Más sobre Lila
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Hay temas de los que no he hablado aún. Las campañas. Cuando escuché por primera vez esta palabra en Francia no entendía por qué a la gente le hacía tanta ilusión. En la IÉSEG se lo toman muy enserio. La cosa es que ahí hay muchos grupos y organizaciones estudiantiles. Cada uno se ocupa de una cosa. Por ejemplo, hay club de deporte, club de arte, club de viajes, etc. Todas estas organizaciones reciben dinero de la universidad, aunque la cantidad depende del tipo de organización. Por eso los clubs compiten siempre en mayo y es cuando se hacen las campañas. Además, los estudiantes que voten tendrán beneficios especiales después. De hecho, pueden comprar las entradas de muchos eventos a un precio más barato y tienen otras ventajas, a comparación de otros estudiantes. No sabía que estas competiciones se tomaban tan enserio en la IÉSEG.
Todo empezó a finales de marzo. Los clubs empezaron a hacer publicidad sobre ellos y a organizar eventos y fiestas. Debo confesar que la IÉSEG me parecía una universidad muy activa y ocupada. No solo porque tuviera diferentes organizaciones vendiendo todo tipo de comida, sino también por todas las actividades que no tenían nada que ver con estudiar: viajes, cocinar, deporte o estas campañas. A lo mejor por eso nunca me aburría. Hicieron la primera fiesta del inicio de las campañas. No le hice mucho caso porque los estudiantes Erasmus no pueden votar.
Cuando me enteré de las campañas por primera vez fue cuando se hizo la primera Open Bar Party (fiesta con barra libre). Me acuerdo del momento en el que nos enteramos de la fiesta de la que todo el mundo hablaba. La cosa es que en nunca había visto una fiesta así en la República Checa. Nadie sabía exactamente dónde se hacía la fiesta. Solo tenías que comprar una entrada que valía 25 euros e ir al sitio de quedada. Te llevaban en bus al sitio donde se hacía la fiesta. Decían que esas fiestas eran una locura, pero no les creía.
Desgraciadamente, no fui a la primera fiesta. No me acuerdo bien por qué, pero creo que tenía un examen al día siguiente. Cuando hicieron la segunda Open Bar Party , tenía muchas ganas de ir. De repente me puse mala (nada nuevo) y tenía que hacer muchas cosas. Al principio decidí esperar a la tercera fiesta (la última). Pero cuando fui a mi clase de Finanzas Corporativas escuché a François hablar de esta fiesta y no pude resistirme. Enserio, no paraba de decirme que esta fiesta sería increíble y que no podía faltar, y, entonces, me dije a mí misma: «solo se vive una vez. Aprovéchalo y ve a la fiesta. » El problema era que ya era muy tarde y ya habían vendido las entradas. Sin embargo, François me ayudó a contactar con gente que vendía las entradas ¡y pudimos conseguir dos! (para mí y para Lucia). No me podía creer que Katarina no quisiese ir, ya que a ella le encanta salir de fiesta. ¡Me hizo mucha ilusión comprar la entrada!
Antes de la fiesta teníamos una cena que se hacía por el concurso de cocina . Las chicas que fueron a la fiesta ni siquiera cogieron una chaqueta, tenían una camiseta de manga corta vieja. Yo me puse una falda y una camiseta de manga corta. No sabía qué esperarme de la fiesta. Como ya me había puesto mala varias veces, me puse una chaqueta de invierno. También metí el móvil en una funda de plástico, así que, en el peor de los casos, mi móvil sobreviviría. La mayoría de mis amigos pillaron el bus de las 20:00. Por desgracia, yo tenía el de las 23:00. Cuando llegamos, todos estaban ya demacrados . Del todo. Tuvimos un problema en la entrada porque no nos dejaban guardar las chaquetas en algún lado y, al ver como era todo, no queríamos entrar con ellas. Al final convencimos a alguien para poder dejarlas allí. ¡Menos mal!
Cuando pasé a la fiesta estaba me quedé impactada. Sabía que sería una locura, pero no tanto. ¡Había cerveza en el suelo y por todas partes! Nada más pasar se me mojaron los zapatos . La fiesta se hacía en algún sitio bajo tierra. En el bus todo el mundo iba fatal, cantando todo el rato. Luego, en el bar, no podíamos escuchar nada por la música. Me puse feliz cuando vi a todos los de mi universidad. ¡Empecé a pasármelo bien! Todos iban mojados por culpa de la cerveza, pero a nadie le importaba. Era una fiesta de verdad. Supongo que a muchos de mis amigos checos no les gustaría ir a una fiesta así. Siendo sincera, estaba un poco sorprendida pero me encantaría tener fiestas así de manera excepcional y no todas las semanas. ¡Se me ha olvidado decir que era una fiesta muy barata! La entrada costaba 15 euros ¡y era barra libre! Me dijeron que también había comida, pero nosotros solo bebimos. Era increíble llegar y pedir cerveza, chupitos y cócteles ¡gratis! ¡Lo disfruté muchísimo! Lo malo fue los baños. Estaban petados y era imposible entrar. Para mí fue una fiesta inolvidable.
Se hacían fiestas parecidas en el sótano . Creo que, para nosotros, es el mejor sitio para hacer fiestas. ¡Siempre quería ir a las fiestas del sótano! (Se hacían los jueves, viernes y sábados). Tocaban música genial y daban chupitos gratis. Además, quien quería bailar podía hacerlo en el bar.
Cuando acabó el semestre tuvimos una fiesta de despedida por la noche . ¡Nunca lo olvidaré! Me pasé dos horas eligiendo vestido, peinándome, etc. ¡Fue maravilloso! Todos los que conocí en Lila estaban allí y estuvimos viendo vídeos de nuestro año. ¡Era súper triste! Durante el semestre tuvimos categorías especiales: la chica más guapa, el más fiestero, viajeros... ¡Admiro mucho a los que ganaron! ¡Fueron personas importantes en nuestro Erasmus! También estuvimos comiendo comida deliciosa y bebiendo cócteles. Había una fiesta subterránea, ¡fue una noche increíble!
Aparte de las fiestas de Lila, también hicimos actividades sin alcohol, como pícnics . Bueno, algunos estuvieron bebiendo. Lila es una ciudad pequeña, pero hay muchas zonas verdes para hacer pícnic. Me acuerdo de uno que hice con Andreas, Paulina, Lucia, Juan, Arnaud y Katarina. Empezamos temprano, pero Katarina vino borracha y nos reíamos de ella. Empezamos a hacer fotos divertidas y ¡quedaban genial! ¡Fue un día soleado e increíble en Lila!
Por último, me gustaría hablar de las cenas raclette. Probé raclette por primera vez con nuestro casero durante mis dos primeras semanas en Lila. ¡Me encantó desde el primer momento! En serio. Soy una fanática del queso y esta comida es, básicamente, queso fundido con patatas y jamón. Parece simple, pero no lo es. Necesitas una máquina especial para hacerla (teníamos una grande y otra pequeña) y el queso es bastante caro . Lo bueno era que a mis compañeras también les gustaba el queso, así que hicimos raclette varias veces. El último día que estuve en Lila llevé la raclette a casa de Andrea y tuvimos una cena típica francesa increíble, con queso y vino. ¡No puedo esperar a volver a tener una cena así!
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