Comida típica de Francia: raclette (para amantes del queso)
¿Qué es?
Fui a Marsella a visitar a una amiga. Ella es colombiana y vive con su hermana desde hace varios años en Francia. Es un placer ir a casa de gente que adora la cocina. Tras un día en el que el frío se nos había metido hasta los huesos a Sofía se le ocurrió que una raclette nos haría entrar en calor. No quiero hacer spoiler, pero verdaderamente lo consiguió.
La raclette es uno de los platos más típicos de Francia, lo mejor de todo es que es verdaderamente fácil de ‘cocinar’ si es que se le puede llamar cocinar y está buenísima. Esta receta fue inventada por pastores suizos en el siglo XIX en el cantón de Valais. Originalmente, el nombre no era el de "raclette" sino de "queso asado”.
Es uno de los platos esenciales tras deportes de invierno o cualquier día que uno necesite un chute de calor y energía.
Se trata de un plato cuyo ingrediente estrella es, una vez más, el queso. Se podría decir que la raclette se trata de un plato de ‘queso con lo que te de la gana’.
5 buenas razones para preparar una buena raclette
- Completo: Plato familiar y completo, la raclette también es muy práctica y fácil de preparar.
- Personalizable: puedes preparar tu plato a tu manera, elegir entre los acompañamientos que más te apetezcan, comer poco o mucho, poner tu queso más o menos derretido, con o sin la corteza, con o sin pepinillos, etc.
- Muy fácil: Aparte de hervir las papas de antemano, o incluso preparar una buena ensalada, no requiere ninguna preparación, excepto precalentar el aparato 10 o 15 min antes de comenzar la comida, para una óptima eficiencia.
- Sorprendente: por más sencillo que sea, para alguien que nunca ha probado esto, es un plato que deja sorprendidos a todos los comensales. El dinamismo y la interacción hacen de la comida un juego.
- Está demasiado rico.
El único inconveniente es que si uno quiere hacerlo al estilo francés, necesitarás comprar una máquina especial para raclette, aunque siempre podremos apañarnos con una plancha.
Paso 1:
Lo primero es pasar por el super-mercado. Otra cosa que me encanta de la raclette es que uno puede personalizarla, es decir, puedes escoger unos ingredientes u otros, así todos podrán comer.
Nuestra lista de compra:
- Queso especial para raclette (compramos 3 paquetes como este para 6 personas)
- Jamón serrano (muy finito)
- Salchichón
- Lomo (muy finito)
- Tomates cherry (pueden ser también grandes y presentarlos cortados)
- Aguacate
- Patatas
- Pan
- Pepinillos y cebolletas para acompañar
- Vino para acompañar
Paso 2:
Esta es la lista de nuestra compra pero realmente puedes poner lo que te apetezca. Desde mi punto de vista no pueden faltar las patatas. Las cocinamos en agua hirviendo con sal durante 20-25 minutos, luego las dejamos escurrir un poco. La cocción de las patatas depende de la variedad elegida y del tamaño. Para saber están bien cocidas, podemos pinchar con un cuchillo en una de ellas. La penetración de este debe ser fácil.
El queso puede venir en bloque o cortado. Nosotros elegimos la opción fácil, pero si no, corta el queso de su raclette en rebanadas (que no sean ni demasiado finas ni demasiado gruesas) y deje la corteza. Podemos servir las piezas en un plato para que cada uno vaya cogiendo al ritmo que come.
Una buena idea es también acompañar todo esto con una ensalada fresca, para cuando las calorías del queso empiecen a darte calor.
Mientras ponemos todos los ingredientes en la mesa, cada uno en platos diferentes, tenemos que ir poniendo a calentar la maquina de raclette. Colocamos las raclettes, que son pequeñas espátulas sobre la parte que calienta. ¡No tarda demasiado en estar preparada para funcionar así que no te distraigas!
Paso 3 (importante): comer
Lo que más me gusta de este plato es que cada comensal es su propio cocinero. Tienes un montón de ingredientes a tu disposición y una paleta de raclette para ti. Pon una de las rebanadas de queso sobre tu paleta de raclette y ve sirviendo los ingredientes que más te gusten sobre tu plato.
Yo recomiendo empezar cogiendo una patata y pelarla para que vaya enfriándose. Añade más ingredientes mientras observas tu queso. Cuando consideres que está lo suficientemente fundido, coge tu paleta y échalo sobre los acompañamientos que haya en tu plato. Pon otra pieza de queso en la paleta y métela en la máquina de raclette para que vaya calentándose mientras disfrutas de lo que acabas de preparar.
Es una comida dinámica en la que puedes probar diferentes combinaciones mientras constantemente vas preparando tu queso.
La raclette es ese típico plato que no te deja hablar con el resto de comensales de otra cosa, solo se comenta lo buena que está la comida, o de cómo ha quedado tu combinación.
Para hacer la raclette más original y sorprender a todos tus invitados, puedes elegir diferentes tipos de queso, como cabra, Maroilles, Saint-Nectaire o fourme d'Ambert. Como Francia es el país del queso por excelencia, sería una pena privarse de tal elección.
Consejitos e ideas
1) Hazlo un poquito más light.
Si bien es una receta en la que alérgicos, vegetarianos y demás intolerantes no tendrán problema ya que podemos elegir lo que queramos, aquellos que estén en proceso fitness se verán un poco frustrados con este plato. Las calorías bailan por la mesa. Como el queso, es el queso, y nada podemos hacer contra ello, vamos a luchar por otro frente. Para quitar grasas, así como dar más vida y frescor a nuestra raclette, podemos sustituir los embutidos por verduras. Elígelos de temporada: champiñones, zanahorias, hinojo, puerros, tomates... Lo que quieras, no hay límite.
*Consejo: cocinar puerros, cebollas, repollo, endivias en trozos, cocidos al vapor o sofocados de antemano.
2) ¿Para beber?
Para beber, un agüita vendría estupenda para bajar el peso de esta contundente comida, pero como ya sabéis, como para el español el pan con cualquier cosa, para el francés el queso con el vino. Como estudiantes, no fuimos demasiado exquisitos, y fuimos a lo barato, pero los franceses tratan de elegir el vino a partir del queso. Ya sea cabra o vaca, suiza o saboyana, suelen optar por un vino regional, para tener tener garantías. No rechazan un rosado Lyonnais o algunos vinos blancos como el de Savoya.
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