Guisantes con jamón

¡Hola cocinillas! Esta receta me la enseñó mi madre antes de irme de Erasmus porque tenía miedo de que me alimentase únicamente a base de pasta y ensalada. Además, sabe que los guisantes me encantan y obviamente no voy a cocinar cosas que no me gustan porque no me las voy a comer... Por tanto, hoy os traigo una receta facilita de los guisantes con jamón de mi madre, una de mis comidas preferidas (siempre después de la tortilla de patatas). 

En primer lugar, tenemos que poner en una cazuela un poco de agua a cocer con sal, sin pasarse. Lo aviso porque a mi muchas veces se me va la mano y luego no hay quien se lo coma... (ya os he dicho que soy un poco torpe en la cocina). Cuando veamos que el agua empieza a hervir echamos los guisantes (los que se guardan en el congelador) y se dejan en la cazuela durante aproxmadamente ocho minutos.

Cuando ha pasado el tiempo, los sacamos y los escurrimos bien, que sino luego no quedan tan ricos como deberían.

En la misma cazuela freímos la cebolla. Yo normalmente echo media para cuatro o cinco personas, pero eso va un poco al gusto. De hecho, si no os gusta la cebolla podéis no echarla, aunque os recomiendo que lo hagáis porque le da un toque a los guisantes que raro es que a alguien no le guste.

Es importante que la cebolla esté muy bien picadita y así esperamos hasta que esté dorada.

A continuación picamos unas lonchas de jamón serrano, aunque también está la opción de comprar directamente unos paquetitos en los que te viene el jamón bien cortadito listo para cocinar. Echamos el jamón junto a la cebolla cuando ésta esté ya bien doradita.

Cuando esté todo listo, añadimos los guisantes y damos unas vueltecitas hasta que se hayan rehogado. 

Al final, lo retiramos del fuego y echamos media cucharadita (o incluso menos) de pimentón dulce, lo justo para que le de un poco de saborcito pero sin pasarse. Le damos unas vueltas más et voilà. 

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