Croquetas de jamón y queso.
Hoy vengo a escribiros una receta de forma diferente. Porque hoy vengo a contaros la historia de cómo mi compañera de piso y yo hicimos ochenta croquetas en un solo día para alimentar a veinticinco personas de distintas nacionalidades que nunca antes habían probado este maravilloso plato.
Antes de nada tengo que decir que yo soy una amante empedernida de las croquetas. Me encantan de todos los sabores posibles (jamón, queso, pollo, solo bechamel y hasta de verduras). Me gustan tantísimo que aunque tenga veintidós años, cuando voy a casa de mi abuela ella me dice "te tengo una sorpresa preparada" y resulta que es un tupper enorme con croquetas (porque como las croquetas de la abuela claramente no hay nada).
Después de esto, a nadie le sorprende que cuando empezamos a pensar en los platos que prepararíamos en la cena española del erasmus (porque en nuestra clase se decidió que las personas de cada país iban a encargarse de preparar una cena con platos típicos para todos, una buena excusa para hacer cosas juntos y, sobre todo, comer, una de las cosas que más nos gusta a todos) todas tuviésemos claro que, a pesar de que se tarda lo suyo en prepararlas, teníamos que hacer croquetas. (Sé que diréis que lo típico no es hacer croquetas sino tortilla de patata, pero llevábamos cinco meses llevando tortilla a todas las comidas de clase, así que ya estaban todos un poco hartos, pero bueno, eso no viene al caso y si os lo cuento en algún momento será en la entrada de mi receta de tortilla).
Lo importante es que yo solo había tenido contacto con la preparación de las croquetas ayudando a mi madre alguna vez en casa a hacerlas, pero nunca antes había preparado croquetas yo misma. Pues adivinad a quién le tocó, de entre los innumerables platos que había para preparar, hacer croquetas. Menos mal que tenía una amiga y compañera de piso maravillosa con un novio cocinero que sí que sabía prepararlas a la perfección y nos dijo cómo. Así que ahí nos veis, en una de las cocinas de la residencia preparando la masa de croquetas tal y como os la explico a continuación.
Ingredientes (no para ochenta croquetas, obviamente):
- Un paquete de jamón serrano en tacos
- Una cebolla
- Queso rallado
- 150 gramos de harina
- 150 gramos de aceite de oliva
- Leche
- Tres o cuatro huevos
- Pan rallado
- Sal
Preparación:
Pica la cebolla en trozitos muy pequeños, ponlos en la sartén añadiendo un buen chorro de aceite de oliva. Antes de quitar la cebolla del fuego, cuando creas que ya está bastante bien dorada, añade los tacos de jamón a la sartén y mezcla todo muy bien.
Para preparar la bechamel, bajamos el fuego lo máximo posible sin apagarlo y añadimos la harina mientras removemos bien para que no se pegue. Si veis que es necesario, podéis echar otro pequeño chorro de aceite. Sin dejar de remover, vais echando la leche poco a poco, mezclando bien todos los ingredientes y haciendo que la bechamel se forme sin que se pegue a la sartén. Cuando tengas controlada la bechamel, añade queso rallado y vuelve a darle vueltas para que se mezcle con el resto de ingredientes.
Podéis probar el sabor de la bechamel por si tenéis que echarle alguna especia como pimienta o nuez moscada. Muy importante que si le echáis algo de sal no os paséis, que el jamón ya es salado de por sí y probablemente ni siquiera sea necesario añadirle más a la mezcla.
Cuando la bechamel esté hecha, se apaga el fuego y se deja enfriar. Una vez enfriada la mezcla, se tapa con papel film o de aluminio y se mete a la nevera. Cuanto más tiempo repose mejor, normalmente se recomiendan veinticuatro horaspara que quede más uniforme y no se desmenucen al rebozarlas o al ponerlas en el fuego para freirlas.
Tras 24 horas, con una cuchara para que las cantidades de masa sean similares, vamos cogiendo la masa y dando forma a las croquetas. Se baten los huevos que sean necesarios en un plato (yo recomiendo batir de uno en uno para no desperdiciarlos) y se pone el pan rallado en otro plato.
Yo rebozo las croquetas dos veces para que sean más consistentes. Primero cogemos la croqueta, la bañamos en huevo y después en pan rallado, y repetimos este proceso dos veces.
Ponemos abundante aceite en una sartén y lo calentamos bien. Una vez caliente, vamos metiendo las croquetas para freirlas. Mientras tanto colocamos papel de cocina para que absorba de aceite en un plato llano. Cuando las croquetas estén hechas las vamos colocando ahí para que desprendan todo el aceite. ¡Las dejáis enfríar y ya están!
A pesar de todo, nuestras croquetas fueron un éxito. Tuvimos suerte con nuestros vecinos de la residencia, ya que aunque las viesen en el congelador común, (con una maravillosa nota muy amable con una cara sonriente dibujada) ni las tocaron, ni las aplastaron con sus bolsas de comida (todo un logro en esa residencia), así que al final todo salió genial y nos sobraron croquetas para el resto del erasmus.
Espero que la receta os haya servido y os animéis a preparar este plato a vuestro amigos extranjeros del erasmus o a vosotros mismos si queréis sentiros un poco más como en casa cuando lleváis fuera bastante tiempo. Lleva tiempo, pero si algo aprendí es que preparar este plato no es tan difícil como parecía, así que ya sabéis, no perdáis la oportunidad.
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- Italiano: Crocchette di prosciutto e formaggio
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