Habíamos estado más de dos horas en un tren a reventar. Algunos iban ya vestidos e intentaban evitar que la gente pisara sus bonitos trajes. Se respiraba una mezcla de entusiasmo y frustración; demasiada gente, o demasiado poco espacio. Tras dos horas y media, las puertas se abrieron por fin, y todo el mundo salió disparado al exterior, a la magia.
Tuvimos suerte de que nuestro apartamento estuviera justo en el centro. Mientras pasábamos por los canales, nos llamaba la atención la gente con sus disfraces disparatados.
Una vez dejamos nuestras maletas, estábamos listas para salir a explorar. No teníamos ni idea de dónde ir o qué hacer, así que decidimos improvisar y hacer todo lo que nos pareciera divertido. No voy a mentir, creo que dimos más de una vuelta innecesaria, llegamos a un punto en el que todas las plazas me parecían iguales, y recuerdo decir "os juro que ya hemos estado aquí". Pero resulta que no...
Encontramos un mapa de la ciudad, y por fin pudimos encontrar algunos de los puntos turísticos en medio del laberinto que es Venecia. Las calles estaban abarrotadas de turistas de todas partes del mundo, muchos llevaban máscaras y trajes.
Fuimos a la plaza principal, y me quedé sin palabras. Parecía que habíamos retrocedido en el tiempo y, cuando se puso el sol, todo fue aún más bonito. Reinaba una atmósfera de misterio, nadie sabía quiénes se escondían tras las máscaras... Decidimos comprarnos nuestras propias máscaras,
y aquí es cuando debéis saber que hay de dos tipos:
- De plástico, como las que se venden en las calles.
- Hechas y pintadas a mano.
Al entrar a la primera tienda me sentí un poco intimidada: había máscaras colgando de todos sitios, y algunas llegaban a dar miedo. Creo que estuvimos allí más de una hora, intentando elegir una, mirando a la mujer que estaba pintando y totalmente fascinadas por las máscaras colgadas por la tienda.
Sobre las 9 de la noche, teníamos que comer algo (obviamente, tengo que hablar de la comida y del descubrimiento del viaje).
Ahí estábamos, tres chicas en busca del restaurante perfecto para acabar la noche. Ya os puedo decir, que no fue para nada como esperábamos.
Pasamos por muchísimas calles, incapaces de tomar una decisión, cuando por fin lo encontramos: el restaurante italiano perfecto. Desde fuera parecía algo oscuro, pero muy acogedor, habíamos encontrado lo que andábamos buscando.
Nos sentamos y pedimos una pizza para cada una, acompañadas de una botella enorme de vino. Las horas pasaron, pedimos una botella tras otra, y nos hicimos amigas del camarero guapo. De pronto, nos dimos cuenta de una cosa: ¡este es el sitio al que había ido Johnny Depp! No podíamos creerlo, y no podíamos creer que nos llevara 3 botellas de vino darnos cuenta.
Además de descubrir una de las mejores pizzas que he probado en mi vida, encontramos un restaurante bastante famoso.
Si alguna vez vas a Venecia, es el sitio ideal para comer: ¡Ristorante Rosa Rossa!
Íbamos un poco bebidas, y pensamos que era buena idea dormir un rato, por fin. No. No pasó. En lugar de eso, recorrimos las calles de Venecia bailando toda la noche, con gente de todas partes del mundo.
Empezaba a amanecer, y decidimos volver a casa. ¡Qué noche!
Historia
Venecia es una ciudad preciosa, vayas cuando vayas, pero durante el carnaval, se convierte en un lugar mágico. En esos momentos, la tradición y las antiguas culturas reviven y llenan el ambiente de diversión y risa.
Se dice que el origen del carnaval de Venecia se remonta al s. XIII, y ha sido famoso desde entonces: en esos días no se diferenciaba entre pobres y ricos. La gente podía reírse de quien quisiera, porque todo el mundo se escondía tras una máscara. Gracias a eso, la gente podía reunirse para celebrar sin preocupaciones.
Mis disfraces favoritos
Conforme iban pasando los días, nos fuimos topando con algunos disfraces impresionantes que me encantaron. Estoy segura de una cosa: la próxima vez que vaya al carnaval de Venecia, ¡iré disfrazada!
El carnaval de Venecia ha sido una experiencia impresionante, y animo a todo el mundo a que vaya a vivirlo. Coged una máscara, dejad todo el estrés y la preocupación atrás y ¡celebrad la vida!