Bar Mleczny Familijny

En Nowy Świat, una de las calles más famosas de Varsovia, se encuentra el Bar Mleczny Familijny o "el bar de la leche", que es un imprescindible al que ir si estás en la ciudad. En realidad el local no es un bar, aunque su nombre lo diga, sino que es un restaurante pequeño al estilo de una cafetería, donde sirven comida polaca tradicional. Nada demasiado elegante, sino más bien una atmósfera agradable y acogedora. Hay muchos restaurantes parecidos por Varsovia, pero este es muy céntrico y es fácil de encontrar. Abre de lunes a viernes, de 7 a. m. a 8 p. m., y sábados y domingos de 9 a. m. a 5 p. m.

Como soy estudiante, no tengo mucho tiempo libre ni me apetece molestarme en cocinar, así que este ha sido el lugar ideal en el que comer tras un día de universidad. De todas formas, también es un buen lugar para turistas y locales, porque siempre sirven comida fresca a precios muy buenos. Además, la mayoría del tiempo no merece la pena malgastar tiempo y esfuerzo cocinando en casa cuando tienes esta opción. He hablado de la hora de la comida, pero el restaurante también tiene opciones de desayuno.

Tengo que decir algo muy importante, y es que este no es un sitio en el que sentarse a comer mientras tienes una larga conversación con tu acompañante, sino que tiene que comer rápido y volver a lo que estabas haciendo. Eso significa que no hay camareros, sino una cola para pagar (solo aceptan efectivo) y otra para esperar tu pedido.

No es un sitio muy espacioso, así que a veces puedes tener problemas para encontrar una mesa nada más llegar. Si te pasara eso, espera unos minutos y revisa el menú con cuidado, porque es muy difícil decidirse por algo entre tantas buenas opciones. A veces, sobre todo en la hora de la comida, también hacen cola para sentarse, pero normalmente avanza bastante rápido. Si sigue abarrotado una vez tienes ya tu pedido, prepárate para compartir mesa con desconocidos.

El menú está escrito en las paredes, al lado de la entrada. Lo malo para los extranjeros es que el menú solo está en polaco, así que es mejor comprobar el nombre de unos cuantos platos antes de ir, o tener un diccionario a mano. Si no, también tienes la opción de depender de la amabilidad de un hablante de polaco que te traduzca.

El menú es muy completo y tiene de todo tipo de platos tradicionales polacos. Los precios son los más bajos que he encontrado en toda Varsovia, una comida no sube de los 4 €. Además, como tiene tanta variedad, puedes hacer un montón de combinaciones riquísimas.

Yo soy una persona que podría sobrevivir perfectamente a base de dulces, así que mi plato favorito es, de lejos, las crepes polacas rellenas de queso y nata. ¡Lo recomiendo un montón!