Receta de trifle de fresas
¡Hola a todos!
Hoy quiero compartir con vosotros mi receta de trifle de fresas, o algo parecido. No es que lo haya inventado yo, pero es una receta, no la he visto en ningún otro sitio.
Como sabéis, las fresas van bien con cualquier cosa. Se pueden comer al natural, con azúcar, en ensalada, con otras frutas o incluso con verduras; en platos, en postres, etc. ¡Encima tienen muchísimas vitaminas y, en general, son muy buenas! Si tenéis la oportunidad de comer fresas, ¡hacedlo! ¡Van bien hasta para adelgazar! Si estáis a dieta, ¡ya sabéis!
¡Ahora hay fresas en todas partes! Si ves algo rojo en una tienda y te acercas, seguro que son fresas que no podrás resistirte a comprar. Y además están muy ricas. Hoy estaba haciendo la compra y vi unas fresas enormes de la región de Kajetia, al este de Georgia. Me sorprendió que en esa zona cultivaran unas fresas tan grandes porque había visto muchas fresas de Kajetia, especialmente de Gurjaani, pero nunca de tal tamaño. Pensé en comprarlas, pero al final no lo hice, igual no estaban tan buenas; compré otras que sabía que estarían deliciosas. Las fresas ahora mismo no son muy caras, cuestan entre 2 y 3, 5 laris, según el tamaño, el sabor y, por supuesto, la calidad. Algunas son una porquería, son pequeñas y están demasiado maduras; otras incluso llevan algún golpe.
Pero bueno, ¡vamos al lío!
Ingredientes:
- 2 litros de agua;
- 12 cucharadas de harina;
- 14 cucharadas de azúcar;
- 130 g de mantequilla o margarina sin sal;
- 4 sobrecitos de vainilla;
- cacao en polvo (opcional);
- fresas;
- galletas.
Preparación:
El trifle lleva más crema que galletas o fresas. Para mí, ¡la crema es lo más importante! Por eso empecé preparándola. ¡Me encanta! Es ligera, blanda y fresquita. Comerla te refresca, todo el que la prueba dice que le encanta.
Lo primero que hice fue poner a hervir 2 litros de agua, y como no me cabían en una sola cacerola, utilicé dos, un litro en cada una, para que fuera más fácil. Mientras hervía, preparé lo que luego echaría en el agua: 7 cucharadas de azúcar con 6 cucharadas de harina. Las mezclé en un cuenco y cuando el agua empezó a hervir, cogí dos tazas de ese agua, las eché en la mezcla seca y batí para que todo se mezclara bien. Luego eché la mezcla en la cacerola y removí. Hice lo mismo con la otra cacerola... ¡a remover! Removed continuamente para que la mezcla no se desborde y se queme. Si se quema, tendrá un olor y sabor que no gusta a nadie. Vamos, ¡una birria de crema! ¡No olvides remover! Estuve controlando el tiempo y creo que me llevó casi una hora hacer la crema. ¡Tenlo en cuenta! Cuando conseguí la consistencia que quería, apagué el fuego. Apunta: se vuelve más densa cuando se enfría.
Tenía las dos cacerolas llenas, ahora solo lo que tenía que esperar a que se enfriaran o simplemente meterlas a la nevera. Mientras, fui al mercado a comprar unas cuantas cosas más. No tenía prisa, la crema podía esperar. Lo que necesitaba, sobre todo, era margarina para la crema, así que compré una Ona Cream; me gusta mucho porque tiene un punto dulce y va genial con la crema. La margarina tiene que estar a temperatura ambiente, por lo que fue lo primero que compré, ya que normalmente la tienen en cámaras frigoríficas. De esta manera, mientras iba a otros sitios a por más ingredientes, se iría calentando y al llegar a casa, estaría a la temperatura idónea.
Ya en casa, saqué la crema de la nevera, dejé que se templara un poco y empecé a preparar la nata, que no llega a ser nata montada. Comencé cogiendo 130 gramos de margarina, los puse en el cuenco de una batidora amasadora y la puse en marcha para que batiera la margarina hasta que tuviera una consistencia blanda y blanquecina. Una vez lista, añadí una cucharada de crema mientras la batidora seguía funcionando y repetí este proceso hasta que toda la crema se mezcló bien con la margarina. También añadí 4 sobrecitos de vainilla para que el sabor fuera espectacular.
¡Pero yo quería dos tipos de nata! Como también me encanta la crema de cacao, dividí la nata en dos partes y a una de ellas le puse unos 40 gramos de cacao en polvo y batí todo bien. Tenía buen sabor, así que podía seguir con los otros pasos: cortar las galletas y las fresas y colocarlas en capas con crema de por medio.
Compré fresas medianas que quedaron muy bonitas cuando las corté en 4. Algunas irían por la parte de dentro y otras por la de fuera, por lo que puse los trozos más bonitos por la parte exterior. Las galletas de chocolate estaban blanditas y muy ricas. Las corté en trozos de 0, 5 cm para que fuera fácil manejarlas y que se pusieran aún más blanditas al bañarlas en la crema y las fresas.
Total, que cubrí el fondo del bol con fresas, luego puse nata y galletas. Después, añadí crema de chocolate, más fresas, nata, galletas, nata, fresas, y por último, una capa más de crema de chocolate, fresas y nata. ¡Listo! ¡Ya solo quedaba decorarla! Por supuesto, hice la decoración con rodajas de fresa. ¡Quedó tan bonito que me daba pena comérmelo! Hice fotos, pero gana más en persona.
Pasó una cosilla que os voy a contar ahora. Al hacer la crema y al comprar el resto de los ingredientes, supe que no iban a caber en el bol que había elegido y que sería mejor ponerlos en otro, pero decidí que quería ese en concreto. La verdad es que quería ese bol, porque tenía tapa y era más cómodo para guardarlo. Así que lo preparé todo, hice un sinfín de capas de crema, fresas y galletas, y al final tuve que entrar en razón: ¡no cabía todo! Sin embargo, ya era demasiado tarde, por lo que puse la última capa de fresas, otra de nata y luego, las fresas de decoración. Me llevé un buen susto. Las tres últimas capas empezaron a tambalearse y no podía hacer nada para detenerlas. Todo lo que había quedado por encima del límite del bol se iba a derramar si no lo evitaba. Así que decidí hacer algo que rodeara el exterior del bol y usé más fresas. Hice algo parecido a una valla, y mira, ¡funcionó muy bien! ¡Menudo alivio!
Metí el trifle de fresas en la nevera, porque me encanta bien frío. Como a mi hermana le encanta, lo hice especialmente para ella. Volvía de Alemania ese día y, cuando le pregunté qué le apetecía, me dijo que un trifle de fresas, así que ahí nos tendría, al trifle y a mí, esperándola.
Os preguntaréis si le gustó o no. ¡Pues le encantó! Yo también lo probé y estaba buenísimo. ¡Estaba tan rico que me lo tuve que comer! Es un dulce genial, sobre todo en verano. A todo el mundo le gusta, especialmente a los amantes de las fresas y la nata. A mí, que me encantan ambas hasta el punto de querer pasarme todo el día comiéndomelas, podéis imaginar lo que es tener algo así en la nevera. ¡Encima, lo puedes preparar cuando quieras! Adoro hacer esta receta; cada vez que compro fresas lo hago en un santiamén, es algo que me vuelve loca. Hay a quien no le gusta mucho, como a mi madre, no sé por qué, pero a mi hermana y a mí nos encanta, por lo que lo hacemos muy a menudo.
Recordad que las fresas son muy buenas para la salud, y que si queréis un capricho especial para vuestra familia, amigos o para vosotros mismos, no tenéis más que preparar este elegante trifle de fresas; solo se necesita tener creatividad. Podéis hacerlo sin galleta, solo con fresa y nata, pero las galletas lo hacen aún más delicioso. O será que a mí me encantan las galletas, puede ser...
En fin, espero que os haya gustado la receta y que os animéis a preparar este trifle de fresas de vez en cuando. Os gustará tanto que lo querréis tomar en cada fiesta.
Galería de fotos
Contenido disponible en otros idiomas
- English: Strawberry trifle recipe
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