Tarta de queso con ralladura de limón
Introducción
¡Hola a todos! Espero que estéis bien.
En este artículo quiero contaros cómo preparé esta tarta de queso, se trata de la primera tarta de queso que hay y debo decir que me salió muy buena. Siempre he querido probar una tarta de queso, pero cuando me decidía a comerla, no podía porque no estaba segura si me iba a gustar o no. Entonces, escogía algo que ya hubiese probado y me gustase, así nunca terminaba probando una de esas tartas que tenían un aspecto tan delicioso, debo decir. Se dice que mejor siempre tarde que nunca. Me armé de valor, compré una porción de tarta de queso y la probé. Ya sabes que en una pastelería o algún sitio del estilo, te quedas mirando a las tartas, las porciones de tartas, las galletas... y no te puedes decidir por una, porque tienen un tamaño que si te comes una, no puedes comer más, por eso debes elegir con cabeza: si no escoges la correcta, te decepcionarás, esto te entristecerá y ni querrás comprar otro trocito de tarta, porque ya compraste algo que no te gusta y no querrás comer nada más. En esa situación me encontraba, no quería comer nada más, porque desconocía qué era ni sabía si me gustaría. Os confieso que me gusta probar cosas nuevas, pero si estoy con un amigo o amiga en el supermercado o en un café, por ejemplo, me pediré una porción de tarta que ya he probado antes, porque en esos momentos no me gusta probar cosas nuevas. Prefiero llevármelo a casa y probarlo allí, donde lo disfruto más que en cualquier otro sitio. En ese caso, opto por pedir algo que ya haya probado, de ese modo no me llevo ninguna decepción. ¿Me entendéis?
De todos modos, lo que realmente quería era probar una tarta de queso, porque se ha hecho muy popular hace un tiempo y me siento intrigada. No sabía nada sobre las tartas de queso y nunca antes había probado ese tipo de crema de queso que se utiliza en su preparación. Creía que tendría un sabor extraño, puesto que no tenía ninguna galleta que conociese. Todos estos factores de desconocimiento de los ingredientes me echaban para atrás, ya que no sabía si me iba a gustar o no. Y así es como al final no la probé en ningún sitio. En un par de ocasiones me decidí a comprarla, pero o bien no tenían o mis amigos habían escogido otra cosa, y entonces acabé pidiendo algo diferente que no fuese tarta de queso. Tenían tan buena pinta con frutas del bosque, otras frutas y más ingredientes, que con ese aspecto tan delicioso te entraban ganas de probarlas. Habéis podido comprobar todo lo que tuve que sufrir hasta que finalmente probé una tarta de queso. Fue un momento histórico, os confieso que, por supuesto, hice fotos de momento, durante la cata y de todo. Debo decir que fue un día muy gratificante.
Quedé para a ir a un sitio de la avenida Rustaveli y allí, decidimos ir a tomar algún postre. No queríamos tomar los dulces que te ofrecían en esa cafetería y yo seguía queriendo probar una tarta de queso. Había visto que en esa cafetería tenían tartas de queso, pero justo en ese momento no había, ¡qué frustración! Es cierto que no esperaba encontrar muchas tartas de queso allí, ya que suelen tener tartas cremosas, como la ópera o la de snickers, también tienen minitartaletas o tiramisú. Veíamos que aquí no íbamos a tomar nada, y entonces, recordé un sitio llamado Coffeesta que tenía tartas de queso y tenían muy buena pinta. Decidimos probar alguna, coincidíamos en que no habíamos probado antes una. Fue una gran idea ir allí, además, los precios eran bastante asequibles también en comparación con cafeterías de este tipo. Nos dirigimos allí para ver qué tartas de queso tendrían. Nada más entrar nos dimos cuenta que habíamos dado con el sitio correcto y que aquí degustaríamos nuestra primera tarta de queso. Tenían diferentes tipos y costaban alrededor de 3 a 4 GEL (0,60-1 €), tenían arándanos, frambuesas, moras y cerezas. Escogimos la de arándanos, pero ya habíamos picado algo antes. Sabíamos que no íbamos a poder con toda la porción, así que la dividimos en dos para así poder probarla y disfrutarla. Cuando ya no puedes comer más, no te sientes a gusto teniendo que terminarte la comida por obligación. Cuando probamos la tarta de queso con arándanos, estaba riquísima, no era demasiado dulce y en conjunto tenía un sabor ligero, estaba realmente buena. Nos gustó mucho y como a las dos nos gusta el tiramisú, decidimos que también nos gustaría la tarta de queso. Debo decir que una decisión importantísima.
Ya os he contado mi historia sobre las tartas de queso y cómo al final conseguí probar una. Iba a hablaros sobre la tarta de queso que preparé en otra ocasión. Me explico: hay algunas recetas que sirven para preparar tartas de queso sin horno, simplemente tienes que llevarlas a la nevera y dejar que se enfríen y tomen consistencia. Después de unas horas, podrás sacarlas y degustarlas, claro está. El otro día preparé un tipo de trifle de tarta de queso, que no necesitaba horneado, solo tienes que llevarla a la nevera durante un tiempo y después comerla. Debo decir que estaba deliciosa. Después de preparar este trifle de tarta de queso, me quedó algo del relleno de crema de queso. Me pregunté cómo quedaría si lo horneara y siguiese los pasos necesarios para preparar una tarta de queso básica. Sabía que tenía algunas galletas y un poco de mantequilla, de forma que organicé todos los ingredientes que quería utilizar para mi tarta de queso y comencé con el proceso de preparación.
Ingredientes:
- Trozos de bizcocho o galletas
- 1 cucharada de mantequilla de cacahuete
- 1 cucharadita de aceite de oliva
- 70 gramos de queso crema natural
- 20 gramos de requesón
- 20 gramos de crema agria
- 1 sobre de vainilla
- Tiramisú en polvo
- Café soluble
- Ralladura de limón
- Azúcar glas
Preparación
El proceso de preparación comienza haciendo el relleno de crema de la tarta de queso. Tienes que verter todos los productos lácteos e integrarlos bien. Después, añade un poco del tiramisú en polvo y una pequeña cantidad de café soluble y la vainilla, y mézclalo todo. Lo probé y tenía buen sabor, así que ya tenemos hecho el relleno de crema.
Ahora vamos a preparar la base de la tarta de queso: tenemos que machacar las galletas hasta que queden con una textura arenosa o como si fuese harina. A continuación, ya podremos hornearla. Antes prepara un cuenco pequeño y derrite la mantequilla de cacahuete, añade un poco de aceite y después incorpora a esa mezcla las galletas trituradas. Combina bien todos los ingredientes hasta que se unan y parezca una masa pegajosa. Llévala a un recipiente de aluminio para horneado. Yo lo compré antes. Si os soy sincera no sabía qué utilizar para hacer esta receta y entonces me di cuenta de en Varketili había una tienda donde vendían este tipo de cosas. Como está cerca de la estación de metro, en concreto donde empieza la calle Kaloubani, que es donde termina esa tienda, es muy económica y está llena de utensilios de cocina, recipientes, material para el jardín y también para el hogar. Fui allí y tenían recipientes de aluminio para horneado con multitud de formas. Se trata de ese tipo de recipientes que solo puedes utilizar una vez. Pero en realidad no es exactamente así, ya que estos recipientes de horneado que he comprado se pueden lavar fácilmente y utilizarse en cualquier otra preparación, como en otra tarta de queso.
De todos modos, coloqué la mezcla de galleta en el recipiente de aluminio e igualé la superficie y los bordes con las manos. Lo llevé a la bandeja del horno halógeno durante unos 5 minutos a 180 ºC y dejé que se cocinase durante ese tiempo. Al mismo tiempo, coge un limón y ralla la mitad para poder echar esa ralladura al final por encima de la tarta de queso.
Después de esos 5 minutos, la base estará bien horneada y lista para que podamos verter el relleno de la tarta de queso y volver a llevarlo al horno halógeno. Esta vez durante unos 10 minutos, porque tenía miedo de que la base se quemara. Después de ese tiempo, eché un vistazo y comprobé cómo estaba, no puedo decir exactamente si estaba lista, pero decidí que lo estaba. Coloqué la ralladura de limón encima de la tarta de queso y la metí en la nevera para que se enfriase y cogiese consistencia. Estuvo allí durante unas horas, aunque la quería probar según salió del horno.
Unas horas después, me tomé la libertad de probar la tarta de queso que había cocinado. Ya sabéis que es difícil probar algo la primera vez, en mi opinión: si tiene buena pinta, puede darte miedo cortarlo, ya que también te da pena por el buen aspecto. En cambio, si no tiene buena pinta, o no va a estar tan buena como piensas, también tendrás miedo de cortarla. Fue una decisión dura de tomar. Me llevó un rato hasta que me decidí a cortar mi pequeña tarta de queso.
Si os soy sincera, como horneé mi tarta de queso en este recipiente que compré, tan pequeño y tan mono, que de ningún modo quería cortarla. Sin embargo, también quería probarla, así que tarde o temprano debería cortarla. Cogí el cuchillo y partí la tarta en dos, intenté coger una y llevarla a un plato para poder decorarla con más cosas y hacer una foto (por supuesto). Hice todo eso y después espolvoreé azúcar glas y alguna hoja de menta para que quedase bien en la foto junto con este bonito plato amarillo, que quedaba tan bien con el color de la ralladura de limón. Por fin ya la probé y estaba muy buena. Aunque un poco rara, ya que me gusta que los postres sean muy dulces, pero no me esperaba que tuviese ese dulzor. No esperaba que supiese así, algo raro, pero estaba bueno. Me explico bien: tenía sabor amargo y dulce al mismo tiempo, resultaba diferente, pero me gustó mucho, si queréis saber la verdad. También conservaba el sabor a mantequilla de cacahuete que utilicé en la base. Todos los ingredientes estaban bien integrados y combinados, todo en su medida tenía buen sabor.
Aquí concluye mi artículo sobre mi preparación de la tarta de queso. Sinceramente aquí no acabo, pero no voy a alardear sobre mis sentimientos y opinión sobre las tartas de queso. Simplemente, voy a decir que, si lo que no quieres es tomar algo pesado o muy contundente, y prefieres productos más ligeros y saludables y con menos galletas, disfruta de una tarta de queso. Además, puedes prepararla fácilmente como yo hice. Sentirás satisfacción con tu cocina y prepararás una tarta de queso como a ti te guste. ¡Confiad en mi! Es una buena idea sustituir productos muy dulces por una tarta de queso, además, es baja en calorías y no es muy pesada. Siento decirte que si no te gustan los productos lácteos, no sé si te gustará o no. Creo que si tienes intolerancia o alergia a los productos lácteos, no debes tomar tarta de queso. El relleno está hecho de productos lácteos, y aunque se hornee, no te puedo decir si te perjudicará.
¡Disfruta de la tarta de queso y de la cocina!
Galería de fotos
Contenido disponible en otros idiomas
- English: Cheesecake with lemon zest
¿Quieres tener tu propio blog Erasmus?
Si estás viviendo una experiencia en el extranjero, eres un viajero empedernido o quieres dar a conocer la ciudad donde vives... ¡crea tu propio blog y cuenta tus aventuras!
¡Quiero crear mi blog Erasmus! →
Comentarios (0 comentarios)