Calabacín con huevo y queso.

Uno de los platos que más me preparaba para cenar cuando estaba de erasmus eran estas rodajas de calabacín con huevo y queso rallado por encima acompañadas por tomate o aguacate en rodajas (mis dos comodines del erasmus). Es un plato muy sencillo (y bastante calórico aunque lleve solo tres ingredientes, así que tampoco comáis lo mismo todos los días) que se puede preparar en pocos minutos, por lo que tampoco hace falta ni ser un gran chef, ni tener mucho tiempo.

Ingredientes:

Calabacín (o cualquier otra verdura que os guste en rodajas, como berenjena)

1 huevo

Queso rallado o en lonchas

Aceite de oliva

Pan rallado (Anécdota: la primera vez que decidí hacer esto, no tenía pan rallado, pero me acaba de comprar una balsa de un kilo de cereales corn flakes sin azúcar, así que adivinad quién trituró cereales para rebozar el calabacín con ellos...Que por cierto, quedó riquísimo, eso sí)

1 tomate o aguacate

Media taza de leche

Preparación del plato:

Se corta el calabacín (o la verdura que queráis) en rodajas no muy finas, para que aguanten sin romperse. Además, queremos que el plato sepa a la verdura, no tapar el sabor, así que si no tienen el grosor de un folio de papel mejor que mejor.

Para rebozar el calabacín, podéis impregnar primero las rodajas en leche y después bañarlas en el pan rallado (o en el caso de que seáis tan pringados como yo, en corn flakes triturados) hasta que estén bien cubiertos. Después, los freís en aceite de oliva.

Una vez sacadas las rodajas de calabacín del fuego o, si os veis capaces, a la vez que las estáis friendo, echáis a una sartén un huevo para hacer "huevos rotos", que viene a ser lo mismo que una tortilla bien revuelta. Si preferís hacer una tortilla y después cortarla en trozos para ponerlos encima del calabacín tampoco está mal, pero a mí me gusta más de la otra manera.

Por último, cuando el huevo/tortilla está aun caliente, se van añadiendo trozos a las rodajas de calabacín rebozado, y después se le añade queso rallado por encima. Si el plato ya está frío, siempre lo podéis gratinar para que el queso se derrita y quede todavía mejor.

Después, si lo queréis acompañar con algo, podéis cortar en rodajas un tomate fresco o un aguacate (medio si vuestros aguacates son tan grandes como los que compraba yo en Dinamarca), y listo, ya lo tenéis.

Soy consciente de que igual no os llama demasiado la atención este plato, pero como ya dije por alguna parte, soy muy de intentar innovar, y cuando empecé a vivir en Aarhus me di cuenta de que había encontrado en la cocina una forma de entretenerme y "divertirme" en los pocos momentos en los que estaba sola. Si os gustan todos los ingredientes del plato por separado, seguro que juntos también os gustan. De todas formas, siempre podéis quitarle alguno como el huevo, que es más para hacer un plato consistente y quizás en ocasiones os sobre. ¡Espero que os sirva!

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