¡Hola a todos, viajeros! En el post de hoy vengo a hablaros de una cafetería que me enamoró desde la primera vez que fui. Por si no lo sabías (aunque si llevas en Seúl apenas un par de días te habrás dado cuenta ya), Corea del Sur tiene una enorme cultura del café. Por las calles verás a prácticamente todo el mundo bebiendo café (lo que desgraciadamente implica un gran consumo no sólo de café, sino también de vasos de plástico desechables). En 2017, se calculó que el coreano medio consumió unos 512 tazas de café al año, así que no es de extrañar que Seúl sea la ciudad con más establecimietos de Starbucks del mundo.
Descubriendo Fritz Café
No obstante, hoy vengo a hablaros de una cafetería auténticamente coreana, porque el café no sólo se limita, ni mucho menos, a Starbucks. Se trata de un establecimiento que se llama Frtiz Café, y tiene tres distintas localizaciones, cada una en un distrito distinto de Seúl: Mapo-gu, Jongno-gu, Seocho-gu. Yo sólo puedo referirme a la cafetería de la primera de estas localizaciones, puesto que es a la única que he ido, pero como ninguna de las tres es franquicia, estoy segura de que cuidan cada detalle y, aunque vayas a alguna de las otras dos cafeterías, te gustarán tanto como a mí la de Mapo-gu.
Fritz Café llama la atención desde el momento en que lo divisas a lo lejos. Está situado en una calle paralela a la avenida que recorre la intersección de Gongdeok (que está increíblemente concurrida), pero soprendentemente la zona en la que se sitúa la cafeteria es bastante tranquila en comparación, sobre todo porque la calle donde está no tiene mucho que ofrecer más allá de un par de establecimientos de comida. Digo que llama la atención porque la cafeteria es un edificio que se asemeja a los hanoks (las casas típicas coreanas) con los tejados característicos de estas construcciones. El exterior está realmente bien cuidado, y tienen dos terrazas donde puedes disfrutar de tu bebida al aire libre. Una de ellas está justo antes de entrar a la cafetería, mientras que la otra se encuentra en la planta de arriba, y es cerrada así que también puedes acceder a ella durante los meses de invierno, aunque haga frío. Por otro lado, tanto en la planta de abajo (pero sobre todo en la de arriba) hay un montón de mesas para sentarte, pero dependiendo del día de la semana que vayas, puede estar realmente lleno. Los findes de semana suele estar muy concurrido, en especial por las mañanas. Hubo un sábado que se me ocurrió ir allí a estudiar y fue prácticamente misión imposible concentrarse porque había un montón de gente. Así que te recomiendo que vayas algún día entre semana, que estará mucho más tranquilo.
La decoración de la cafetería es exquisita. Es una mezcla entre lo moderno y lo bohemio, tienen unas lámparas preciosas y unos muebles de estilo rústico que hace que parezca que te has teletransportado al pasado por unos segundos. La mayor parte de la clientela son locales, aunque como es un sitio relativamente conocido (y que cada vez va ganando más fama por servir uno de los mejores cafés de la zona), cada vez que iba veía a más turistas que en la visita anterior.
Irónicamente, a mí no me gusta el café, así que no puedo recomendaros ninguno de Fritz Café. Siempre que fuí me pedía chocolate caliente (y tengo que decir que estaba riquísimo), pero también tienen tés, aunque muy pocos disponibles, y van cambiando por temporadas. Al fin y al cabo, es un establecimiento especializado en café, así que es normal que su oferta en otras bebidas sea escasa. Aún así, me di cuenta de que tenían una gran variedad de cafés, que también iban rotándose en el menú. Los baristas y empleados de Fritz Café, a parte de ser completamente encantadores, saben un montón del tema. De hecho, uno de los fundadores de la empresa ganó en 2014 el concurso nacional de baristas, en Corea.
Además, en la entrada de la cafetería tienen una pequeña sección de productos de la tienda donde, a parte de poder comprar camisetas, tazas, y otras cosas, tienen en venta distintos tipos de granos de café y productos relacionados. El precio es relativamente alto, tanto de su merchandising como de los productos en sí. Las bebidas rondaban todas los 5,500 KRW, y la bollería artesanal iba desde los 3,000 hasta los 6,000 KRW por pieza, dependiendo de lo que pideses. Aún así, os aseguró que el precio está más que justificado. Sobre todo teniendo en cuenta que, en Corea, cualquier sitio tipo cafetería al que vayas te encontrarás con precios muy parecidos.
Seguro que os estáis preguntando por qué me gustaba tanto ir a Fritz si ni siquiera bebo café. Pues bien, la razón principal por la que me obsesionaba este sitio son sus productos de pastelería. De verdad os digo que cada uno de los que probé era mejor que el anterior (y mira que eso era difícil). Tienen una gran selección y variedad de diferentes pasteles, bollería artesanal y panes. Mis favoritos eran los scones, que hacían de chocolate, arándanos rojos etc., y el pastel de arándanos. El pain au chocolat también estaba increíble, y bueno en general comprase lo que comprase estaba delicioso. Así que, si te pasa como a mí y el café no te apasiona tanto como a otros, eso no es excusa para dejar de visitar este sitio, porque te aseguro que merece la pena ir, aunque te pille un poco lejos.
Estoy segura de que la próxima vez que venga a Corea de visita, me pasaré otra vez por esta cafetería. La primera vez que fuí fue de pura casualidad, y sobre todo por comodidad, porque estaba justo en frente del apartamento donde vivía. Pero la calidad de los productos que ofrecen y lo amigable que eran los empleados (que por cierto, ¡hablan inglés!) hizo que volviese muchas veces más. Espero que le des una oportunidad a este sitio si alguna vez te pilla de paso, y que lo disfrutes tanto como yo.
Cómo llegar
Si quieres llegar hasta Fritz Café, puedes hacerlo en metro o en autobús. Si vas en autobús, puedes coger un montón, porque la calle principal está llena de paradas por donde pasan decenas de autobuses al día. Algunos que paran en la estación de Mapo (donde tendrás que bajarte) son el 7613, 7016, 160, 260 ó 261. Cualquiera de esos te dejará a tan sólo unos metros de la cafetería.
Si vas en metro, bájate en la estación de Gongdeok o en la de Mapo. Si te bajas en la primera tendrás que caminar un poco más, pero en menos de 10 minutos estarás allí.