¡Muy buenas a todos, viajeros! En la entrada que vais a leer a continuación, voy a hablaros de un monumento de Copnehague que te permitirá disfrutar de las vistas de la ciudad: la Torre Redonda.
La Torre Redonda de Copnehague, más conocida como Rundetarn en danés, es uno de los monumentos más conocidos de la capital, en especial por las alucinantes vistas panorámicas que ofrece. Si has estado en Dinamarca alguna vez, o te has informado lo más mínimo sobre este país, sabrás que es bastante plano, no sólo en cuanto a topografía sino también en lo que concierne a sus monumentos. Por ello, la Torre Redonda no es realmente tan alta como los miradores que puedes encontrar en otras ciudades europeas, pero aún así merece la pena subir hasta arriba del todo para poder observar la ciudad desde otra perspectiva. A parte de las vistas de las que puedes disfrutar, también me gustó la arquitectura de la torre por su forma cilíndrica.
Algo que me llamó la atención de la Torre Redonda es que no hay que subir cientos de escalones para llegar hasta lo más alto, como suele ocurrir en otros lugares si quieres disfrutar de unas buenas vistas, sino que para alcanzar el mirador tendrás que subir por una larga rampa en forma de espiral, lo que hace que sea una tarea mucho más sencilla, sobre todo porque es más espacioso, y menos cansado. Así que si tienes claustrofobia, podrás subir sin problema y sin estrés alguno.
La Torre Redonda se encuentra situada en pleno centro de Copehague, en la calle Kobmagergade, que si habéis estado leyendo mis entradas anteriores, os sonará porque era donde estaba situada la cafetería por y para estudiantes de la que os hablé. Podrás llegar bajándote en la estación de metro de Norreport. El precio de la entrada es de 25 coronas danesas, y lo que pagas merece la pena porque las vistas desde arriba son muy bonitas, y además hay muchas cosas que ver dentro de la Torre, de las que os voy a hablar a continuación.
El observatorio más antiguo de Europa podrás encontrarlo en esta misma Torre Redona de la capital danesa. En la actualidad se sigue utilizando, y de hecho se organizan eventos todos los martes y miércoles a partir de las seis de la tarde para poder ver las estrellas desde allí, algo que tiene que ser una auténtica pasada. Si vas a visitar la torre antes de las seis, podrás ver el observatorio igualmente, ya que hay unas pequeñas escaleras que permiten pasar a verlo, pero la puerta está cerrada así que no podrás acercarte a mirar por el telescopio. Aún así, es muy interesante de ver, sobre todo porque es enorme y de un color rojo muy llamativo. Yo no pude mirar a través de éste porque no fui en el horario establecido, pero si tienes la oportunidad y te apetece, es algo que seguro que merece la pena experimentar.
La zona de las campanas de la torre la verdad es que no tiene mucho que ofrecer. Es una pequeña sala en la que se encuentran las vigas de madera que sujetaban las campanas del monumento, pero realmente no se puede ver mucho más, ya que han construido un techo y, aunque hay una parte acristalada, el desván está tan oscuro que casi no se distingue nada.
La sala de la biblioteca de la Torre Redonda ya no hace las veces de biblioteca, sino de sala de exposiciones. Cuando yo fui a visitarla había una de joyería danesa, pero la visité muy por encima porque no me interesaba demasiado. Lo que si me gustó ver en esta sala fueron los dos scrapbooks con recortes de periódicos del siglo pasado, y fotografías antiguas de la torre. Fue muy curioso descubrir datos tan interesantes de la torre, como que anualmente se celebra una carrera en bicicleta que gana aquel que consiga subir y bajar la rampa sin caerse de la bici... debe ser súper entretenido verla.
En la sala de la biblioteca también encontrarás la tienda de souvenirs de la Torre, que hace las veces de cafetería y donde hay unas cuantas mesas donde sentarte a tomar un café.
Algo que me pareció muy curioso de mi visita a la Torre Redonda es que aún se conservan las letrinas que utilizaban los visitantes al moumento. Hay una justo al lado de la sala de exposiciones (que es la que yo ví), y por lo visto otra en la parte de arriba, pero nunca llegué a encontrarla... En la que os comento, hay un cartel explicativo en el que afirman que el mismísimo Andersen (autor de muchos de los cuentos en los que Disney ha basado algunas de sus películas, como La Sirenita) utilizaba durante las largas horas que echaba en la sala de la biblioteca. Obviamente, en la actualidad no pueden utilizarse las letrinas, pero llama la atención asomarse a verlas, sobre todo porque están muy bien conservadas.
En tu camino de vuelta del mirador, cuando ya estés volviendo a la entrada de la torre, encontrarás en lo alto de una de las paredes un planetario, parecido a lo que sería un reloj solar, que representa al sistema solar a escala, con sus constelaciones y todo. Es muy bonito de ver, y si lees el cartel explicativo descubrirás cosas muy interesante. Fíjate bien en los detalles... por ejemplo, Saturno es el último planeta representado en el planetario.
- El túnel vertical de la torre
Si eres madrileño, o has visitado Madrid alguna vez, seguro que has puesto tu pie en el kilómetro cero de la puerta del Sol, el teórico punto céntrico de la capital española, desde el que parten todas las carreteras. Si visitas la Torre Redonda, podrás hacer algo parecido, pero en Copenhague. En dicha torre encontrarás un túnel vertical, completamente hueco, con una plataforma de cristal. Si te pones de pie sobre esta (tendrás que agachar un poco la cabeza, ya que está metido en la pared), podrás decir que estás en el punto cero de la capital danesa. Da un poco de impresión, y eso que yo no tengo nada de vértigo, pero aún así mola mucho. Éstate atento cuando subas o bajes de la torre para no pasar de largo, ya que no es más que un hueco en la pared y a mí casi me pasa desapercibido, la verdad...
La Torre Redonda, aunque no es para nada el monumento más impresionante ni más bonito de Copnehague, es el sitio ideal para poder disfrutar de unas increíbles vistas de la ciudad. Te recomiendo que vayas cuando haya luz, y en un día poco nublado. Desgraciadamente, el día que yo subí el cielo estaba muy gris, pero aún así llegamos a tiempo para ver el atardecer, por lo que podría haber sido peor... El horario depende de la temporada del año en que visites la Torre, así que te recomiendo que consultes la página web antes de ir.