Receta: Hojuelas

Hace mucho que no hablo sobre ninguna receta y ya que durante las cuatro semanas que he pasado en España he comida unas ricas hojuelas, voy a explicaros como se hace. Lo primero decir que las hojuelas, son un postre que no esta precisamente recomendado para aquellos que están haciendo dieta, ni dura, ni blanda ni de ningún tipo. Las hojuelas son muy fáciles de preparar pero como toda receta, necesitan su tiempo y en este caso sus “inmovilizado material”, (sartén, cubiertos, bols…)

Para empezar hacen falta los siguientes ingredientes:

- 1 huevo

- 60 centilitros de vino blanco

- 60 centilitros de aceite de oliva suave

- Entre 240 y260 gramosde harina

- Entre 240 y260 gramosde azucar

Para empezar, hay que hace una masa que será con la que más adelante trabajaremos, que consiste en mezclar el huevo con los 60 centilitros de vino blanco y con los 60 centilitros de aceite de oliva, todo ello en un bol donde se pueda mezclar bien, con una batidora o algo por el estilo, para que quede todo bien removido y bien junto. En este momento en el que los tres ingredientes se están mezclado, hay que empezar a mezclar poco a poco la cantidad de harina que he indicado antes.

Cuando la masa ya sea consistente y no se quede pegada en el bol, hay que cogerla, pasarla a la mesa de trabajo y empezar a hacer finas lonchas con un rodillo, del tamaño de más o menos una mano, para que luego sean fácilmente manejables en la sartén. Para que la textura sea la adecuada, hay que estirar las láminas de masa bien y procurar que queden lo más finas posible.

Si además queremos que queden “bonitas”, podemos cortas las láminas de masa en las formas que más no apetezcan, siendo lo normal hacer cuadrados o círculos, pero ahí ya entran las ganas de trabajar y la imaginación de cada uno de los reposteros que la haga.

A la hora de freírlas en una sartén, conviene que el fuego no esté al máximo, porque si es así, al tratarse de láminas muy finas y delicadas, podrían romperse o quemarse fácilmente. Una vez quedan sólidas y sin que se quemen ni se descompongan, se sacarán de la sartén con una espumadera y conviene ponerlas en un plato con papel absorbente, para que se desprendan de algo del aceite con el que las hemos frito. Al sacarlas y colocarlas, hay que ir poniéndolas el azúcar por encima, para que queden lo más dulces posible y su gusto sea el idóneo.

Uno de los trucos que me dio mi madre para que salgan bien, es a la hora de freírlas, que no choquen entre si unas con otras, ya que se pueden pegar y romper con mayor facilidad, así que conviene freírlas de pocas en pocas para que esto no pueda suceder.

¿Cuándo comerlas?

Cada uno puede comerlas cuando quiera, pero lo normal o por lo menos cuando nosotros las comemos en casa, es a la hora del postre o por la tarde a la hora de merendar y siempre en pequeñas porciones, ya que toda la masa y la cantidad de aceite que tiene, no es que hagan a las hojuelas muy recomendable para comer en grandes cantidades.

Entre los utensilios necesarios con los que hay que contar antes de ponerse a hacer esta receta, se encuentran; una sartén, una espumadera, un rodillo o alguna herramienta por el estilo, una tabla de madera para extender las hojuelas, un plato, papel de cocina cuanto más absorbente mejor y conviene tener una cuchara para ir echando el azúcar por encima.

Espero que os guste mucho esta sencilla receta y que la compartáis con quien más os apetezca, un saludo.

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