Pastel fácil de chocolate con tres texturas
¡Hola de nuevo!
Hay quienes llaman “Pastel mágico” o “Pastel inteligente” al postre que vamos a elaborar hoy; la razón es que, al cortarlo, se aprecian tres capas distintas y lo bueno es que se forman en el horno por sí solas. Nosotros solo hacemos una mezcla con los distintos ingredientes, la vertemos en el molde y, después de hornear, nos encontramos con una capa de bizcocho, la otra de crema y una más, en la superficie, un tanto consistente.
El único “truco” a tener en cuenta es que debe emplearse un molde alto para que luego las distintas capas sean bien visibles; si utilizáramos un molde grande y bajo no nos quedaría un pastel bonito (aunque con toda seguridad estaría igual de delicioso).
Yo he puesto cantidades grandes porque mañana tengo invitados y vamos a ser unos cuantos pero podéis hacer un pastel más pequeño empleando la mitad de ingredientes.
Ingredientes para un molde redondo de veinte centímetros de diámetro y otro rectangular de treinta y cuatro por veintidós centímetros:
Un molde rectangular ya preparado con papel sulfurizado.
- Ocho huevos.
- Dos cucharadas soperas de zumo de limón.
- Dos cucharadas soperas de agua.
- Dieciocho cucharadas de azúcar.
- Un litro de leche (yo he usado leche desnatada).
- Ocho cucharadas de cacao puro.
- Diez cucharadas colmadas de harina de trigo o de maíz.
- Un par de pizcas de sal.
- Una porción de mantequilla de 175 gramos aproximadamente.
- Dos cucharadas de aroma de vainilla.
Elaboración del pastel:
1. Separamos las claras de las yemas y ponemos estas últimas en un recipiente o fuente grande porque es donde mezclaremos todos los ingredientes. Las claras las ponemos en un recipiente para montarlas, posteriormente, a punto de nieve.
Reservamos las claras para montarlas después.
2. Ponemos a derretir la mantequilla en el microondas y la sacamos cuando esté líquida para que vaya templándose mientras comenzamos a batir los ingredientes.
3. En el recipiente donde tenemos las yemas agregamos el azúcar y las dos cucharadas de agua y batimos hasta que la mezcla esté cremosa y haya aumentado su volumen. Aparte, vamos poniendo la leche a calentar en un cazo al fuego o en el microondas sin que llegue a hervir (tiene que estar calentita pero no cociendo).
Batiendo las yemas con el azúcar y un par de cucharadas de agua.
4. Encendemos el horno para precalentarlo a 160º con calor arriba y abajo.
5. Incorporamos la mezcla de cacao, harina y un par de pizcas de sal (pasándola por un colador; vamos moviendo este hasta que caiga todo el contenido) al recipiente donde tenemos la mezcla con las yemas, batimos bien y agregamos la mantequilla (esta tiene que estar casi fría). Batimos de nuevo, agregamos la leche caliente, mezclamos y reservamos.
Incorporando el cacao, la harina, un par de pizcas de sal y la mantequilla derretida a la mezcla de yemas con azúcar.
6. Montamos las claras a punto de nieve añadiendo las dos cucharadas de zumo de limón y, cuando estén bien firmes, las incorporamos a la mezcla anterior. Removemos suavemente, con movimientos envolventes para integrar las claras a la preparación y que no se bajen (o se bajen lo menos posible) y volcamos toda la mezcla en el molde que introduciremos en el horno.
Sabemos que las claras están bien montadas cuando ponemos boca abajo el recipiente en el que las estamos batiendo y no se caen (¡pero no hagáis la prueba si no estáis casi seguros!).
Montando las claras a punto de nieve.
Claras preparadas para mezclar con la precparación anterior.
7. Dejamos en el horno, con calor arriba y abajo, durante una hora aproximadamente, a 160º. Para comprobar que el pastel está bien cocido, introducimos un cuchillo en el pastel y, si sale limpio, estaremos seguros de que está perfectamente cocido; en caso contrario, debemos dejar el pastel en el horno unos minutos más. Es conveniente hacer dicha comprobación a los cincuenta minutos de cocción, pues los tiempos pueden variar en función del horno que utilicemos.
8. Una vez apagado el horno, dejaremos el pastel dentro, con la puerta un poco abierta, para evitar cambios de temperatura y que, de esta forma, mantenga el volumen.
En el supuesto de que empleemos la mitad de ingredientes, reduciremos el tiempo de horneado a cuarenta minutos y comprobaremos transcurrido ese tiempo si el pastel está hecho.
Si utilizamos un molde de silicona, genial; si no, tendremos que untar una fuente o molde con mantequilla y espolvorear con harina después, antes de verter la mezcla del pastel, para poder desmoldarlo a posteriori sin complicaciones. Yo he utilizado unas fuentes de cristal y las he forrado con papel sulfurizado (previamente humedecido para adaptarlo mejor a la forma de las fuentes).
Los pasteles ya horneados y fríos.
Ideas sobre distintos ingredientes que podemos emplear para decorar o acompañar el pastel:
Azúcar glass, cacao en polvo o chocolate rallado, onzas de chocolate blanco, helado de vainilla o de frambuesa, gominolas, frutos rojos, alguna cucharada de mermelada, etc.
Es conveniente dejar los pasteles en el frigorífico hasta el momento de desmoldarlos.
Porción de pastel de chocolate con tres distintas texturas cubierto de azúcar glass.
¿Os apetece un trozo?
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