Sopas frías para el verano II
Como ya os dije en la entrada anterior, hay gran variedad de sopas frías o gazpachos que nos vienen muy bien para combatir el calor veraniego de España, por eso hoy toca contaros cómo se preparan otros de estos platos o “bebidas” según las queráis llamar.
Gazpacho de melón
Aunque suene un poco raro, es una sopa fría que se prepara en algunos lugares de España, sobre todo en verano, cuando hay buenos melones y además de estar muy bueno es de lo más refrescante que hay.
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Para hacerlo necesitamos:
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Un melón maduro, pero no pasado.
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Tres tomates maduros.
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Un pimiento rojo.
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Una cebolla pequeña.
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Un diente de ajo pelado.
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25 gramosde pan del día anterior.
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Un vasito de aceite de oliva virgen extra.
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Un chorrito de vinagre.
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Sal y pimienta.
Como podéis comprobar varían poco los ingredientes con respecto a otros gazpachos de los que he ido hablando, pero justo el ingrediente que varía es el que hace que cada gazpacho sepa diferente.
Os digo cómo se hace:
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Sacamos la pulpa del melón y la trituramos con la batidora en un cuenco o bol.
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Pelamos los tomates y los picamos en cachos bien pequeños y los añadimos a lo que hemos batido del melón.
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Lavamos el pimiento rojo, le despepitamos (es decir le quitamos las pepitas) y le troceamos para añadirle a la mezcla del melón y el tomate que tenemos de antes.
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Picamos la cebolla también en cachos muy pequeños y el diente de ajo y lo incorporamos a la mezcla de todos los ingredientes. Lo vamos triturando para que al final nos quede todo bien fino.
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Por último añadimos el pan del día anterior desmigado, el aceite, un chorrito de vinagre y sal y pimienta al gusto, (a mi me gusta especialmente con poca pimienta).
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Volveremos a batir bien para que se mezclen todos los ingredientes. Si vemos que la textura es demasiado espesa, siempre podemos añadir un poquito de agua, lo que nos sirve también para rectificar en caso de que esté muy salado.
Las medidas son las que os he dicho, pero si alguno nos gusta más salado o más vinagroso, se puede variar las cantidades de sal o vinagre o agua… Según el gusto de cada uno.
Otro gazpacho cuyo ingrediente principal es una fruta, es el gazpacho de sandía.
¿Qué necesitamos para hacer el gazpacho de sandía?
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Más o menos para cuatro vasos:
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600 gramosde tomate maduro.
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500 gramosde sandía, el peso sin cáscara, sólo la carne de la sandía.
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Un poco de cebolla.
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Sal al gusto.
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Un chorro de aceite de oliva.
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Medio pimiento verde.
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Un diente pequeño de ajo.
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Vinagre al gusto.
El modo de prepararlo ya os podéis imaginar cómo es si habéis leído las otras recetas, pero os lo cuento paso a paso.
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Lavamos los tomates y el pimiento.
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Pelamos la cebolla y troceamos como unos40 gramosmás o menos. También troceamos el pimiento. No hace falta que sea pequeño ya que lo pasaremos por la batidora. Pelamos y cortamos el ajo.
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Ahora picamos los tomates y ponemos todo lo picado hasta ahora en un cuenco todo junto. Lo batimos con una batidora y si queremos lo podemos pasar por un colador grande para que quede más fino y se quiten los grumos que hayan podido quedar.
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Quitamos las pepitas a la sandía y la troceamos añadiéndola a la mezcla anterior. Volvemos a batir y añadimos la sal, el aceite y el vinagre. Lo mezclamos todo bien y probamos cómo está de sabor antes de guardarlo en la nevera hasta la hora de bebérnoslo.
Se puede servir con unas bolitas de sandía de adorno, pero las pondremos en el último momento para que no se queden lacias.
Otro gazpacho que llevamos haciendo en casa desde hace no muchos años, es el gazpacho de remolacha roja. Ha sido todo un descubrimiento culinariamente hablando, porque cuando lo hacemos (casi siempre lo hace mi madre) nos encanta tomarlo.
La remolacha roja es un alimento rico en vitamina C, en antioxidantes, en hierro, etc. Contiene mucha fibra y nada de grasa, y algo muy importante hoy en día, es un potente anticancerígeno. También es un buen alimento para las personas que retienen líquidos y ayuda al hígado a realizar su función depurativa.
Normalmente se suele comer en ensalada, aunque cada vez se utiliza más en la cocina de vanguardia para hacer platos “exóticos” y es que no sólo aporta color a los platos sino que le añade una dosis extra de sabor e intensidad.
¿Qué necesitamos para hacer un gazpacho de remolacha roja?
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Cuatro remolachas rojas ya cocidas. Las venden envasadas al vacío, enteras y peladas, listas para comer. Yo utilizo las de la marca “Huercasa”.
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Aceite de oliva virgen extra, iremos echando al gusto, pero más o menos medio vaso.
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Vinagre de Módena, da un sabor diferente al vinagre de vino que hemos utilizado en los gazpachos anteriores.
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Medio diente de ajo. No conviene echar más ajo porque si no, el sabor a ajo oculta el sabor de la remolacha.
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Un tomate maduro.
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Sal.
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Agua.
¿Cómo se hace? Es muy sencillo:
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Quitamos de la remolacha con ayuda de un cuchillo el llamado “callo” que es por donde ha estado unida al tallo.
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Picamos las remolachas, el medio ajo pelado y añadimos sal, vinagre de Módena, aceite de oliva y agua. Batimos todo bien y vamos probando para dejarlo en el punto que nos guste, más o menos vinagroso, más o menos salado, etc. Si queremos que quede más líquido, añadiremos más agua.
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Pelamos el tomate y lo pasamos por la batidora en un recipiente diferente. Lo añadimos a la remolacha batida y demás ingredientes, pasándolo por un colador para que quede más suave y sin pepitas.
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Se mete en la nevera y a la hora de servir echamos un chorrito de aceite de oliva y un poquito de huevo cocido picado, pero eso ya cada uno en su cuenco.
Bueno, creo que ya tenéis diferentes recetas de sopas frías para que probéis este verano cuando apriete el calor, y no quiero despedirme sin daros unos pequeños consejos:
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En los gazpachos que lleven ajo, es mejor quitarle lo del centro, el “germen”, ya que puede amargar y “repite” menos sin ello.
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Es mejor pasarlos por un colador grande, ya que quedan mucho más finos y además encontrarnos pepitas de tomate o piel de pimiento no es agradable cuando lo estas bebiendo.
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Lo puedes hacer a cualquier hora y meterlo en la nevera ya que como es una “bebida” que se toma fresca, en cualquier momento se saca y se toma.
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Recién hecho se conserva varios días en el frigorífico, pero mejor tapado para que no pierda sus aromas y sabor.
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También y ya por último, debemos asegurarnos lavar bien las verduras antes de preparar estas sopas frías, ya que no las pasamos por la más que por la batidora, ni cocción, ni sartén, ni plancha.
Espero que os gusten y que cada uno escoja la receta que quiera hacer.
¡Un saludo!
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