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Todo lo que eché de menos de España

Publicado por flag-es Maria Fernandez — hace 4 años

0 Etiquetas: flag-br Experiencias Erasmus Florianópolis, Florianópolis, Brasil


Un tema muy comentado entre todos aquellos que hemos pasado una temporada fuera de nuestro país es todo lo que echamos de menos. Para los españoles es fundamental nuestra gastronomía, por ello el jamón o la tortilla siempre están presentes en nuestras añoranzas. Quizá puedas encontrarlas en otros sitios, pero seguramente no de tan buena calidad.

Y por supuesto nuestras costumbres: ¿qué hay de esos horarios que comienzan a las 9 o 10 de la mañana (los más afortunados), comer en la amplia franja horaria de mediodía (entre las 13:00 o las 15:00h), echarse la siesta después de comer o una buena sobremesa? Por no hablar de cuánto he echado de menos la costumbre de tomarme algo en un bar y que salgan cafeterías de debajo de las piedras.

También es entonces cuando nos acordamos de todas aquellas cosas que no apreciamos porque convivimos con ellas desde siempre, y hasta que no las tienes no te das cuenta de todo lo útiles que son en nuestras vidas o cuántas incomodidades genera su ausencia.

Empezaré mi propia lista con las cosas que más he añorado durante mis seis meses de estancia en Brasil.

1. PERSIANAS

Y os parecerá una tontería, pero los que hemos vivido fuera sabemos lo que es. Hay gente que no puede dormir si hay un rayito de sol entrando por su ventana. Pues bien, yo no soy una de estas personas pero no puedo vivir sin persiana. Depende la zona en donde vivas es imposible estar a oscuras por tupida que sean tus cortinas, siempre tendrás una lámpara, foco, farola iluminando tu habitación. Y eso si tienes cortinas. No hay intimidad, crees ver gente que te observa por todas partes, vecinos indiscretos…

2. FREGONAS 

Ni sabía que no eran tan comunes por ahí fuera. Como yo crecí con ellas desde pequeña, deduje que el siglo XXI había llegado para todos: error. Lo más cerca que estuve en Brasil de una fregona, fue un tío que la mostraba por la calle como un vendedor ambulante. Es cierto que las había (contadas, caras y a veces un tanto difíciles de encontrar, por  no hablar si buscas un cubo de fregona también), pero no estaban popularizadas. Allí usan “panos de chão”: con un trapo o una camiseta vieja y una escoba, o simplemente un palo, ¡voilà! Así es como se limpia el suelo, o en su defecto al estilo de la Cenicienta: trapo en mano y al suelo. Incluso en los hospitales utilizaban este sistema. Allí usaban en lugar de escobas o palos, lo que aquí usamos para limpiar ventanas: esas cosas que tienen una forma alargada con una “esponjita”.  ¿Por qué aun no está popularizado el uso de la fregona? 

3. NUESTROS TECLADOS

Yo con mi portátil a todas partes. Incluso aunque fuese a la biblioteca de mi facultad, me llevaba mi portátil. No es que el portugués difiera mucho del español pero qué “cansino” es escribir de manera automática cual mecanógrafo y ver en la pantalla mil errores que tienes que ir corrigiendo uno a uno, o por el contrario escribir con tanta cautela que tardarías menos escribiendo a mano: ningún símbolo está donde le corresponde, y hasta el orden de algunas letras está alterado.

En los baños...

4. LAS BAÑERAS

Vale que hoy en día no sea lo que  más usamos, pero prácticamente en cada casa hay una bañera. ¿Qué la usas como ducha? Allá cada uno: prisas, rapidez, comodidad… reconozco que para el día a día es lo mejor. Pero y en esos momentos de relax que quieres aprovechar para darte un tranquilo baño relajante con espuma, o simplemente arrugarte dentro del agua caliente. ¿Qué es de ese placer? ¡No es nada, porque es desconocido!

Pregunté a que se debía que en ninguna de las casas por las que había pasado tenían bañera y es que ese parece ser es un lujo reservado a los más ricachones.

5. ALCACHOFAS Y PLATOS DE DUCHA 

¡Abrase visto! una ducha eléctrica. Supongo que será mi poca experiencia fuera de España, pero lo que no me esperaba encontrar es unas alcachofas de plástico con suministro eléctrico. Es más, la ducha donde yo me alojé en Brasil, tenía un par de cablecillos sueltos y cada día dudaba entre si ducharme o no (que bah, es broma. Pero si que pensé varias veces que podía pasarme algo, ¿no? Aunque mi casero le sacó importancia al asunto diciendo que llevaba así mucho tiempo y nunca había pasado nada…) Además la forma de regular la temperatura del agua es moviendo un palito que te proporciona agua caliente (y digo muy caliente), templada o fría (y digo también muy fría). Esto ocurria en mi apartamento y en la mayoría de hostales en los que nos alojamos. Luego otras casas ofrecían mayor graduación incluso 8 posiciones.

Únicamente el primer día que me aloje en un hotel mientras buscaba alojamiento tuve una ducha como las españolas… (lo que para mí parecía ser lo normal). 

Además… no es poco frecuente que no exista plato de ducha, únicamente el suelo un poco inclinado hacia el centro con un desagüe central. Y esto podría no ser tan raro si en un mismo baño no estuviese todo junto, y con ello quiero decir que en algunos sitios la ducha estaba a un metro escaso del váter, sin cortina ni similares, por lo que ducharse era hacer una fiesta del agua dentro del baño, donde no quedaba títere con cabeza (y con ello me refiero a que ningún área permanecía seca después de la ducha).

¿Dónde se quedaron esas duchas con plato elevado y mampara?

 6. ASCENSORES

Pocas veces tuve que usarlo, cierto. Únicamente hice uso de los ascensores en los hospitales donde hacía prácticas (como para recorrerme de arriba abajo 7 plantas en un santiamén).

Dicho sea de paso, que su escasa presencia se debe principalmente (en mi opinión) a que la construcción en Brasil predominan edificios bajos, incluso casas en la muchos de los barrios, por lo que el ascensor no es necesario. Aun así, yo he vivido en un apartamento de 8 plantas sin ascensor. Gracias que yo vivía en el primero.

 7. LAVADORAS

Esto sí, esto sí que se ha llevado la palma. Diréis que soy una exagerada y quizá sea verdad, pero vivir 6 meses sin lavadora me ha supuesto dos cosas: lavar a mano casi todos los días (por supuesto para sacar la suciedad más superficial porque no es un arte que tenga muy dominada) o gastarme 5 euros/semana para poder ir a la lavandería. Quizá penséis que es una tontería, que es muy común no tener lavadoras en casa. Pues os diré que quizá lo sea pero yo siempre he tenido la comodidad y es un engorro no poder hacer la colada en la comodidad de tu casa.

Cuando estaba buscando alojamiento, las casas que tenían lavadora me lo vendían como si aquí vendemos tener una piscina o un gimnasio, como si eso fuese el punto decisivo. Claro, al principio n ole di mayor importancia pero en seguida comprendí que no estaba en casa.

 8. TRANSPORTE PÚBLICO

Un transporte público eficiente y sin huelgas. La comunicación entre algunas zonas era un poco “engorrosa” porque para dirigirte a más de un destino tenías que ir hasta la terminal en el centro y desde ahí coger otro transporte que te llevase a tu destino, no había otra posible combinación. Ahí es cuando te das cuenta de que una buena red de transporte te ahorra muuucho tiempo. Es cierto que la isla no es una ciudad, (tiene una extensión aproximada de unos 600 Km2, con unos 54 km de largo y unos 18 Km de ancho), y que la terminal del centro también comunica con el continente, pero aún así, se echan en falta mejores combinaciones pero ahorrar tiempo.

Por otro lado, es increíble la cantidad de huelgas que hacen. Cuando yo estuve allí hubo una huelga que duró unos 4 días y parece ser que eso es frecuente que ocurra todos los años incluso dos veces al año. Si los autobuses no funcionan, en ocasiones es inviable moverse de la isla sino dispones de coche, pues la excesiva demanda de taxis hace que tengas que esperar para que uno pueda ofrecerte sus servicios incluso hasta 40 minutos. En otras palabras: huelga de autobuses + no tener coche = estar aislado.

Parece ser que en la mayoría de las ocasiones, los conductores y cobradores pelean por un aumento de sueldo y un horario más flexible y parece ser que todos los años se cumplen parte de sus propuestas, por lo tanto, si el gobierno responde, ¿por qué no seguir haciéndolo?

Otra de las cosas que me llamó la atención fue el sistema de cobro y de solicitar parada. Una vez visto esto, me informé y vi que era muy común en todos los países sudamericanos.

Cómo pagar: además de la figura del conductor, que únicamente se ocupa de conducir, también está la figura del cobrador. Esta persona se sienta en un lateral del autobús al lado de la puerta de embarque y controla que todo el mundo pague, ya sea con una tarjeta de autobús adecuada a la condición de la persona (estudiante, un bono de varios viajes…) y presiona un botón que permite girar el torno y acceder a los asientos. 

Cómo solicitar parada: solo en los autobuses más modernos tienes el botón para solicitar parada. Es muy frecuente que en la parte superior de cada lado del autobús, coloquen un cordel, del cual tendrás que tirar para pedir que deseas apearte en la parada.

9. SALUDAR A LA GENTE POR LA CALLE

Eso si que lo he notado. Pasear por las calles y ser completamente ajena a la ciudad y a las personas que te rodean. Ir caminando por la calle sabiendo que no te vas a cruzar con nadie conocido. No lo digo como algo malo, es una experiencia atrayente y que en realidad poco dura, pues en seguida empiezas a hacer amigos y tener más conocidos, pero si que es algo que eché mucho de menos a mi llegada.

 

 10. LOS HORARIOS

Cierto es que en España tenemos un horario frenético y la costumbre de trabajar en jornadas partidas, pero así es nuestra costumbre. Nos levantamos más tarde, comemos y cenamos más tarde, nos acostamos más tarde… y así vivimos bien.

Lo cierto es que en los 6 meses que he estado no he sido capaz de adaptar el horario brasileño.

Estar a las 8 en punto para comenzar el trabajo era una hora más que habitual (aquí se correspondería con algo así como empezar a las 9:30…) La gente que desayuna fuera de casa no entra en un bar y se sienta con su café a leer el periódico, porque ¡apenas hay bares! Lo que hay son esos puestos que tienen una barra que da a la calle donde la gente pide su “café de manha” (el desayuno) para engullir mientras camina hacia el trabajo.  La hora de comer es a mediodía a las 12:00h, cosa que yo no he cumplido más que si estaba de resaca. Los negocios cierran sobre las 6 de la tarde (el que más tarde a las 19:00) y ahí se acaba el día. ¿Qué quieres ir de cañas, a tomarte algo…? ¡Se siente! O es un día de fiesta o por la semana difícil encontrar algo abierto más allá de las 20:00h.

Quizá la jornada partida sea un “coñazo” pero eso me lleva a otras dos cosas que he añorado: la siesta y la sobremesa.

Nunca he sido muy fan de la siesta, pero si cuando me levanto a las 6 de la mañana… en realidad no es que haya tenido muchos problemas, pues únicamente tenía que ir mañana y tarde dos días a la semana y el resto tenía las tardes libres para trabajar y disfrutar por lo que podía organizarme como quisiera, y más de alguna siesta cayó. Sin embargo, eso no existe, allí a nadie se le ocurriría dormir después de comer, es que por hacer, no hacen ni sobremesa. Otro de los aspectos más preocupantes del horario extranjero.

La inexistente sobremesa: No dedican ni 10 minutos a reposar la comida o charlar con un café. NO. Aquí se acaba, se recoge y vuelta a la faena. Eso sí ha sido algo que he echado mucho de menos. Estando en Brasil hacia vida tanto con otros estudiantes extranjeros (en su mayoría españoles) pero también con gente de allí, principalmente con los que vivía. Cuando me reunía con los españoles no había ningún problema, pero cuando comía con la familia con la que vivía era acabar de comer y a la faena otra vez… Eso si lo encontré muy poco atractivo para mi gusto y estilo de vida.  

 

11. LOS BARES Y LAS TAPAS

En España somos especialistas en abrir bares. No concebimos una calle de nuestra ciudad sin ver al menos  una terraza. Buscando información sobre cuántos bares hay en España, os dejo un link aquí que me ha hecho mucha gracia y que me parece muy visual: un mapa de España con diferentes colores según la densidad de bares por municipio, según un estudio hecho por La Caixa en 2012.

http://graficos.lainformacion.com/economia-negocios-y-finanzas/cuantos-bares-hay-en-espana_rFdsfzyB6saMFCeNfkNoz3

Sabemos que es un hecho, que España es uno de los países más fiesteros y su gente la que mejor sabe apreciar una buena caña de verano o un café en el interior de un bar al abrigo de la lluvia.

La primera impresión sobre el centro de Florianópolis, cuando llegué allí fue: y si quiero quedar sin ninguna razón con alguien y quiero “tomar algo”, ¿a dónde voy? Claro que si, buscando y caminando por el centro tienes bares y cafeterías pero una cada varias calles, cuando aquí es al revés, por cada calle, varios bares.  Eso sin tener en cuenta que a partir de las 20:00h empiezan a echarte de todas partes… 

Sin tener en cuenta, que eso de ir de tapas no existe, o que es prácticamente imposible encontrar un sitio donde pidas una bebida y la acompañen con algo…

 

¡Benditas costumbres españoles!

 

Y por supuesto, como no podría ser de otra manera, no puedo dejar de hablar de cómo añoré la buena comida de casa. En Brasil no se come mal, pero si tuve un importante exceso de arroz y feijoada.

UNA TABLA DE IBÉRICOS Y UNA BUENA TORTILLA

Bien sabido es que los españoles después de llevar una temporada fuera de casa lo primero que echamos de menos son esas tortillas caseras o las tapas que nos ponen en los bares y unas buenas lonchas de jamón ibérico.

En una de las fiestas que preparamos, en concreto en la celebración de una “Feria de Abril” con nuestras caracterizaciones (peinetas, farolillos, lunares…) los padres de una amiga habían venido a visitarla y amablemente nos habían traído un poco de jamón del bueno bueno… ¡visto y no visto! 

EL CAFÉ

De nuevo, el café. No el café en si (porque evidentemente también hay) aunque primero tuve que aprender a pedirlo (pues a mí me gusta el café con leche clarito y en vaso), pero si esa costumbre de quedar y disfrutar de un café con leche o tomarte uno después de comer mientras charlas con el resto de la mesa… ¡ai!

EL NESQUIK y CHOCOLATES

Ahora si… ni nesquik ni cola cao, ni la vaca de milka y el chocolate Nestlé sabe diferente. Tienen unos polvos reguleros para la leche (a mi aún no me convencieron) y la marca más exitosa de chocolate es la marca americana Hershey.

ESTRELLA GALICIA 

Por último y por supuesto, una estrella Galicia bien fresquita. No era imposible conseguirla, según qué supermercado, podías encontrarla en edición limitada, pues traen en muy poca cantidad y además bastante cara. Pero merece la pena darse el lujo y disfrutar de un par de estrellas en la playa ¡o donde quieras!


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