Barranca de Huentitán

Lo primero que me viene a la cabeza al pensar en mi México querido es, además de miles de colores y sabores, el caos. El ritmo frenético sin pausas de muchas de sus ciudades. En este caso, Guadalajara no podía ser menos, ciudad vivaz, con cientos de personas paseando por sus calles, sus mercados, con un tráfico pesado, pero al que no tardas en acostumbrarte.

Sin embargo, hay un lugar no muy alejado de la ciudad donde se respira aire puro, donde la naturaleza es lo único que tiene cabida y donde incluso si te detienes, es posible escuchar el ruido de las hojas al caer. Este lugar se llama ‘La Barranca de Huentintán´ y se encuentra a unos 20 minutos en coche del centro de la ciudad.

Se trata de un espacio natural al que puedes asistir bien para relajarte y despejarte, bien para hacer ejercicio o por qué no, para hacer unas fotos que te queden de postal y poder presumir de tu estancia en México.

Si vas a realizar el recorrido que ofrece esta majestuosa joya es recomendable levantarse temprano y comenzar el camino no más tarde de las 10 de la mañana para que la vuelta no sea muy tarde y no os afecte el calor de las horas punta (14:00 a 18:00 aunque depende de la época).

Al llegar a la Barranca, antes de acceder al Parque Natural, podéis encontrar puestecitos de comida, con fruta o agua que os serán de gran ayuda para completar el camino (si queréis llegar al puente, mucha gente lo realiza solo a la mitad) u os servirán para reponer fuerza una vez hayáis completado el recorrido.

Para llegar al puente deberéis realizar todo el camino hacia abajo, no hay pérdida pues los caminos no te dejan optar entre diferentes opciones.

El camino de descenso hasta el puente tiene una duración de una hora y media aproximadamente, a un ritmo calmado, parando cuando sea necesario para admirar el paisaje y reponer fuerzas.

Cuando llevas un trozo de recorrido encontraras unas antiguas vías por las que anteriormente pasaban vagones pequeños cargados de elementos naturales con los que se comercializaba.

A mitad de camino encontrarás un mirador desde el que podrás contemplar el río al mirar hacia abajo y toda la vegetación existente alrededor.

Si continuas con la ruta llegarás al río. Para contemplar el majestuoso puente deberás seguir caminando durante unos 20 minutos más, realmente merece la pena.

Una vez has alcanzado el puente deberás volver sobre tus pasos y llegar al punto desde el cual comenzaste el recorrido, lo que te llevará un poco más de tiempo que anteriormente pues ahora el camino es cuesta arriba.

Es totalmente recomendable visitar la Barranca con ropa y calzado cómodos, siempre atendiendo a las circunstancias meteorológicas (no es recomendable visitarla en épocas con muy altas temperaturas o muy bajas). No debes acudir si el día de antes ha llovido pues el suelo es de piedra pequeña cuesta abajo y habrá una gran probabilidad de resbalarse.

Os recomiendo que vayáis con la idea de realizar el recorrido completo para llegar hasta el puente, si estáis cansados siempre podéis pegar la vuelta y volver otro día ya que el acceso es totalmente gratis.

No es aconsejable ir muy cargados, pues os costará más avanzar. Llevad una botella de agua, algún snack o sándwich, gorra, zapatillas, si puede ser que tengan buen agarre al suelo, cámara de fotos para inmortalizar el paisaje, y a disfrutar de un día de paz y tranquilidad a unos kilómetros escasos del centro de la ciudad.