Memorias de un viaje de mochileros III

En el anterior texto de esta experiencia, hablaba de las excursiones que elegimos desde Atacama: visitamos el valle de la muerte y el valle de la luna (nada que ver con el boliviano), los geisers en actividad en la frontera con Bolivia, conocimos las aguas termales y tuvimos una noche de astronomía increíble. El precio total de las escursiones fue de 36000 chilenos (unos 47 euros).

Retomando....

Después de asentarnos en el pueblo, por la tarde del día 8 de Julio (día 13 de viaje), hacia las 15:00, nos recogieron en microbus junto con otros turistas y nos llevaron primero al Valle de la Muerte. Después fuimos al Valle de la Luna (bastante diferente a lo que habíamos visto en La Paz). Era una zona muy árida tanto que se caracteriza por la ausencia de fauna y flora, y a la vez, algunas zonas, conservaban el color blanco de la nieve derretida. Además cuenta con un museo donde pudimos conocer la historia de su formación.

- DATO:

La entrada al Valle de la Luna cuesta 5000 chilenos (6. 5 euros aprox) pero con la tarjeta ISIC hacen un descuento de la mitad (2500 chilenos).

En determinadas zonas, nos avisaron que no pisásemos (como en esta última foto) porque la tierra parecía arcilla y te hundías muy facilmente. Pues bien, como inteligentes que somos, fuimos a probar y Aida casi pierde uno de sus tenis en el barro... era eso o hundirse con él.

Hacia las 18:00 de la tarde, subimos hasta lo alto para ver el atardecer, con una mezcla explosiva de colores (aunque ya estábamos acostumbrados a la altura, a 2500 m nos costó un poco más de lo esperado).

Al día siguiente madrugamos a las 4 de la mañana para ir a la zona de los géisers en la frontera con Bolivia, y ver junto con el amanecer, como entraban en acción. Hacía muchísimo frío, e incluso Yoli se llevó el saco de dormir. A lo largo del día, como era de esperar, la temperatura iba mejorando, y nos fuimos quitando capas hasta que a las 11:30 que llegamos al hostel teníamos la mitad de ropa.

Además, nos sirvieron el desayuno que consistía en chocolate caliente o infusiones con barritas de cereales. Justo al lado terníamos un grupo de italianos que desayunaban tortitas, brazo de gitano... y depués de vernos con "ojos golosones" nos ofrecieron un poco.

Luego de vuelta hacia el hostel, paramos en unos baños termales pero ninguno nos metimos porque hacia un montón de frío y el agua estaba demasiado fria. Sin embargo, el paisaje que nos encontramos era precioso: las montañas cubiertas con una enorme capa de nieve con la que nos dedicamos a jugar un rato. El paisaje parecía tal cual un dibujo, y, a mi parecer, ninguna fotografía que pudiésemos haber sacado le haría justicia al lugar.

Nuestra última noche allí la pasamos viendo un cielo increíblemente claro, donde podíamos apreciar cada estrella. La temperatura de noche es increíblemente baja (nos habían comentado que incluso habían estado a -16º). Nos llevaron con un astrónomo que nos ofreció chocolate caliente y vino, y nos explicó todo acerca de las estrellas que veíamos, nebulosas incluso vimos también los anillos de Saturno. El cielo era totalmente diferente del que podemos apreciar en España o en cualquier lugar del hemisferio norte.

Al llegar de nuevo al pueblo, fuimos a cenar a un lugar genial llamado Barro, bastante barato y con música en directo.

Al principio habíamos tenido problemas para hacer todo lo que queríamos porque los días eran limitados. En principio los tours para ir desde Atacama (Chile) a Uyuni (Bolivia) pasando por el Parque Nacional, el Salar de Uyuni... consistía en 3 días y 2 noches, además de que solo era para un máximo de 6 personas (ya que al ser una persona más deberíamos contratar dos jeeps). Por otro lado podíamos escoger la ruta de un solo día pero nos perderíamos mitad de los lugares que queríamos visitar. Sin embargo, una vez en Atacama, hablamos con varias empresas y una de ellas nos hizo un tour de 2 días y 1 noche para 7 personas por 55000 pesos chilenos (unos 72 euros). Llevábamos todo incluido: comidas, transporte y hostels. Lo único que no estaba incluido es la entrada a la Reserva Nacional de la Fauna Andina (debes registrarte y pagar 150 soles, unos 40 euros, para poder cruzar la frontera y entrar a la reserva).

Después de pasar 3 días en Chile, tomamos nuevo rumbo Uyuni, de vuelta a Bolivia. Salimos el 10 de Julio del desierto de Atacama para entrar en el desierto de sal.

Desde Atacama habíamos contratado un tour que nos llevaba en jeep desde Chile a Bolivia, haciendo paradas en el camino para disfrutar de las vistas. Cuando nos dijeron que el desayuno estaba incluído, nos esperábamos algo similar a los hostels en los que alojamos hasta ahora: una tostada con la mermelada justa y una bebida caliente; pero nos encontramos con todo un buffet, incluso nos llevamos comida para el tentempié de la mañana.

La primera parada que hicimos fue en la frontera para registrarse y pagar la entrada al parque.

A las 13:00 paramos para comer, donde había unas aguas termales super calientes al aire libre, de las que disfrutaron algunos de nuestros compañeros.

En el trayecto en jeep Atacama – Uyuni vimos varios paisajes:

• - La laguna blanca, de aguas tan claras que reflejaba todo el paisaje.

Además en otra zona estaba completamente solidificada y podías andar sobre el lago como una pista de patinaje.

• - La laguna verde, aunque apenas se apreciaba porque nos dijo que solo adquiría ese color cuando el tiempo estaba muy frío.
• - La laguna colorada, con un color totalmente rojo, debido a los sedimentos del color rojo y pigmentos de algunos tipos de algas.

• - Visitamos el desierto de Salvador Dalí, donde es muy conocido el árbol piedra. No deja de ser una roca con forma de árbol, pero llama mucho la atención la forma que le fue dando la erosión y que se mantenga todavía en pie después de tantos años.

Ya es coincidencia, pero en la parada que hicimos en el desierto, nos juntamos con algunos de los intercambistas que conocíamos de Florianópolis, que estaban haciendo el mismo viaje que nosotros.

Incluso sacamos algunas fotos que parecen las imágenes prediseñadas de Word.

• - Hacia el atardecer vimos más lagunas antiplánicas a lo largo del camino, algunas olían especialmente mal, y es que de hecho se llaman lagunas hediondas, por ese olor que desprenden.

Así quedó nuestro jeep después de todo el recorrido (aunque no lo parezca atrás en las ventanas pone ¡"Mochilão 2013"! )

Llegados a Uyuni, pasamos allí la noche, coincidiendo con la celebración del aniversario de la ciudad: tenían música, pasacalles…

En el tomo 4, el último ya de esta experiencia, podreis ver más fotos, y como acaba nuestro viaje, pasando antes por el Salar de Uyuni!