15 ciudades menos conocidas del sur de Francia que necesitas añadir a tu lista de cosas que hacer

Francia es uno de esos países de los que nunca tengo suficiente: cuánto más lo exploro, más siento que me falta mucho por descubrir. Sin embargo, en cualquier nación con tantas metrópolis fascinantes que visitar, es fácil pasar por alto los sitios más pequeños (pero igualmente interesantes). El artículo de hoy se lo dedico a las ciudades menos conocidas de Francia: en concreto, quince sitios del sur del país de los que me enamoré (ten en cuenta que la Provenza no está en este artículo porque nunca fui más al este que Aviñón).

Ciudades fortificadas

Aigues-Mortes

Construida en los pantanos de la región de Camarga, Aigues-Mortes es una ciudad medieval muy bien conservada en la que hay mucho que ver dentro de las murallas. Recorre las murallas y sube a sus torres para tener unas vistas fantásticas del agua estancada que le dio nombre a esta ciudad (‘aigues mortes’ significa "aguas muertas") y cuyo color rosa claro se debe a la alta concentración de sal. Alternativamente, te puedes quedar a nivel del suelo y hacer un poco de turismo (una visita obligatoria es la iglesia Notre-Dame-des-Sablons), explorar algunas de las tiendas o disfrutar tomando algo en alguna de las tantas cafeterías o restaurantes.

¿Quieres aprovechar el día? Después de acabar con el turismo puedes conducir veinte minutos hacia el sur para llegar a la aún desconocida playa de l'Espiguette, donde podrás surfear las olas durante todo el tiempo que quieras, antes de disfrutar de las bebida y de los aperitivos de las cafeterías del lugar mientras el sol se pone.

Aviñón

Los estudiantes de francés conocerán la canción "Sur le Pont d’Avignon" (Sobre el puente de Aviñón), pero ¿Aviñón solo puede ofrecer un puente? ¡Por supuesto que no! Como sede de pontificado durante la mayor parte del siglo XIV, esta ciudad también puede presumir del enorme Palais des Papes (Palacio de los papas), donde los turistas pueden ver habitaciones medievales, admirar impresionantes frescos y vagar por las exhibiciones de arte temporales. Asegúrate de subir a lo alto de este edificio para tener unas magníficas vistas de las zonas circundantes. Después de la visita, pasa un segundo por la catedral de al lado para ver sus impresionantes techos y sus famosas obras de arte.

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Carcasona

La última de mi lista de ciudades fortificadas es Carcasona, con su famosa ciudadela medieval "La Cité". Visita el Château Comtal, un castillo del siglo XII, y recorre las viejas murallas de la ciudad utilizando una audioguía para aprender más sobre lo que ves. Disfruta de las espléndidas vistas de ambos sitios en la "Ville Basse", la parte más baja y moderna de la ciudad, y después recorre el río Aude para ver esta parte de cerca. Visita la catedral con su precioso rosetón y disfruta de un paseo a pie o en bicicleta por el Canal du Midi.

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Ciudades de particular interés histórico o cultural

Albi

Ya mencioné los techos de las iglesias en algunos artículos, pero no hay ninguno como la maravilla azul y oro que se puede encontrar en la Catedral de Santa Cecilia de Albi. Entra gratis en la nave o paga una pequeña tasa para visitar el recinto del coro, donde podrás ver esta obra maestra en toda su gloria. ¿No tienes suficiente? Cruza el río y mira el techo estrellado de la Iglesia de la Madeleine. Otras maravillas de esta ciudad son el Palacio de la Berbie con sus pintorescos jardines, el Pont Vieux ("Puente viejo") y el tranquilo Jardín del Claustrol.

Arles

¿Alguna vez te preguntaste dónde se inspiró Vincent van Gogh para sus cuadros? Amigo mío, Arles (donde el artista vivió durante un año) es la respuesta que estabas buscando. Vaga por la ciudad y visita la cafetería pintada en el cuadro "Terraza de café por la noche", el río Ródano donde pintó la "Noche estrellada sobre el Ródano" y el lugar donde estaba la casa de Van Gogh, "La casa amarilla". Viaja hacia atrás en el tiempo y visita el anfiteatro romano o el Museo de Antigüedades de Arles, donde encontrarás una barcaza de mil años que se sacó del río en 2011.

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Bayona

¿Quieres descubrir una parte diferente de la cultura francesa? Visita Bayona y familiarízate con las costumbres del País Vasco francés. Visita la catedral y el claustro, aprende algo nuevo en el Museo vasco o el Museo del jamón y pasea tranquilamente por el río Nive para ver algunas casas tradicionales vascas. Si más tarde tienes ganas de comer algo, prueba algún chocolate local o un trozo de pastel vasco.

Narbona

Narbona es una joya escondida: el tipo de lugar que seguramente hayas visto en las señales viales pero que nunca paraste a explorarla. Empieza tu recorrido con una visita de la magnífica catedral de la ciudad y luego dirígete para ver los restos de la Vía Domitia, la primera calzada romana de Galia. Desde aquí, disfruta de un paseo sin prisas o un viaje en barco por el Canal de la Robine, antes de probar la deliciosa comida del mercado de Les Halles.

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Saint-Émilion

Esta es para los amantes de Burdeos. Un viaje corto en coche o en tren separa ciudad vinícola de Saint-Émilion, una comuna que presume de una arquitectura medieval extraordinaria y de extensos viñedos. Empieza tu recorrido con una visita de la Iglesia monolítica de Saint-Émilion, un templo subterráneo forjado de piedra, antes de subir al campanario para tener unas vistas increíbles de los edificios de caliza. La entrada de la iglesia se debe reservar en avance, ya que no se puede subir a la torre sin reserva. Completa tu día con una ruta de vino. Recomiendo el Train Des Grands Vignobles para una excursión económica e informativa.

Ciudades costeras

Arcachón

Desde tesoros históricos hasta maravillas naturales, la siguiente ciudad que no te puedes perder de la lista es Arcachón. Conocida por su industria de ostras y sus tiendas pintorescas, este lugar es un destino perfecto para un viaje de un día para los amantes del marisco y los adictos a las compras. Aquí también encontrarás la extraordinaria Gran Duna de Pilat, la duna de arena más grande de Europa, donde puedes tomar el sol y nadar todo lo que quieras. Pincha aquí para leer el artículo que escribí sobre este maravilloso lugar.

Biarritz

Biarritz es otra ciudad que mencioné anteriormente (lee mis artículos aquí y aquí), pero no la podía dejar fuera de la lista. Tiene de todo, desde largas playas de arena a tranquilos lagos escondidos, y es el destino de ensueño de cualquier amante de la naturaleza. Lo mejor es visitarla entre octubre y mayo, antes de que lleguen masas de turistas para pasar el verano. Asegúrate de ver el acuario, la estatua de la Roca de la Virgen y el Hôtel du Palais, la antigua residencia de vacaciones de la emperatriz francesa Eugenia.

San Juan de Luz

Con un corto viaje en autobús por la costa, encontrarás San Juan de Luz, la ciudad de pesca vasca. Las visitas obligatorias son la iglesia de Saint-Jean-Baptiste con su increíble retablo dorado de madera, el mercado cubierto Les Halles y la Grande Plage, la playa principal de la comuna. Asegúrate también de visitar el puerto, donde encontrarás muchos barcos coloridos y edificios tradicionales vascos.

Sète

Ahora pasamos del océano Atlántico al mar Mediterráneo para mi última recomendación de ciudad costera, la pequeña ciudad de Sète. Tan pronto como llegues, te llegará el olor de pescado y, sinceramente, no hay mejor exquisitez para disfrutar que esta. Después de tu comida, sube al Monte Saint Clair para unas vistas panorámicas de la ciudad y del puerto, asegurándote de parar antes del descenso para ver los extravagantes frescos de la Capilla de Notre Dame de la Salette. Una vez en la parte inferior, vaga por el Museo Paul Valery, una galería de arte contemporáneo, y por el Cementerio marino de al lado.

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Ciudades de mercados

Foix

Foix es una ciudad pequeña escondida en el valle de Ariège que probablemente pasaría desapercibida si no fuese por su magnífico castillo medieval. Sube las torres de su antigua fortaleza, visita algunas de sus viejas habitaciones y aprende más sobre el sitio en su museo local. Después, vete por la ciudad y vaga por sus tranquilas calles, asegurándote de parar y admirar la Iglesia Abbatiale Saint-Volusien de Foix, una iglesia sencilla pero hermosa. Los amantes de los mercados se tienen que asegurar de planear el viaje durante un martes, un miércoles o un viernes.

Pamiers

Sube en un tren en Foix, y en cuarenta y cinco minutos, te encontrarás en Pamier. Lo primero que debes hacer de tu lista de cosas por hacer es la catedral de la ciudad, una estructura gótica de ladrillos rojos con un campanario llamativo. También merece la pena visitar el parque en la cumbre de la Allée Fredelas y la Place de la République, donde encontrarás mercados regulares los martes, los jueves y los sábados, y mercadillos los domingos.

Uzès

Por último pero no por ello menos importante, recomiendo visitar Uzès, una pequeña ciudad de mercado ubicada a quince kilómetros de mundialmente famoso Puente de Gard (pincha aquí para saber más sobre este Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO). Hay mucho que hacer en esta zona, como visitar la catedral, vagar por el Jardín Medieval o echar un vistazo en alguna de las tiendas locales. Dirígete a la encantadora Place aux Herbes los sábados por la mañana para ver el animado mercado, o cualquier día de la semana para disfrutar de un helado en la Glacerie d’Uzes. Para los padres que viajen con niños: otro atractivo que no puedes perder es el Museo de Haribo.

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¡Reserva ya tus billetes!

Aquí están: quince ciudades menos conocidas del sur de Francia que pienso que merecen estar en las guías turísticas. Visitar ciudades grandes es divertido (y no intento disuadirte de que no lo hagas), pero si estás buscando alejarte de los sitios más visitados, o simplemente quieres algunas ideas de viajes de un día, todos los lugares citados en la lista son opciones fantásticas. Así que, ¿a qué estás esperando? Reserva ya tus billetes y descubre algunas joyas escondidas este verano. Si tienes algo más que sugerir, déjalo en los comentarios. ¡Me encantaría explorar nuevos lugares!

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