Pizza casera

Hola, queridos lectores. Esta vez os voy a hablar de una cena muy buena que tuve con amigos comiendo pizza. Por supuesto, estoy hablando de pizza casera y no del tipo que puedes comprar al repartidor local de pizza. Personalmente, pienso que tener una noche de pizza es beneficioso, sobre todo si eres un estudiante Erasmus y no tienes mucho tiempo para cocinar, pero también si estás de viaje o de visita. Pienso que la pizza es una de las cosas más fáciles de preparar y comerla puede ser muy agradable y satisfactorio.

Ya que tuve la oportunidad de vivir en Italia durante mucho tiempo (que en mi opinión fue suficiente para probar diferentes tipos de pizza de diferentes pizzerías y también de pizzas caseras), siempre acabo apreciando la simplicidad de una pizza casera. No hay nada que se compare a una versión casera de una pizza, porque, primero de todo, puedes controlar la calidad de los ingredientes y también puedes prepararla con lo que tienes en la nevera o en la despensa. Lo más importante es que puedes aprender una nueva habilidad, que es preparar tu propia masa, echarle las especias que quieras y divertirte haciéndola. Como dicen algunos, la pizza no tiene o tiene muy pocas calorías si la preparas tú mismo, ya que, cuando haces pizza, tienes que amasar la masa durante mucho tiempo, lo que lleva mucho trabajo y te hace sudar y perder energía. Pero no te preocupes, esta energía la recuperarás una vez acabes de preparar la pizza y comas un fino y crujiente trozo de pizza.

Así que la próxima vez que tengas ganas de pizza, haz un esfuerzo para hacerla tú mismo siguiendo una receta y no quedarás decepcionado con el resultado. El mayor secreto para hacer una pizza crujiente y sabrosa es trabajar en la masa de la pizza. Básicamente, tienes que dejar que la masa crezca durante un tiempo determinado (tienes que esperar a que el volumen de la masa duplique el tamaño antes de preparar la pizza y hornearla).

Gracias por leer este artículo. ¡Que aproveche!

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