¡Hola a todos, viajeros! Hoy voy a contaros mi experiencia visitando la Casa Azul de Seúl.
Si hay algo que me gusta hacer cuando visito una ciudad, es acabar en sitios que normalmente no son tan populares como el resto de atracciones turísticas. Casi de casualidad, un día descubrí que se podía visitar la residencia y oficina del Presidente de Corea, así que no dudé en apuntarme a uno de los tours. Hoy por fin era el día de la visita, así que os hablaré de cómo ha sido la experiencia.
La Casa Azul, conocida como Cheongwadae, es la residencia oficial y oficina del Presidente de la República de Corea. Literalmente, su nombre significa pabellón de las tejas azules, porque es uno de los rasgos que más llama la atención de la casa presidencial.
El recinto se encuentra al norte de la capital, cerca del famoso palacio de Gyeongbokgung, y está compuesto de varios pabellones, además de la oficina central, y un enorme espacio verde dónde hay plantados árboles de muy distintas especies. Algunos de estos son realmente viejos, y en especial el que se sitúa en la explanada principal tiene más de 300 años.
Cuando llegué a Seúl por primera vez hace casi cuatro meses, estuve mirando cosas interesantes que visitar durante mi estancia aquí, y uno de los lugares que descubrí fue el de la Casa Azul. Tras investigar un poco, supe que se organizaban tours, por parte del propio gobierno, para poder visitar el complejo presidencial. Es completamente gratuito, el único requisito es que tienes que inscribirte con anterioridad en la página web oficial, que es este: http://english.president.go.kr
El proceso de inscripción es muy sencillo, tan sólo tendrás que elegir el día en que quieres realizar el tour de entre las opciones disponibles, y facilitar tus datos personales, incluido el número de pasaporte, y deberás llevar éste contigo el día de la visita.
El punto de quedada del tour es el parking del palacio de Gyeongbokgung, y es muy fácil de distinguir dónde se empieza exactamente porque verás una señal que lo indica. Una vez llegas, te pedirán el pasaporte y te subirán a un autobús con el resto de visitantes con el que te llevarán al recinto presidencial.
Nada más llegar, a mi amiga y a mí nos han dado una tarjeta de visitante y un obsequio por la visita (que luego ha resultado ser una taza). Se quedan tu pasaporte hasta el final del tour, y lo primero que hemos hecho ha sido entrar en una sala donde nos han puesto una proyección sobre la Casa Azul y el actual presidente. El video está en coreano, pero por suerte teníamos audioguías (sólo disponibles en inglés). La guía también habla en coreano durante el tour, así que toda la información que recibas durante tu paseo por el complejo presidencial será gracias a la audioguía.
El tour dura alrededor de una hora y media, y es completamente al exterior porque no se permite el paso a los distintos pabellones. Lo que más impresiona sin duda es la oficina principal, que da nombre al complejo presidencial por las preciosas tejas azules de los tejados de los tres edificios principales.
Tras terminar el tour, te ofrecen volver al punto inicial (al parking) o terminar la visita yendo a ver un conjunto de edificios de estilo tradicional coreano. Mi amiga y yo decidimos ir a esto último, pero sinceramente tampoco era nada del otro mundo. Eran casitas parecidas al palacio de Gyeongbokgung pero a escala pequeña, y se supone que dentro hay alguas reliquias tradicionales, pero como estaban cerradas no pudimos verlas.
Después de esto, hemos esperado de nuevo al autobús oficial, que nos ha devuelto al punto de partida. La verdad es que la visita ha estado muy interesante, y me ha parecido todo un privilegio el poder haber recorrido el complejo presidencial. Sobre todo teniendo en cuenta de que no es algo muy habitual ni popular entre los turistas. De hecho, en la visita de hoy, mi amiga y yo éramos las únicas occidentales.
Si pudiese mejorar algo del tour, es que se pudiese entrar en al menos uno de los pabellones (¡obviamente!). Eso habría sido todavía más fascinante, porque sentía bastante curiosidad de saber cómo eran por dentro. También hubiese sido un punto a favor que la guía que realizaba el tour hubiera sabido inglés porque, aunque entiendo que la mayoría de los visitantes sean coreanos, imagino que también habrá turistas (sobre todo en los meses de verano). Aún así, recomiendo mucho realizar la visita porque es una manera muy entretenida de pasar la mañana (o la tarde, según qué hora selecciones a la hora de inscribirte).