¡Hola a todos, viajeros! En esta primera entrada de lugar que voy a publicar en este blog, voy a hablaros del palacio de Gyeongbokgung, el primer monumento (de muchos espero) que he visitado aquí en Seúl.
El palacio de Gyeongbokgung es el más grande de los palacios tradicionales coreanos de la dinastía Joseon que se pueden encontrar en Corea. Este edificio es uno de los más representativos de dicha dinastía. Fue construido en 1395, y restaurado cuatro siglos más tarde después de que hubiese sido destrozado por un incendio durante la guerra de Imjin en la invasión japonesa del siglo XVI.
El recinto del palacio
La entrada principal es la de Gwanghwamun (que da nombre a la estación de metro donde tendrás que bajarte para visitar este palacio). Nada más entrar verás una gran esplanada donde comprar los tickets, y si llegas sobre las 14:00 horas podrás ver el cambio de guardia. Es algo que recomiendo encarecidamente porque es una ceremonia muy curiosa y auténticamente coreana. Es muy interesante ver la ropa tradicional tan colorida que llevan los guardias, portando las enormes banderas, y en general todo el acto, que dura alrededor de un cuarto de hora.
La entrada al palacio cuesta 3.000 KRW, pero si quieres una experiencia mucho más enriquecedora, puedes optar por alquilar un Hanbok en algún establecimiento cercano y entrar vestido con él al palacio, sin tener que pagar la entrada.
Las vistas del recinto del palacio desde fuera son muy bonitas, porque está situado rodeado de los montes de Bugaksan y Namsan. Pero lo que realmente impresiona es verlo por dentro. El palacio está compuesto por muchos edificios y construcciones individuales, pero os hablaré sólo de las principales, que son las que yo visité.
El primer edificio a visitar es el Gangnyeongjeon Hall, que era donde el rey descansaba y discutía sobre sus actividades cotidianas y responsabilidades.
- Museo de Folk Nacional de Corea
La entrada a este museo está incluída con la entrada que compras para entrar al palacio, así que la visita merece la pena. El edificio en sí es precioso, y las exposiciones que hay en su interior son realmente interestantes. Cuentan la vida de Corea a lo largo del tiempo, desde las civilizaciones más antiguas hasta la actualidad.
Aquí es donde se encuentra el trono principal del palacio de Gyeongbokgung. Es el edificio más grande de todo el recinto, y por ello aquí era donde tenía lugar las reuniones del rey, y donde recibía a sus visitantes. Sin duda lo que más me impresionó de este vestíbulo no fue el trono en sí, sino lo coloridos que eran los techos. A pesar de que son así en la mayoría de edificios y templos de estilo coreano tradicional, creo que nunca llegarán a dejar de sorprenderme.
Este edificio fue uno de mis favoritos porque, aunque no tiene acceso, está situado en medio de un estanque artificial. Su función durante la dinastía Joseon era la de entretener a los visitantes extranjeros que acudían a palacio. Este pabellón es uno de los pabellones elevados más grandes de Corea.
Esta es la segunda entrada al recinto del palacio, fue construida casí un siglo después que la principal. Normalmente puedes encontrar a los guardias haciendo su turno en esta puerta, aparte de en la entrada principal.
Llevando el Hanbok
En este palacio he estado dos veces, pero sólo en una llevé el vestido tradicional coreano. Aunque es una actividad muy típica de turista, y quizás un poco caro, es una experiencia muy interesante. El Hanbok es la vestimenta típica coreana del período Joseon, y a pesar de que en la actualidad muy pocos coreanos lo llevan realmente, es algo bastante popular entre los extranjeros. En la zona de Gyeongbokgun hay muchas tiendas donde puedes alquilar un vestido (cuesta alrededor de 15,000 KRW por dos horas), y si preguntas en la taquilla donde se compran los tickets te recomendarán alguna.
A pesar de que pasé mucho calor con el vestido puesto, me alegré de haberme decidido a llevarlo porque le dio un toque muy auténtico tanto a la visita del palacio como a las fotos que hice.
El palacio de Gyeongbokgung es sin lugar a dudas una de las atracciones turísitcas obligatorias si vienes a visitar Seúl. Tanto si decides ponerte el Hanbok como si no, pasear por el recinto del palacio te transportará totalmente a la dinastía Joseon y podrás disfrutar de la increíble arquitectura coreana y de las vistas de los montes en el horizonte.