Arroz blanco con zanahorias

Publicado por flag-es J. B.S. — hace 4 años

Blog: Recetas
Etiquetas: Recetas Erasmus

¡Hola de nuevo a todos!

Hoy vengo con una receta de un tanto diferente al resto.

Veréis. Mi mejor amiga se acaba de poner enferme porque tiene diarrea y, como ya sabréis, cuando tienes diarrea hay que comer cosas concretas para que no hagan daño al estómago.

Así que decidí prepararle una comida propia para la dieta que debía seguir, arroz blanco con zanahorias.

Sé que suena muy simple, pero yo antes nunca conseguía hacer bien el arroz, a veces o se me pasaba demasiado y acababa muy blando como si fuese un puré, o sino se me quedaba super duro como si fuese una roca.

Un problema que tengo es que siempre que cambio de ciudad o país, acabo teniendo diarrea o gastroenteritis, porque supongo que el agua y la comida están procesados de una manera diferente a la que estoy acostumbrada y me acaba sentando mal.

Con el paso de los años he ido aprendiendo, y ahora cada vez que viajo, cuando quiero beber agua, ha de ser única y exclusivamente agua embotellada. Del agua de grifo no me fío nunca más, porque en algunas regiones de España o en otros países el agua tiene más cal que la de Madrid y eso me sienta como una patada en el estómago.

No es por vacilar, pero en Madrid tenemos la mejor agua de España. E incluso, dependiendo de la botella, a veces el agua de grifo de Madrid es muchísimo mejor.

Y he aquí el problema. Dado que me he acostumbrado al agua de Madrid, si voy a otra ciudad o país donde los componentes del agua cambien mucho (sobre todo si la cal es superior), acabo vomitando. Y lo peor de todo es que para cocinar la gente normalmente usa agua del grifo, para limpiar las verduras o frutas, para cocer la comida, etc. Así que os podéis imaginar la pasta que me dejo en botellas de agua cada vez que viajo. Pero el dinero no es nada comparado con tener una buena salud y no estar vomitando todo el día.

En fin, nunca antes había aprendido de verdad a cocinar arroz, porque siempre que viajaba lo hacía con mis padres así que eran ellos los que cocinaban por mí mientras yo me quedaba en la cama quejándome de lo mucho que me dolía el estómago. Pero en estos últimos años me he visto obligada a aprender, porque empecé a viajar sola y a veces se me olvidaba lo de beber agua embotellada.

Pues veréis, el hecho de aprender a cocinar el arroz se debe a que estando de Erasmus en Francia (aquí os dejo el enlace de Mi Experiencia Erasmus en Amiens, para los que aún no lo han leído), en una de las cenas que hacíamos con la familia Erasmus, al parecer comí algo que me sentó fatal, y luego cuando llegué a casa empecé a encontrarme mal.

En un principio creía que era porque hacía mucho frío fuera y no me había abrigado lo suficientemente bien, así que decidí hacerme un té calentito y meterme en la cama rápido.

Pero a eso de las 2 de la madrugada, me levanté con unas ganas enormes de ir al baño. Bueno, omito lo de “en plan” porque era literalmente agua. No quiero dar más detalles del asunto porque creo que todos os hacéis una idea de lo que es tener diarrea.

En fin, que tras pasar unos 15 minutos en el baño, me fui a rastras a mi habitación y me medí la temperatura y vi que tenía fiebre. Un puntazo eh, fiebre y diarrea, de lo peor.

A veces la diarrea va acompañada de fiebre y dolores de cabeza, y otras sólo de dolores de estómago. A mi, como siempre, me acaba pasando lo peor.

Desde que volví del baño ya sabía yo que estaba padeciendo diarrea, y sabía que desde entonces tenía que andar con cuidado con lo que comía o acabaría yendo al baño todo el rato. Total, que recordé que en el comedor del colegio, cuando alguien tenía diarrea, le solían preparar arroz blanco con pechuga de pollo o lonchas de pavo ahumado.

Desafortunadamente, yo lo único que tenía era el arroz y un par de verduras. Y además, el arroz estaba cerrado desde que lo compré, que habrá sido como hace unas dos semanas desde aquella noche; y todo porque no tenía ni idea de cocinarlo, pero quería aprender. Así que, voilà! La ocasión perfecta.

Me puse a buscar en internet, como siempre hago, recetas para quitar la diarrea y encontré la receta del arroz blanco con zanahorias. Así que me puse manos a la obra.

Primero os pondré los ingredientes y después os diré las cantidades que debéis echar, porque para el arroz el agua y la cantidad de arroz han de ser proporcional.

Os explico:

Ingredientes:

  • Arroz blanco (no uséis integral porque eso va a hacer que vayáis más al baño).
  • Zanahorias.
  • Cebolla.

Preparación:

Primero, pelamos las zanahorias y la cebolla y las cortamos en rodajas.

La cebolla mejor cortarla en cachos grandes porque no es para comérsela, sino más bien para darle sabor al arroz; aunque si os la queréis comer después adelante, pero a mi la verdad que es una de las hortalizas que menos me gustan, así que decidí cortar la cebolla en rodajas grandes para luego poder quitarlas una vez que el arroz estuviera cocido.

Para las zanahorias, podéis poner todas las que queráis. Al igual que las cebollas, no es una verdura que me apasione mucho, así que cogí una zanahoria y media y la corté en rodajitas finas para que se cociera mejor en el agua junto con el arroz.

Las zanahorias es mejor cortarlas finas para que se cueza mejor, porque si las cortáis gordas luego se os quedarán duras y eso será difícil de comer después.

Una vez que hayáis cortado la cebolla y las zanahorias, cogéis una sartén honda o bien una cazuela más o menos de tamaño medio y le echáis una pizquita de aceite de oliva para que luego el arroz no se os quede pegado.

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Si no queréis echarle el aceite porque luego no os gusta el sabor que da al arroz, no pasa nada, pero yo os lo recomiendo fervientemente porque si se os pasa el arroz luego va a ser complicado de separarlo de la sartén o cazuela.

Encendéis el fuego a fuego medio-alto, y después cogéis un vaso de tamaño normal, en plan los que se suelen usar para tomar cañas. Si no tenéis un vaso de ese tamaño no pasa nada. Cogéis cualquier otro vaso, pero lo más importante es respetar las medidas.

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Entonces, llenáis el vaso entero de arroz y lo echáis a la sartén o cazuela. A continuación llenáis el vaso entero de agua y lo añadís a la sartén, y ahora otra vez llenáis el vaso entero de agua y lo añadís a la sartén.

Así que memorizad bien esta parte porque es lo más importante. Por cada vaso de arroz, añadís dos vasos de agua.

Normalmente, yo suelo usar dos vasos de arroz y cuatro vasos de agua. La cantidad de arroz que os saldrá después es suficiente para dos platos. Lo digo porque yo soy una persona un tanto vaga a la hora de cocinar y si voy a cocinar, prefiero hacer de más para así tener también para la cena o para el día siguiente. Así que esta vez no iba a ser menos.

Una vez que hayáis añadido el arroz y el agua, añadís también las rodajas de zanahoria y cebolla a la sartén. Y luego una pizquita de sal para darle un poco de sabor y que no se quede soso.

Ahora vayamos al tiempo de cocción del arroz.

El fuego lo dejamos a temperatura media-alta, tirando más a alto. Con esto me refiero a que, por ejemplo, en la vitrocerámica que había en mi residencia, la temperatura del fuego estaba señalada de 0 a 12. Así que para cocer ahora el arroz lo puse en el 10.

Lo dejamos así unos 15 minutos. Pero mientras tanto no os vayáis a echaros una siesta; tenéis que echarle un ojo por si la temperatura del fuego es más alto, y además hay que moverlo de vez en cuando para que no se pegue. Así que eso, durante los 15 minutos, moved el arroz con las zanahorias y la cebolla cada 5 minutos más o menos.

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Luego, cuando veáis que el arroz empieza a absorber el agua y hay como agujeros y salen como burbujas, bajáis el fuego (yo lo puse a 5) y tapáis la sartén o cazuela.

Lo dejáis así unos 5-10 minutos más, sin olvidar de remover de vez en cuando.

Pasado el tiempo, retiráis la tapa, removéis y probáis el grano de arroz.

A mi, personalmente, me gusta al dente, que eso es ni muy dura ni muy blando, vamos que sea comestible. Si queda blando queda muy pastoso y si está muy duro quitan las ganas de comérselo. Así que lo mejor será cocer el arroz al dente.

Si veis que aún sigue duro, subid el fuego un poco y dejadlo unos 2 minutos más. Pero si se os ha puesto ya muy blando, retirad la sartén del fuego, echad el arroz en un colador y ponedlo bajo el agua fría para que se deje de cocer. Así al menos evitáis que se cueza más y se os quede más blando aun.

Las zanahorias seguramente se os quedarán un poquito duritas, pero eso no significa que estén crudas, sino que aún sigue conservando todos sus nutrientes.

Eso es algo que no mucha gente sabe, pero las verduras tienen que estar más bien duras, porque si se ablandan, todos los nutrientes que tienen se evaporan o se acaban soltando en el agua y al final acaban convirtiéndose en un cacho de corcho con cero nutrientes. Los nutrientes se habrán quedado en el agua, así que mejor beberse el agua o el caldo que comerse las verduras.

Tampoco es que tengan que quedar durísimas, pero digamos que algo crujientitas.

Después, servís el arroz en un plato y ¡ya está!

Una de las frutas que van muy bien con la diarrea es la manzana. Pero ojo, tenéis que comérosla sin la piel porque la piel empeoraría la diarrea. Así que peladla y cortarla en rodajas para que sea más fácil de comer.

Yo a mi amiga esta vez se lo puse todo en el plato porque si no, no se lo come, y la verdad que está mejor y así puedes comerte la manzana mientras comes el arroz, tiene un sabor muy peculiar mezclar lo dulce con lo salado :)

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Luego otra cosa. Mi amiga le puso un poco de miel al arroz, y sinceramente me sorprendió bastante el sabor porque estaba bastante bueno. Y la miel tiene muchísimas propiedades curativas, así que mejor que mejor.

Si estáis pasando por una diarrea, os deseo lo mejor y espero que se os pase pronto. Y sino, pues ya tenéis una receta por si alguna vez padecéis de diarrea; )

Más adelante escribiré otra receta para la gastroenteritis, que nunca viene mal saber qué se debe comer en esos momentos.

En fin, eso es todo por hoy.


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