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"Passeig Maritim" (Villanueva y Geltrú)


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Un relajante paseo junto al mar

Traducido por flag- Ana Cánovas — hace 6 años

Texto original de flag-it Emanuele Benetti

Si te quedas un tiempo en Villanueva y Geltrú, vas a terminar, antes o después, caminando por el paseo marítimo, llamado "Passeig Maritim" en catalán. Se trata de uno de los lugares más fascinantes de la ciudad, ya que no solo cuenta con diversas características lo suficientemente interesantes como para presumir, sino que, además, ofrece algo muy importante: una magnífica vista al mar. Si estás pensando en disfrutar de lugar con tu bicicleta, hay un carril específico para que los ciclistas no molesten a los peatones (o viceversa). No obstante, la mejor manera de disfrutar del paseo puede que sea haciendo una tranquila caminata disfrutando del sol y del encantador paisaje (es lo que la gente de la zona suele hacer).

Un relajante paseo junto al mar

Nuestro itinerario comienza en el punto más al norte de la costa de Villanueva y Geltrú, en una loma baja llamada Turò de Sant Cristofol, "Colina de San Cristóbal" en español. Junto a varios chalés, allí se puede admirar la elegante ermita, llamada Ermita de San Cristóbal, que data del siglo XIII. Además de su excelente mosaico, en el que aparece el santo al que está dedicada la ermita, hay que mencionar que Eugenio d'Ors, un intelectual y literato de éxito durante la primera mitad del siglo XX, solía vivir por sus alrededores. De hecho, pasó sus últimos años en Villanueva y Geltrú, donde falleció en 1954. Si bajas por la carretera con dirección al paseo, verás el faro a la izquierda. Ni que decir tiene que el faro se llama Faro de San Cristóbal y es el único de la zona que sigue en funcionamiento. Además, en él hay un pequeño museo llamado "Museu del Mar".

Un relajante paseo junto al mar

Una vez cruzado el puente, merece la pena ir hacia la izquierda para dar un corto paseo por la plataforma, desde la cual podrás disfrutar de vistas muy interesantes. Por ejemplo, la silueta del faro, imponente sobre un macizo de flores amarillas, todavía se percibe con claridad, mientras que, al otro lado, se ven los primeros botes anclados en el muelle del gran puerto, el cual también se ve en la distancia. Si retrocedes (no sin echar un vistazo al mar, casi escondido por la abundante vegetación), comenzarás tu recorrido por el paseo, que, por esta zona, está poco decorado. Después de pasar los primeros edificios del puerto, resulta interesante percibir las coloridas redes que los pescadores suelen dejar ahí para que se sequen al sol. Es posible que un pequeño grupo de gatos demacrados aparezca maullando por los alrededores con la esperanza de conseguir algo de pescado para comer. Y, por supuesto, todo esto está acompañado del inevitable olor a pescado, lo que puede no ser de tu grado pero resulta un componente básico del ambiente.

Un relajante paseo junto al mar

Ya dejando atrás esta parte tan distintiva con el fin de ir a la más "civilizada" (aunque a mí me gustan las características de los alrededores que he descrito), te dirigirás al sur. Como ya percibirás en su momento, el tradicional puerto es ahora un puerto deportivo: en lugar de botes de pesca de temporada, cubiertos de algas, lo que se divisa ahora son los esbeltos mástiles de las pulidas embarcaciones deportivas, algunas veces flanqueadas por barcos elegantes. Al fondo, se puede ver el gran grueso de algunos yates que se asoman (aunque a mí me parecen lo menos interesante del conjunto). A la izquierda, al final de la pequeña plataforma que sobresale hacia el mar, hay una escultura situada enfrente de la marina que constituye un homenaje que los habitantes de Villanueva y Geltrú dedicaron a aquellos que trabajan en el mar.

Un relajante paseo junto al mar

Además, pasando la oficina de turismo, después de caminar otro tramo disfrutando de la agradable vista de los botes a la izquierda (suele haber muchos, así que casi parecen un espeso bosque de mástiles, velas y cuerdas), encontrarás la Torre de Ribes Roges. Esta torre, situada a medio camino entre los dos extremos del paseo, es lo único que queda de las torres que protegían la zona marítima de Villanueva y Geltrú. Por ese mismo lugar, a la izquierda del paseo, encontrarás una bonita zona verde que da comienzo a la segunda parte del paseo. Esta parte es una larga y ancha avenida flanqueada por palmeras que los residentes de Villanueva y Geltrú suelen transitar para relajarse dando un paseo, correr con el fin de cuidar su salud o, simplemente, sentarse en los bancos para disfrutar del sol y contemplar el mar. ¡He de reconocer que es muy probable que lo eche mucho de menos cuando vuelva a casa!

Un relajante paseo junto al mar

Este tramo del paseo ofrece vistas del mar verdaderamente fascinantes, más aún durante el atardecer, ya que la costa está orientada al oeste. Este es uno de los motivos por los que la gente se reúne alrededor de la Pasífae, una escultura característica de la zona que representa un toro, un animal que se ha convertido en el símbolo de Villanueva y Geltrú. Esta estatua está en la plataforma a la orilla del mar que se puede ver claramente en la distancia, pero te recomiendo que camines hasta allí. Es probable que te entre arena en los zapatos, pero valdrá la pena. De hecho, aunque no tengas la oportunidad de ir solo/a (apenas ocurre), estar allí frente a la luz del atardecer, contemplando cómo el sol desciende y escuchando cómo las olas se rompen en contacto con las rocas, será una experiencia maravillosa.

Un relajante paseo junto al mar

Si por alguna razón quieres ampliar tu momento de relajación paseando (o si solo estás esperando a que llegue el atardecer), puedes continuar y llegar al final del paseo. Allí, hay un camino asfaltado a la derecha para que los ciclistas pueden evitar las empinadas escaleras obviamente reservadas para los peatones. Si vas por dicho camino, puede que eches un vistazo a la pequeña excavación arqueológica (probablemente un asentamiento ibérico del siglo VI a. C. ). Una vez que hayas subido la colina de San Gervasio, el extremo norte del paseo, tendrás la oportunidad de admirar las vistas del mar y de la tranquila playa de San Gervasio. Si, por el contrario, das la vuelta, podrás contemplar todo el paseo que has recorrido, además del puerto, ya que todavía se verá. Se trata, por tanto, de una vista bastante bonita, aunque puede sea fascinante verlo de noche.

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