Consejos para amores Erasmus: Cómo hacer que una relación a distancia funcione

Como mencioné en la última publicación de mi blog, Why I decided to move to Madrid, encontrar el amor en el Erasmus es muy común y podría pasarte a ti.

Puede que a algunas parejas les apetezca solo una relación a corto plazo y no tomárselo en serio a largo plazo, pero otras se dan cuenta de que no pueden dejarlo tan fácilmente. Si este es tu caso, y te encuentras afrontando la temible e intimidante posibilidad de tener una relación a distancia cuando el Erasmus haya acabado, aquí puedes encontrar algunas recomendaciones.

¡Espero que mis consejos te echen una mano y te deseo mucha suerte!

1. Comunicación

Del mismo modo que el amor es una calle de doble sentido, la comunicación también lo es.

¿Por qué? Bueno, porque las palabras son lo único que ambos tenéis para mantener la relación en marcha y tranquilizaros mutuamente. La otra persona no puede estar ahí físicamente para apoyarte en los días malos cuando te sientes decaído o tienes dudas, ni estar ahí físicamente en los días buenos para celebrar algo especial contigo.

Ni abrazarse, ni acurrucarse, solo palabras, solo lanzar besos, solo conversaciones a través del teléfono o la cámara del ordenador.

Cuando digo que necesitáis tener comunicación, no me refiero a que tengáis que hablar las 24 horas del día. Esto es especialmente difícil cuando estáis en zonas horarias totalmente diferentes. A veces puedo decir buenas noches y que al mismo tiempo mi chica esté diciendo buenos días, o viceversa.

La comunicación real es decir a la otra persona cómo te sientes, ya sea bien o mal, y no guardártelo dentro porque temas parecer débil. Es contaros el uno al otro vuestras inseguridades y dudas, y deciros cómo no podéis esperar a que llegue el momento de ver al otro.

Déjame decirte que nosotros éramos realmente malos en esto al principio.

En primer lugar, mi chica es una persona de pocas palabras, lo que es una cualidad entrañable, excepto cuando había todo un océano de distancia entre los dos y no podía ver sus acciones o lenguaje corporal.

Muchas veces los mensajes de texto y sus connotaciones se malinterpretaban del todo. Así que, básicamente, había momentos en los que yo estaba sufriendo en silencio, pensando que ella había perdido el interés en mí porque, por ejemplo, ella había dicho «hola» en lugar de «HOLA! ». Estúpido, ¿verdad? Y la solución parece sencilla, ¿no?

Todo lo que tenía que hacer era preguntar, y todo lo que ella tenía que hacer era abrirse y decirme que yo era muy importante para ella y que le importaba, y que si mostraba poco entusiasmo algunos días no significaba que ya no le importara.

Pero no era tan fácil como eso, porque algunas veces no sabemos cómo expresar el modo en el que nos sentimos.



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Llegar al punto de sentirse cómodo diciendo todo el uno al otro tomó mucho tiempo, no solo porque teníamos miedo de parecer desesperados, sino también porque algunas veces los sentimientos son demasiado complicados para expresarlos en palabras.



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Es difícil abrirse completamente a la otra persona e intercambiar opiniones honestas y sentimientos, pero dale tiempo y paciencia. No intentes forzar a la otra persona a decírtelo todo a la vez, hazle saber que te gustaría trabajar en ser más abiertos entre vosotros.

Todo llega paso a paso, y habrá momentos de duda e inseguridades porque eso es normal. En una relación a distancia es muy importante, cuanto más a menudo mejor, reafirmar mutuamente vuestro interés y amor. Puede que pienses que esto se vuelve pesado y aburrido y estúpido (y cursi), pero no lo hace, y es muy necesario.

2. El «ojo por ojo» no se aplica aquí

Hacer m**rdas como venganza o poner celosa a tu pareja y ver si realmente te quiere o no es extremadamente infantil y no funciona.

Ejemplo: ella bailó con alguien en una fiesta (incluso siendo un baile totalmente inocente y casual), y yo me puse un poco celoso, así que fui a bailar con alguien en una fiesta para hacerle sentir lo mismo que yo. Soy 100 % culpable de hacer esto, y me arrepiento.

En las primeras etapas de la relación, si ella hacía algo que me molestara, en lugar de ser abierto y hablar sobre el tema con ella, iba y hacía lo mismo que ella «en venganza», y entonces se lo contaba porque quería ver si también le molestaba.

Ese era mi «examen» para ver si me quería tanto como yo a ella.

Para empezar, eso era estúpido porque no todo el mundo reacciona a una situación de la misma manera, y no todo el mundo se pone celoso por las mismas cosas. En segundo lugar, ¿por qué debería mostrar o decirme que eso le había molestado si yo nunca lo hacía cuando algo me molestaba?

Ninguna lógica. Suena tan estúpido, pero lo triste es que muchas parejas hacen esto y piensan que funciona.

En lugar de fortalecer tu relación o amistad con alguien, haciendo cosas como esta hace parecer que no eres serio y que estás jugando con ellos, y a menudo puede llevar a la pérdida de confianza. A un nivel extremo, este juego de «devolvérsela al otro» puede hacer trizas la relación en un instante.

Como Gandhi dijo:



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Tan profundo y tan cierto.

¿Por qué hacemos estas cosas «en venganza» y por qué intentamos poner a prueba a la otra persona? ¿Por qué no podemos simplemente decirle directamente cómo nos sentimos?

En mi caso, solía tener miedo de parecer un debilucho e inseguro y dependiente, así que actuaba como si no me importara tanto e iba a fiestas, esperando que ella se preocupara o algo.

Seguí intentando saber si se preocupaba analizando sus acciones, porque no sabía si ella diría la verdad si preguntara explícitamente. La peor parte es que ella se preocupaba mucho, pero no decía nada porque estaba intentando ser tan reservada y «relajada» como yo intentaba ser.

En serio, lo peor. del. mundo.

No intentes «poner a prueba» a tu pareja y no intentes «aparentar» que estás bien con algo cuando no lo estás, porque al final todo vuelve para morderos y solo provoca una lenta erosión de la confianza, y es muy difícil reconstruirla (aunque pienso que es posible, con el tiempo).

No actúes demasiado indiferente o le des demasiado espacio para hacerle sentir como si no te importara nada (he cometido ese error algunas veces, y causó más daño del que esperaba), y tampoco seas un loco controlador.

La mejor solución: pregúntale por sus sentimientos y cuéntale los tuyos. Llega a acuerdos sobre lo que ambos veis apropiado o inapropiado a la hora de salir e interactuar con otra gente.

Si tu pareja se preocupa lo suficiente, debería ser comprensiva, empática y respetuosa con cómo te sientes, y debería querer que le muestres la misma comprensión, empatía y respeto. Todo se basa en tener buena comunicación entre vosotros.

3. Mantente ocupado

Consigue un trabajo, sal con amigos, haz planes para hacer cosas, ¡y hazlos! No te quedes sentado en casa todo el día como un perdedor deprimido, esperando a que tu amor esté libre para hacer Skype o responderte los mensajes.

Te volverás loco (y volverás loca a tu chica también). Lo mejor es establecer una hora en la que ambos estéis libres para hablar, y diligentemente ir a ello. No llegues tarde, no le hagas esperar.

Durante los 8 meses que estuvimos separados, pasé muchísimo tiempo en mi cama esperando a que ella estuviera libre y hablara conmigo.



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Modo Gran gordo perdedor.

En cuanto a eso, me enfadaba cuando ella no estaba libre en los momentos en los que yo quería que lo estuviera o cuando no me daba tanto tiempo como había esperado tener. En cierto modo reclamaba mi derecho a tener su tiempo porque esperaba mucho para ello.

No me malinterpretes, definitivamente merezco algo de su tiempo, como todas las parejas merecen algo de tiempo del otro, pero ella también merece tiempo para ella misma y sus amigos.

Ella también cayó en la misma trampa, esperándome mientras yo salía con mis amigos, y acababa sintiéndose triste y decepcionada cuando yo no estaba libre al mismo tiempo que ella.

Así que la solución para ambas partes es permanecer ocupados pero reservar un tiempo especial para el otro, ya sea cada día, cada dos días, o como prefiráis establecerlo. De nuevo, esto se deriva de la comunicación.

4. Cuidado con las redes sociales

Estar lejos de tu persona especial es difícil no solo porque careces de contacto físico, sino porque es muy fácil dejar volar tu imaginación e imaginarle siéndote infiel, incluso si no tienes motivos para pensar así.

Bueno, si eso no era ya lo suficientemente malo, las redes sociales, tales como snapchat e instagram, añaden una chispa especial para hacer a tu imaginación desvariar de primera.



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Las redes sociales son una manera genial de mantenerte en contacto con la gente que está muy lejos y para mantenerte actualizado sobre sus vidas y novedades. Pero siempre hay un lado oscuro en algo bueno.

Desafortunadamente, es demasiado fácil ver una publicación o un «me gusta», malinterpretarlo, darle demasiadas vueltas, asumir cosas, y esto casi siempre conduce a nuevos niveles de inseguridades, problemas de confianza, celos, malentendidos y dudas sobre tu pareja y sus actividades tras las cámaras.

A veces estos sentimientos pueden tener cierta verdad detrás, como si tu novio o novia está flirteando claramente y de manera pública con alguien más online (y en ese caso, no merece la pena perder tu tiempo con ellos); pero la mayoría de veces estos sentimientos de duda e inseguridades pueden estar fuera de toda proporción, sin fundamento, y pueden causar conflictos indeseados y tensión en tu relación a larga distancia.

Por ejemplo: «¿Quién es esa persona a cuya foto ha dado me gusta? ¿Está interesado/a en él/ella? ¿Quiénes son todos esos seguidores? ¿Le están mandando mensajes privados? ¿Para qué necesita seguidores siquiera? ¿Mi atención no es suficiente? » - Mi mente.

¿Una loca anda suelta dices? Tal vez, pero también sé que un gran número de los que estáis leyendo esto probablemente está en el mismo barco y seguro que estos pensamientos han cruzado vuestras mentes.

Vale, a lo mejor tú eres especial y no tienes este problema con tu novio o novia porque tenéis confianza 100 % en el otro, o tal vez ninguno de los dos usa las redes sociales tanto, ¡eso es genial para vosotros, chicos! Pero para aquellos que sí tienen este problema, no creo que tenga que entrar mucho más en detalles porque sabéis exactamente a lo que me refiero.

¿Mi solución? Vaya, pues esta es la única cosa en la que soy débil y en la que tengo que trabajar mucho. Cuando me siento inseguro con esas cosas, me vuelvo loco. El primer paso es darte cuenta de que sí, estás loco, y no pasa nada. Y entonces voy y lo hablo con ella. Ese es el paso dos.

Lo discutimos, hablamos sobre por qué me siento así, esto y aquello, y cómo podemos mejorarlo. Ese es el tercer paso. Tienes que improvisar a partir de ahí y ajustar tu conversación con tu pareja a la situación particular de cada uno.

A pesar de que pudieras argumentar que mis inseguridades son mi problema y que tengo que lidiar con ellas, tengo mucha suerte de estar en una relación con alguien que no considera esto un problema que tengo que afrontar solo, y podemos ser muy abiertos y cooperativos con ello.

Ella lo entiende y me confirma que no hay nada de lo que preocuparse, y muestra mucho afecto y apoyo. Anda, eso suena a comunicación, otra vez.

5. Planead juntos vuestro próximo encuentro y futuras aventuras

Esto mantiene el interés y la esperanza en ambos y os da algo que esperar.

Mientras que los puntos 1 al 4 de arriba pueden aplicarse a todas las relaciones (larga y corta distancia), este consejo en particular es realmente ensencial en la larga distancia.

Déjame exponerlo de este modo: ser paciente en una relación a larga distancia sin una meta es como sonreír siempre esperando que alguien te tome una foto, pero no sabe cómo hacerlo. Y mientras esperas a que echen la foto, te duele la cara y la sonrisa falsa es un asco así que te rindes sin echar la foto.

Lo mismo pasa con las relaciones a larga distancia. Sin un final visible a la relación a distancia, muchas parejas decidirán rendirse, porque, ¿qué sentido tiene?



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¡Cuenta atrás para la motivación!

Cuando terminé mi Erasmus en Francia en diciembre, no teníamos ni idea de cuándo podríamos volver a vernos, así que también podríamos habernos despedido para siempre. Pero como hablamos seriamente sobre volver a vernos, teníamos esperanza y motivos para seguir hablando como pareja.

Nosotros no esperamos más de dos meses hasta que finalmente compramos su billete de avión para venir a verme a Estados Unidos en marzo. Y poco después de eso, en abril, compré mi billete de solo ida para ir a verla en agosto, y acabé quedándome a vivir en Madrid dos años.

Poner fechas hace la espera mucho más fácil (aunque todavía es insoportable), y te da algo muy especial y emocionante por lo que contar los días.

Conclusión

Cuando se trata de larga distancia, no deberías tener que plantearte o dudar sobre si esa persona merece la pena la espera. Yo nunca dudé, ni una sola vez, de mi decisión de esperar y al final me mudé a otro país por alguien porque de verdad creía que ella merecía la pena.

Desde luego tuve dudas e inseguridades sobre si ella podría cambiar sus sentimientos por mí, lo que es normal en todas las relaciones, pero nunca dudé de que esa persona merecía el esfuerzo y la paciencia de seguir en una relación a distancia, y al menos intentar hacer que funcionara.

Sí, definitivamente asumí un gran riesgo y podría haber fracasado, pero pienso en ello de este modo: me fui con la mentalidad de que no lamentaría esto porque sabía que podría hacer algunas cosas increíbles por el camino, como viajar, aprender español, conseguir un máster en la Universidad Complutense de Madrid, hacer nuevos amigos.

Hice todo esto, y más, y todo comenzó con un pequeño romance.

Lee mi siguiente blog sobre How to pick your a** up and be a successful spontaneous traveler.

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