Mi ciudad natal
Génova
Hablar de tu propia ciudad no siempre es fácil, no se puede ser del todo objetivo. Por ello, os contaré lo más importante que debéis de saber si queréis visitar la ciudad.
Génova es una ciudad de difícil acceso por carretera debido a su localización; se encuentra entre montañas. Aunque como también tiene puerto, el mar se convierte en su mejor aliado.
Se le ha arrebatado a la naturaleza cada trozo de tierra, creando un paisaje urbano que se abre paso entre las colinas. Quien esté acostumbrado a las grandes explanadas de algunas ciudades europeas, sus estrechas calles le sorprenderán.
Moverse por la ciudad
Teniendo en cuenta su geografía, yo no cogería el coche por el centro de la ciudad, hay muchísimo tráfico.
Además, a algunas de las principales atracciones de la ciudad solo se puede llegar a pie. Si necesitáis un medio de transporte, en todo caso lo mejor sería una moto ya que podríais aparcarla con facilidad en cualquier sitio. Por algo Génova es la ciudad con más motos de Italia. El buen clima juega a favor incluso e invierno. No suele nevar en la costa genovesa.
El desplazamiento por la ciudad está garantizado por la AMT, la empresa que gestiona los medios de transporte públicos. Ofrece varios abonos que se pueden obtener incluso con una sola llamada y para transportes no convencionales como el funicular (Sant’Anna – Zecca-Righi), el ferrocarril de cremallera (Granarolo) o los 12 ascensores públicos que acortan distancias entre varios lugares y que ofrecen al ciudadano un desplazamiento con vistas increíbles.
Por ejemplo, el ascensor Liberty, que da a la plaza del Portello, conecta en pocos minutos el mirador Montaldo de la Spianata Castelletto con el precioso panorama del casco antiguo (incluido Lanterna), donde podréis encontrar buenísimos locales que venden helados y granizados; o el ascensor de Montegalletto, que tiene una particularidad: la cabina, lo mismo está orientada en vertical que en horizontal. Conecta con el curioso museo Castello d'Albertis.
Existe una línea de metro (la más corta de Europa: 7 kilómetros). Risas aparte, pasa por ocho estaciones: Brin, Dinegro, Principe, Darsena, San Giorgio, Sarzano/Sant’Agostino, De Ferrari y Brignole. Son los puntos más turísticos, culturales y comerciales de la ciudad. La línea une la zona de Certosa con el centro.
Con el tren podréis desplazaros por las afueras de la ciudad, desde Voltri a Nervi (de poniente a levante). Podéis haceros un bono que vale tanto para el autobús como para el tren.
Probad al menos una vez el Navebús, conecta en 30 minutos Via Mare, el Puerto Viejo de Génova (cerca de la Piazza delle Feste), con Pegli, un magnífico paseo que recorre la zona de poniente, con algunos museos y el parque público de Villa Durazzo Pallavicini (entrada de pago), y que se adentra en el puerto de la ciudad, que sorprende como nunca en los días soleados. Si el mar os revuelve por dentro, mejor olvidadlo.
Para una escapada lejos de la ciudad, coged el tren Génova – Casella, sale desde Piazza Manin y llega a Casella en cuestión de 1 hora. Es un pueblo del interior que se encuentra pasado el campo y los viaductos que respaldan la ciudad. Los amantes del senderismo pueden hacer una excursión a los Forti genoveses, al acueducto histórico y a varios albergues como el de Ciaè.
Si vais en primavera, montaos en la mítica guagua y dad una vuelta por Sant’Olcese, donde podréis daros un atracón de habas y su famoso salchichón.
Echadle un ojo a los horarios y los precios en la página web de la AMT de Génova.
También se pueden alquilar coches y bicis (tened en cuenta que apenas hay carriles bici). Aun y todo, más allá de los problemas que te puedas encontrar por la ciudad siendo ciclista, muchas personas corren el riesgo.
En el caso de que vayáis a pasar poco tiempo en la ciudad y queráis tener una idea de cómo recorrerla sin prisa pero sin pausa, alquilad el servicio de los Segway, patinetes eléctricos. Hay un puesto en el Puerto Viejo, cerca del Bigo. Acompañados de un guía, es un modo simpático de ver más cosas. Os enseñarán cómo utilizarlo antes de poneros en marcha, tranquilos. Lo he hecho muchísimas veces y me he divertido como nadie.
Historia
No sé por dónde empezar. Con eso lo digo todo.
Antigua república marina, Génova siempre ha reivindicado su propia libertad e independencia. Durante siglos, ha dominado en las aguas y poseído territorios y colonias a lo largo del Mediterráneo y el Mar Negro. Su principal interés siempre ha sido el comercial. Esto explica que la ciudad sea una ciudad abierta y tolerante con los extranjeros.
El poder que llegó a tener era tal que los barcos que ondeaban la bandera genovesa (o lo que es lo mismo, la cruz de San Jorge) no eran atacados por los piratas. Por esta razón, el rey de Inglaterra pidió y obtuvo el permiso para ondear la bandera de Génova en sus barcos a cambio de grandes acuerdos. ¡Los genoveses le vendieron hasta el santo!
Para los genoveses, los negocios y la política ha sido siempre lo más importante. De ahí el origen de la Madonna de Génova. En 1630, el Papa Urbano VII mandó que en las procesiones se reconociera a los Estados monárquicos por encima de los republicanos. Ante esto, los genoveses decidieron coronar en 1637 a la madre de Cristo, convirtiéndola en reina de la ciudad; de ahí que uno de los barrios más altos de la ciudad se llame Oregina.
A propósito de santos... el patrón de la ciudad es San Giovanni Battista. Su onomástica se celebra el 24 de junio con una solemne y expectacular procesión. El arca de oro y plata que contiene las cenizas del santo sale desde la catedral y desfila con los cofrades hasta el mar. Entonces proceden a bendecirlo. La tarde de antes, se enciente el tradicional Falò en Piazza Matteotti.
La ciudad, a lo largo de la historia, ha tenido años de esplendor y años de decadencia.
Uno de los mejores periodos de su historia es el que transcurre del año 1500 al 1600. Los genoveses crearon los bancos y prestaban dinero al rey de España. También se pudrieron de dinero gracias a los negocios que generaba el tráfico marítimo. Fueron los gloriosos años en los que vivía Andrea Doria y en los que los genoveses recibían en sus propiedades a los extranjeros más poderosos con vistas a cerrar suculentos negocios. Todas estas propiedades se ponían a disposición del interés de la República y se clasificaban según su calidad: los Rolli.
En 2006, estas históricas viviendas, desconocidas incluso por los propios genoveses, fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Se trata de 45 edificios de un total de 163, algunos de ellos pertenecientes a bancos privados u oficinas públicas.
La mayor parte de estos edificios se concentran en Salita Santa Caterina, Piazza Fontane Marose, Via Garibaldi, Via Cairoli, Via Bensa, Piazza Annunziata y Via Balbi. De acuerdo con el espíritu genovés de no aparentar, desde fuera muchos no muestran la riqueza que poseen en su interior. Hay un dicho que aclara este concepto: "Mostrate le pezze al culo e non mostrate le palanche! " (¡Mostrad los trapos sucios, no los billetes! ).
Actualmente, algunas de estas viviendas se pueden visitar, como la sede de la Cámara de Comercio de Génova en Via Garibaldi, que custodia una espléndida galería dorada de grandes espejos y frescos, el Palacio de la Prefectura, en Largo Eros Lanfranco, o las sedes de los museos.
El Palazzo Bianco, Palazzo Rosso y el Palazzo Doria-Tursi, situados en Via Garibaldi, están abiertos al público por 9 €. En ellos hay estupendos cuadros de Van Dick, Strozzi, Guercino, Dure y estatuas como la Maddalena Penitente del Canova o el Violino de Paganini. No os perdáis la vista panorámica del Palazzo Rosso. Se accede a la terraza desde el antiguo piso del exdirector. A continuación os dejo la foto de la Facultad de Jurisprudencia, perteneciente a la Universidad de Génova. Es un edificio histórico con jardín botánico. Se encuentra en Via Balbi.
Las próximas jornadas dedicadas a los Palazzi de los Rolli serán los días 14 y 15 de octubre de 2017 con visitas guiadas. La mayoría son gratuitas, a cargo de los estudiantes de la Universidad de Génova.
La importancia de su puerto atrajo los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. El teatro lírico, muchas iglesias y edificios del centro fueron destruidos. Durante años e incluso a día de hoy, los escombros del casco antiguo recuerdan las heridas de la guerra. En el interior de la catedral románica y gótica de San Lorenzo, con la típica fachada rayada, está custodiado por una réplica de la bomba inglesa que destruyó el techo y que tocó tierra sin explotar. Sus tesoros se encuentran en el museo diocesano.
En la postguerra, la ciudad ha sufrido un desarrollo descontrolado que ha llegado a dañar salvajemente el territorio Se han construido barrios enteros no solo en las colinas.
Por ello, en el interior de la ciudad veréis los contrastes entre el pasado y el presente; modernas casas de lujo al lado de viejos edificios de poco valor.
En 1992, con la exposición internacional especializada en Colombo, se arregló la parte del Puerto Viejo que hoy acoge el acuario, las tiendas de Cotone y el Bigo, recuperando así espacios vitales para la ciudad que de otra manera le habría hecho perder el contacto con el mar.
También se han peatonalizado dos calles, Via San Lorezo y Via San Vincenzo, que seguramente han hecho más placentera la zona del casco antiguo.
Génova con los años se ha tenido que adaptar a la crisis. Pese a ser el primer puerto de Italia y el segundo del Mediterráneo, no podemos definirla como una ciudad turística. Ni se os ocurra pensar que podréis comer a cualquier hora en un restaurante como ocurre en otros lugares o que encontraréis tiendas siempre abiertas.
Qué ver
Como ya hemos hablado anteriormente, los principales lugares de la ciudad se concentran en el casco antiguo (iglesias y edificios) y la zona del Puerto Viejo (el acuario).
Para los más pequeños, en el Puerto Viejo se sitúa la Ciudad de los Niños (de 2 a 13 años), donde descubrirán la ciencia y la tecnología jugando con aparatos multimedia e interactivos.
A continuación os dejo una foto de Via San Lorenzo, ¡suele haber aparcado un 600 decorado por un artista!
En el casco antiguo, pasada la catedral, hay muchísimas iglesias, a cuál más grande: la iglesia del Gesù, que custodia dos Rubens; la iglesia de San Siro, la primera catedral de Génova; la iglesia del Vigne; la iglesia de la Santísima Annunziata, con sus dos columnas doradas; y muchas otras pequeñas y bonitas iglesias como las de San Matteo y San Luca, o San Pietro, la más particular (está construida sobre algunas tiendas).
La iglesia del Gesù
Una mención aparte merece la basílica de Santa Maria di Castello. Situada en la colina de Sarzano, en la parte antigua de la ciudad, cerca de la torre Embriaci (una de las pocas torres que aún se conservan), está custodiada por el famoso Cristo Nero y por una preciosa anunciación de Giusto di Ravensburg. En ella se pueden visitar en compañía de un guía muchísimas obras. Las propinas de los visitantes se destinan al mantenimiento de la estructura que un grupo de voluntario se encarga de restaurar.
En cuanto a tiendas, hay que destacar que en Génova hay muchas con historia. Se trata de tiendas con más de 70 años de antigüedad que se mantienen como el primer día: la farmacia; la carnicería; la trattoría; la barbería o el bar pastelería Klainguti, en plaza de Soziglia, donde Verdi probó el falstaff, un particular bollo creado expresamente para él en reconocimiento de su ópera lírica. En el interior del local, de estilo siglo XIX, encontraréis un billete encima del mostrador en el que el músico agradece al pastelero: "Buonissimo, il vostro falstaff è meglio del mio! " (¡Buenísimo! ¡Su falstaff es mucho mejor que el mío! ).
Las tiendas históricas se pueden visitar en tres tours organizados que finalizan con una degustación.
En la céntrica y popular Piazza De Ferrari se alza el Palazzo Ducale, la antigua residencia del Dogo de Génova. En los años de la postguerra fue pasó de ser una cárcel a sede del palacio de justicia. Hoy alberga exposiciones y espectáculos. La Galería nacional de Palazzo Spinola, oculta entre los callejones, custodia una espléndida colección de cuadros, como el Ecce Homo de Antonello de Messina y una serie de objetos antiguos que te transportan al pasado. Lo mismo ocurre con el Palazzo Reale (se llama así desde que los Saboya anexaron Génova al Reino del Cerdeña, aunque el rey nunca llegó a habitarlo) en Via Balbi, donde también se encuentra la Galería de los Espejos, semejante a Versalles.
Por aquí os dejo el interior del Palazzo Ducale. A veces montan un mercadillo de objetos antiguos bajo las columnas.
Apesar de que en los últimos años Génova sea conocida sobre todo por el acuario (es muy bonito; han mejorado las instalaciones de forma que se pueden ver a los animales como si estuviéramos bajo el mar; también acoge exposiciones de peces extintos que hace miles de años poblaron los océanos), hay museos que vale la pena visitar, como el Galata Museo del Mar, un lugar donde los niños se divierten como nadie: tiene muchos rincones interactivos y cuenta con un submarino: el Nazario Sauro.
Cuando cae el sol, el casco antiguo se anima: Piazza delle Erbe es la zona más concurrida.
Qué hacer
Si queréis pasear tranquilamente lejos del tumulto, os aconsejo una escapada al Boccadasse, un pequeño pueblo de pescadores al que se llega por el elegante paseo marítimo de Corso Italia. Tenéis que pasaros por la zona de Nervi: parques, museos, y el paseo Anita Garibaldi, con vistas al mar.
La Lantera, el faro de Génova, sería otro lugar al que ir huyendo del estrés de la ciudad. Data de 1128 y es sin duda el símbolo de la ciudad. Los sábados, domingos y festivos se puede visitar su museo.
Para ir de compras, además del casco antiguo, donde hay numerosas tiendas artesanales (afortunadamente, Génova no sucumbió al boom del turismo y rechazó las tiendas de souvenirs), la zona más económica va de Via XX Settembre a Corso Buenos Aires. De Via Roma a Via XXV Aprile, la zona más cara: Gucci, Louis Vuitton, Pinko, Patrizia Pepe...
Génova es también la ciudad de los teatros. Tiene muchísimos y sus espectáculos son muy diferentes: Carlo Felice, Teatro della Tosse, Teatro della Gioventù...
Comida
Génova ha recibido en los últimos años a muchísimos migrantes del sur de Italia y de países de todo el mundo, por lo que en ella conviven étnias de todo tipo. Actualmente, en Génova predominan los ecuatorianos (la comunidad más numerosa), albaneses, rumanos, marroquíes, chinos y senegaleses. Por esta razón, encontraréis la cocina tradicional que os apetezca, ¡no importa de qué país sea! A mi me encanta la cocina eritrea. Muchas veces la compro para llevar en un restaurante perdido en una callejuela. Os dejo una foto de la cocina jordana, del restaurante Nabil, también oculto en una callejuela.
La cocina genovesa es una cocina pobre y simple que ha sabido exprimir al máximo los sabores de la tierra: nuestra albahaca hace único el pesto. ¡Pero la mejor comida es la que se hace en mi casa!
Probad la focaccia (pan enriquecido con aceite y sal), los pasteles de verduras y carne, las verduras rellenas, los pansoti aliñados con salsa de nueces, o simplemente con mantequilla y salvia; sin olvidarme de los gnocchi con pesto, las lasañas portofino y las menestras de verduras, que se pueden comer tanto calientes como frías.
Si os gustan los garbanzos, porbad la farinata (hay muchos sitios donde desgustarla). Hay que comerla caliente y se prepara de muchas maneras. No es un plato caro y sacia muchísimo.
Obviamente, se come mucho pescado, en especial anchoas. Probadlas de todas las maneras, fritas o rellenas, da igual ¡están que te mueres! Los buñuelos y los ravioli de merluza o bacalao tampoco se quedan atrás.
A las afueras la ciudad id a Recco, preparan la famosa focaccia con queso: ¡inigualable!
Por otro lado, en Génova hay muchísimas heladerías, entre las que encontraréis el típico helado de pànera, sabor a café con nata. Si os gusta la crema, los canastrelli (unas galletas típicas de la zona), los gobeletti (una especie de magdalena rellena), el pandolce (un tipo de bizcocho) o el dulce de leche son algunos de los dulces que podréis encontrar. ¡Ah! El helado de la Cremeria delle Erbe os alucinará. ¡Buscadlo por las callejuelas!
¡Probar para creer!
Otras especialidades de la cocina genovesa son el cappon magro, peces con verduras; las trofie di castagne (las hacen en otoño en tiendas de pasta o supermercados); y el castagnaccio, un dulce hecho con harina de castaña, leche, pasas y piñones.
Génova es también conocida por la street food.
Pero sin duda, el único protagonista de la cocina genovesa es el pesto.
Para conseguir un pesto único propio de la familia, antiguamente en cada casa había un mortero de mármol, tan bonito como pesado, y otro de madera de olivo.
Desde hace algún tiempo, se celebra cada dos años el Campeonato Mundial de Pesto con Mortero, con el objetivo de saber quién hace el mejor pesto. Participan personas de todo el mundo.
La VII edición de este campeonato tendrá lugar el 17 de marzo de 2018 en el Palazzo Ducale.
Alojamiento
Aunque Génova en general sea un ciudad cara, por lo que he podido comprobar, los hoteles de la ciudad tienen una magnífica relación calidad-precio.
Podéis encontrar algo en pleno centro a buen precio. La oferta de estos últimos años se ha diversificado muchísimo por el aumento del turismo. Hay hoteles para todos los bolsillos, ¡incluso uno de 5 estrellas! Pero normalmente no suelen estar por el centro. Han abierto un gran número de B&B por toda la ciudad, también cerca de las dos estaciones (Pincipe y Brignole), así como hoteles económicos, alguno en el casco antiguo, como el de la Maddalena.
Hay un albergue juvenil que fue restaurado en 2014. Es asequible, pero está lejos del centro, por la zona Righi.
Si no queréis correr el riego de quedaros sin alojamiento, evitad id en las épocas más frecuentadas: a finales de septiembre, principios de octubre, que coincide con el Salón Náutico, y a finales de octubre, principios de noviembre, que se celebra la Fiesta de la Ciencia.
Este año, el Salón Náutico tendrá lugar del 21 al 26 de septiembre.
Génova es una ciudad universitaria, pero tiene muchas residencias de estudiantes, y conseguir una es complicado: se necesita tener una renta baja. Suelen publicar los resultados de las adjudicaciones en verano, así que pensaos bien dónde vais a vivir y si tendréis que compartir piso. Una habitación cuesta unos 250 €.
Deporte
Por lo general, a los genoveses les gusta y practican el deporte. Liguria, aunque sea una región pequeña, es la segunda con los índices de práctica de deporte más altos de Italia: natación, waterpolo, atletismo, gimnasia, judo, artes marciales, bolos, fútbol...
Después de los partidos, los lunes, tanto en el trabajo como en los bares, se reaviva la eterna rivalidad entre los genoani y los sampdoriani. ¡Imaginaos cuando sus equipos se enfrentan en un derby!
Ya que estáis en Génova, ¡no os vayáis sin probar la esponjosa y deliciosa focaccia genovesa! ¡Es muy fácil de preparar! ¿No sabéis cómo? ¡Echadle un ojo a nuestro artículo sobre la focaccia genovesa y descubrid los trucos de su tradicional elaboración!
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