Hábitos alimentarios
Hola, cocinillas, hoy os traigo algunas de mis experiencias como chef de la cocina que hay en la planta baja de mi residencia (con chef quiero decir que me hago la comida). Nuestra cocina es un espacio funcional al que los de mi planta llevamos y traemos ingredientes y utensilios desde nuestras habitaciones. Dentro tiene lo básico, como un fregadero, cocina con horno incorporado y una encimera. Algunos decían que debería haber también un microondas para calentar la comida fría, pero al parecer nadie tiene el valor de ir a pedírselo a la persona responsable. Esta es la kuchnia («cocina» en polaco).
Comida, bendita comida
Es una de esas cosas que debemos hacer a diario. Después de todo, dicen que «eres lo que comes», así que para darle a mi cuerpo comida sana y buena, decidí seguir una dieta basada en plantas. Sé que algunos sois incrédulos y alzaréis una ceja preguntándoos cómo puedo sobrevivir sin carne. Trato de satisfacer las necesidades de mi cuerpo y de momento no necesito comer carne para ello, aunque tampoco es que me disguste un buen plato de carne, así que todo consiste en no exagerar con la cantidad y las veces que como carne. Aparte de eso, en mi despensa siempre hay verduras, frutas, cereales, productos lácteos y legumbres. Esto es lo primero que cociné:
Podéis ver un montón de trigo sarraceno («kasza grczana» en polaco) con brócoli, pimiento rojo y cúrcuma. Aunque parezca contradictorio, también lleva salchicha polaca, supongo que en esa época necesitaba carne. La comida que preparé ese día duró varios días y en vez de ir a la cafetería para comer, me la llevaba a la universidad y me la comía aunque estuviera fría.
Si alguna vez vais a Polonia, os recomiendo probar este superalimento: el trigo sarraceno. Es muy versátil, barato y lleno de nutrientes. El que compro lleva cuatro bolsitas de plástico de 100 g cada una que puedes comer directamente o poner en agua hirviendo.
Lo primero por la mañana
La primera comida del día es vital para empezar bien el día. Como suelen decir, «desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo», así que para desayunar me gusta preparar avena. De nuevo, aquí en Polonia los supermercados están bien preparados con copos de avena, muesli y mucho más. Este superalimento simple pero nutritivo es fácil de preparar: la idea principal es una taza de avena por cada tres tazas de agua. En no más de 10 o 15 minutos la avena tendrá una consistencia densa, que solo de pensarlo me hace la boca agua.
Aquí no hay límites para la imaginación, podéis poner lo que queráis. A mí me gusta cortar manzanas o peras y ponerlas con canela, miel y semillas de amapola. Esto puede servir de inspiración para otra idea de desayuno...
Descanso al estudiar
Para esto me gusta comer plátano, yogur natural y miel, que sé que suena empalagoso, pero tenéis que probarlo antes de decir nada e informarme si tenéis alguna idea más para esta merienda rápida, o para cualquiera de las ideas que he mencionado. Otra opción que me gusta es hacer una tarta y dejarla en el frigo para coger un trozo cuando me apetece picotear. Este es un pastel de mijo que hice:
¡Y este es un pedazo para ti, mi querido lector!
¡Hasta pronto!
Galería de fotos
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