Algo que si note es que son impacientes en las calles, y con clara razón pues las calles son muy angostas y los turistas no andan nada rápido entonces tienen que esperar detrás de ellos hasta que haya una curva o algún espacio para cruzar sin parecer groseros, ahora hacer esto en una ciudad llena de calles pequeñas y angostas pues no creo que sea muy bacano para el diario vivir.
Las casas tienen una peculiaridad y es que como están sobre el agua los primeros pisos están desocupados, uno puede llegar a mirar y hay casa con primeros pisos que son huecos completos, en algunas temporadas el agua sube y el agua vuelve a bajar por eso siempre estos pisos de las casas no tienen habitantes.
Caminamos y caminamos por la mágica ciudad, y llegamos a una pate del centro en donde vendían helados y claro había un lugar allí con fama de tener helados deliciosos, así que fuimos comimos uno mientras nos sentamos en la orilla a esperar a que nos termináramos el helado y seguir caminando pero a decir verdad en ese punto ya estábamos cansados.
El cansancio venia de tres factores, el caminar tanto ese día por las calles ya que como son tan pequeñas no hay sitio para sentarse solo seguir y seguir caminando, el segundo factor era el calor, estaba haciendo un calor impresionante y al no tener sombra pues agota aún más y el tercer factor fue el derroche de energía que habíamos gastado, pues desde el día anterior en Roma habíamos caminado muchísimo, más la dormida en el bus más lo que habíamos hecho en la mañana, era bastante de hecho.
Un factor importante en el viaje es que Eduardo es experto en dormirse en cualquier lado, aunque le sacamos menos de 10 fotografias durmiendo, esto no es ni el 20% de todas las veces que el se quedó dormido en cualquier sitio.
Esa foto fue tomada mientras descansabamos un rato en una de las plazas de la ciuad, allí él se quedo dormido, pero luego mientras reposabamos el almuerzo Eduardo nuevamente hizo de las suyas y saco su caracteristico poder que cobra vida en cualquier lugar y es quedarse dormido, pues mientras reposabamos el almuerzo nuevamente se quedó dormido.
Fuimos a buscar algo para almorzar y uno de los restaurantes que estaban llenos nos dieron la recomendación de otro restaurante, que al parecer y por las indicaciones no parecía lejos. Entonces seguimos a las chicas las cuales durante todo el viaje habían sido las brújulas del camino.
El camino que seguimos fue más o menos así: Derecho luego volteamos a la derecha, seguimos hasta el fondo, luego a la izquierda, pasamos un puentecito, luego giramos hacia la izquierda, después de dos cruces pasamos a la derecha y luego recto… Hasta encontrar una casa café, de ahí pasábamos a la derecha… bueno de hecho así me podría quedar un buen rato.
Cuando finalmente llegamos al lugar en donde se suponía estaba el restaurante, golpeamos pero no había nada, de hecho era más bien un hotel, y en realidad gastamos como media hora buscando ese lugar jaja a la final preguntábamos con Eduardo y Marcos si ya estábamos llegando y después de tanta preguntadera las niñas se pusieron un poco sentidas y con razón pues las estábamos afanando y ellas nos habían guiado todo el viaje.
La cuestión era de hambre, al momento en que encontráramos un restaurante íbamos a comer, y eso hicimos en el primer restaurante que nos gustó a todos nos metimos y bueno el hambre hizo lo suyo, comimos delicioso aunque los restaurantes allí por el hecho de estar en Venecia isla ya son costosos.
De hecho muchas de las cosas que se hacen o venden allí son costosas, el helado que nos comimos costaba como 2.50 o 3 euros una bolita, que pues una bolita en realidad no es nada, con ese dinero en Colombia se compra una ensalada de frutas completa, sin embargo el sabor del helado también estaba delicioso.
Pues bien una de las actividades que hicimos y que creo que todos se lo debemos a Eduardo es subirnos en la góndola, es para mí lo más representativo de Venecia, recorrer sus calles en estas pequeñas embarcaciones fue una experiencia increíble.
Digo que todos se lo debemos a Eduardo porque aunque todos tuviéramos las ganas de subirnos a la góndola cuando fuimos a preguntar el precio nos pareció extremadamente costoso, era de 80 euros, en realidad 80 euros por no más de una hora de recorrido era algo para pensar.
Debo admitir que es una de las actividades más costosas para turistear, así que todos estábamos con ganas de montarnos pero al ver el precio lo dudamos un poco. Sin embargo Eduardo tenía muchas ganas de hacerlo, y nos dijo y nos repitió y nos volvió a insistir que fuéramos y entonces nos convenció a todos.
Gracias a su insistencia nos montamos en la góndola, es súper chévere primero se anda por el gran canal que yo supongo desemboca en el mar pero luego se va metiendo entre las casas, la góndola es el carro para esta parte del mundo. Allí en Venecia isla no hay ni una sola carretera para carros ya que el medio de transporte más adecuado es la góndola.
Allí estábamos los 5, disfrutando en una góndola cuando una hora antes no estábamos ni cerca de pensar que en serio lo haríamos, allí vimos las casas tan coloridas, pasamos por varios canales los cuales tenían puentes y allí turistas viendo, tomábamos fotos y el día era bastante soleado, en si un muy buen plan, lo único malo fue que se pasó demasiado rápido.
Después de habernos bajado de la góndola dimos una vuelta por la ciudad, sin embargo ya la conocíamos y en si los espacios se vuelven repetitivos con tantos turistas, entonces decidimos sentarnos un rato y disfrutar la vista y la tarde.
Estuvimos sentados como media hora o cuarenta minutos, luego decidimos irnos a la estación de trenes para asegurarnos que íbamos a estar ahí a tiempo.
Venecia es una ciudad que se puede visitar en un día, pues a mi parecer estuvo bien el plan y además alquilar algo allí o de hecho cualquier actividad allí es muy costosa por su fama en el mundo, la única razón por la que me quedaría una noche allí es porque la ciudad en la noche debe ser mágica, muy romántica.
No sé si las góndolas también hacen el recorrido en las noches, pero ese plan seria imperdible. Venecia tiene una magia que aunque la ciudad no sea tan grande es un lugar al que hay que ir si o si, es un destino el cual se puede recorrer en poco tiempo y a pesar de que es costosa la ciudad, con uno o dos días de visita valdrá la pena hacer el esfuerzo para conocer la magia de Venecia.