Memorias de un viaje de mochileros I

Lo primero que comento es que lo que voy a compartir con este relato es extenso... tiene información útil en caso de que querais hacer un viaje similar, y sino, os recomiendo leerlo para conocer un poquito más del mundo en el que vivimos! Y conocer más lugares a los que posiblemente querreis viajar. Así pues esta es la primera parte de mi experiencia.

El año pasado (2013), he formado parte de un grupo de estudiantes españoles que residimos durante 6 meses en la ciudad de Florianópolis (Brasil) gracias a un convenio bilateral de nuestras universidades, la mía, en Coruña. Para despedirnos de la fantástica experiencia que había supuesto viajar a Brasil, decidimos cerrar nuestro paso por Sudamérica con un "más que buen sabor de boca": con un espectacular viaje por algunas de las ciudades más emblemáticas de Sudamérica, recorriendo desde São Paulo (Brasil), tres países: Bolivia, Perú y Chile.

Después de un par de semanas de intensa planificación, nos embarcamos en un viaje de 20 días por el sur del continente: días de estrés, de agotamiento y de largos viajes nocturnos en bus, pero sobre todo ganas, optimismo y muchas ganas de ver lugares tan conocidos como Machu Picchu, el Salar de Uyuni o el Desierto de Atacama.

ITINERARIO: Floripa - São Paulo - Santa Cruz - La Paz - Copacabana - Puno - Cuzco - Aguas calientes - Arequipa - Tacna - Arica - Atacama - Uyuni - Potosi - Sucre - Santa cruz - São Paulo - Floripa.

Bien es cierto que, aunque ya lo sabíamos antes de comenzar pudimos comprobarlo después, que 20 días son muy pocos para visitar todo lo que quisimos ver, pues llegas a todos los lugares pero la mayoría no los disfrutas como se merecen. Sin embargo, menos es nada, y decidimos que mejor era verlo todo "por encima" que saltarnos algunos destinos. Aun así, son 20 días y lo que es más importante, son distancias muy grandes, y fueron muchas las ciudades que se quedaron en el camino pendientes para próximos proyectos.

Al hacer el viaje aprovechando que estábamos en Florianópolis, el recorrido a veces resulta un tanto absurdo, y es que la mayoría de información que se encuentra en foros de viajeros, el recorrido suele ser desde Santiago de Chile hacia Lima o similar, pero encontramos muy poco que se pareciese a nuestro recorrido desde Brasil.

Otro punto que aumentó la percepción de esta falta de tiempo, fue la falta de información y de facilidad para tramitar y reservar por internet, como estamos acostumbrados. Salimos con una ruta marcada que a penas daba lugar para cambiar destinos o trayectos: ERROR: En cualquier planing del viajero en Sudamérica debería estar contemplado 1 día mínimo para descansar, o para posibles alteraciones de transporte, como pueden ser que ¡las 15 empresas que hacen un mismo trayecto tengan todas las plazas reservadas porque justo ese día empiezan las vacaciones de los lugareños!

Hay que ir paso a paso, y el plan de mañana... ya se verá.

Así comienza el resumen de los 20 días de mi viaje con Yolanda, Aida, Mariangeles Jose, Maiela, Javi... y yo!

El 25 de Junio salimos de Florianópoliscon rumbo a São Paulo, donde pasamos un par de días, aprovechando que Yolanda conocía a un chico, Paulo, que nos dejó quedarnos en su casa. Paulo trabajaba de azafato de vuelos y sabíamos que existía la posibilidad de que tuviese que salir en un vuelo como tripulación de emergencia esa misma noche, y como no pudimos contactar con él, estábamos ya buscando un hostel, cuando lo vemos aparecer (uff). Es mucho más cómodo conocer la ciudad con alguien de allí, pues es verdaderamente grande y con miles de líneas de comunicación. Y aunque por supuesto uno puede defenderse solo, con alguien que conozca vas "a tiro fijo" y ahorras tiempo que de otro modo gastarías en pensar ¿como ir a...? o qué merece la pena visitar. São Paulo es la ciudad más grande de América del Sur con unos 1500 Km2 de superficie y casi 21 millones de habitantes. Nunca había vivido un tráfico igual, y es que en un autobús urbano, estuvimos hora y media para hacer 18 Km.

- DATO:

La gente que viaje en avión a São Paulo, debe saber que entre los dos aeropuertos (Garulhos y Congonhas) cada línea aérea tiene buses de comunicación entre ambos y que son gratuítos mostrando el billete de embarque. Esto es interesante para posibles escalas, o para tener en cuenta cuál de los dos queda más cerca de tu destino, y evitar precios exagerados de los taxis.

La Avenida Paulista es uno de puntos turísticos más característicos de la ciudad, ya que además de su importancia a nivel de actividad económica, destaca por ser centro cultural y de entretenimiento. Allí visitamos el famoso MASP (Museu de Arte de São Paulo), el parque Trianon, o la Casa de la Rosa. Desde luego allí los edificios son auténticos rascacielos. También visitamos diferentes catedrales, el barrio chino o el edificio de BOVESPA (Bolsa de Valores de São Paulo).

En mi opinión es una ciudad demasiado grande, abarrotada de gente y con razón es conocida como "La Ciudad del Hormigón". Es muy cierto que la gente va allí buscando trabajo y ganar dinero, pero no va buscando un lugar donde asentarse. La sensación que da tras dos días allí y al hablar con gente de la ciudad es que la calidad de vida... no es calidad (ritmo estresante, atascos constantes, robos diarios e inseguridad. El consejo que nos dieron antes de salir de casa fue: vestir sin joyas, con ropa "fea" y sin nada de valor). Sin embargo es mi opinión personal, aunque no es un destino que repetiría estoy muy contenta de haber podido visitarla aunque solo fueran un par de días. No quiero decir que la ciudad no tenga tirón turístico, y es que cada uno encuentra atractivo diferentes cosas: desde luego en oferta de cultura y entretenimiento no hay ciudad que se le equipare. Incluso con lo difícil que es encontrar cerveza "Estrella Galicia" en Brasil, allí un stand entero!

Entre todos estos planes, vimos que estaba el Musical de El Rey León y que con el descuento de estudiante en Brasil la entrada valía 90 reales en las mejores butacas (casi 30 euros). En portugués hacen una adaptación más fiel a la versión original y ya no es "porque yo voy a ser El Rey León", sino "Não posso esperar pra ser rei". Aunque sin duda lo disfrutamos, es extraño no escuchar las canciones tal y como las aprendiste siendo niño.

El 27 de Junio, salimos temprano para poner por primera vez nuestros pies... ¡en Bolivia! Desde São Paulo, tuvimos que hacer escala en Asunción (capital de Paraguay) y comprobamos las irregularidades del aeropuerto que otra gente nos había comentado: retrasos de aviones, esperas sin nadie que dé información, informaciones en los paneles incorrectas… pero con paciencia embarcamos en el avión rumbo a Santa Cruz, ciudad a la que volveríamos al final de nuestro viaje.

Santa Cruz es la ciudad más grande y la poblada de Bolivia y además, la capital económica. Llegamos allí sobre las 11 de la mañana, una hora menos que Brasil, subimos en un microbús, que sería el primero de todos los medios de transporte destartalados que cogimos en este viaje y vimos de primera mano el caótico tráfico de la ciudad.

En este mediodía, todo fueron prisas para comprar comida en un super y cambiar dinero. Debido a las prisas tuvimos que cambiar dinero a un señor en la calle ya que no encontramos ninguna casa de cambio y tampoco lo hacían en los bancos. Corriendo, nos fuimos a la estación para coger un bus nocturno de 16h que nos llevaría a La Paz.

- DATO en cuanto al cambio de dinero:

por lo general en los aeropuertos/estaciones de buses suele estar peor el cambio de moneda, pero es importante asegurarse de que después por la ciudad tendrás tiempo de buscar una casa de cambio, pues a veces compensa cambiar ya en el aeropuerto (es más caro pero tampoco exageradamente). Además, es bueno saber que en muchos sitios aceptan dólares americanos (nadie quiere reales brasileños, y casi nadie cambia euros a buen precio), por lo que a veces puede compensar llevar dólares y evitar el constante cambio de moneda entre los diferentes países.

El bus era muy confortable, de la empresa Bolívar, a 150 bs (15 euros un trayecto de 16h). Además en estos sitios es curioso que tienes que pagar derecho a andén (3 bolivianos, unos 30 céntimos), sino no puedes acceder al bus aunque hayas pagado el billete.

Es habitual que el autobús haga paradas para que se suban los vendedores ambulantes a ofrecer comida y bebida a los pasajeros. El baño del autobús estaba estropeado (y aunque no lo esté dicen que suelen cerrarlo en trayectos tan largos). Solución: señores pasajeros usen bolsas de plástico para hacer sus necesidades. Pero en las 16h de trayecto, el bus también hace un par de paradas para ir al baño (que en algunos casos son literalmente agujeros en el suelo, por lo que tienes que pagar también 1 o 2 bolivianos para que te den papel higiénico, o en la mayoría no puedes pasar).

Estos fueron algunos de los primeros paisajes que vimos en nuestro trayecto:

Amanecimos el día 28 entrando en La Paz y el ambiente que nos encontramos es muy similar a lo que podemos ver en nuestro pueblo un día de mercadillo: toldos por todas partes, gente cargando sus mercancías... El turismo es una fuente muy importante de ingresos, y todas las tiendas tienen una exposición a la calle de sus productos, lo que le da ese aspecto de vivir en un mercadillo.

La ciudad es el centro cultural del país. Incluso, en el año 2013 fue elegida una de las 28 ciudades más maravillosas de todo el mundo y es una de las 6 ciudades de América que lucha por un puesto como ciudad maravilla del mundo.

La cultura es tan diferente que solo con bajarnos del autobús, nos dimos cuenta de que serían muchas las diferencias que íbamos a encontrar, más allá de lo que podíamos imaginarnos en un principio.

En un taxi, nos dirigimos a la calle Sagárnaga en el centro de la ciudad para encontrar un hostel.

- DATO:

Llevamos unas guías de otros turistas, publicadas en foros de internet para orientarnos sobre el precio normal de los hostales, transporte y demás, sino es muy probable que al ser turista quieran cobrar precios mayores. Las guías nos ayudaban a escoger un establecimiento/transporte u otro teniendo en cuenta los precios de otras personas que ya habían estado.

Después de unos minutos, fue la primera vez que experimentamos en carne propia, aunque unos más que otros, qué era el famoso "mal de altura": marearse, fatigarse al subir una cuestecilla o un tramo de escaleras, dolores de cabeza, y acontecimientos como abrir tu desodorante roll-on y que la bola salga disparada cual pelota de pin-pon, o abrir la tapa del champú y que te sorprenda un chorro cual géiser... Desde luego a 3650m si se nota la variación de presión.

Y visto lo visto, qué mejor forma de solucionarlo que, ¡con hojas de coca! que dicen que ayuda con el mal de altura... Y aunque al principio no estábamos muy convencidos. allí es tan común que hasta venden té de coca, y hasta los niños las consumen casi diariamente. Tienen dedicado un museo a la coca (su entrada cuesta 11bs), donde nos explicaron cómo poco a poco se fue sometiendo a procesos químicos hasta obtener lo que hoy en día conocemos. Dicen que para obtener un gramo de coca, hacen falta aproximadamente 5000 hojas. Además nos explicaron cómo hay que tomarse las hojas, y es que si quieres que hagan su magia, necesitas un curso exprés.

Junto con este museo, nos dirigimos a la calle Jaén, que alberga 10 museos, y visitamos otros cuatro que comparten una única entrada a 10 bs, por ejemplo el Museo de Metales Preciosos Precolombinos o Museo del Oro o el Museo del Litoral Boliviano, donde aprendimos que Bolivia ¡tuvo costa marítima! y cómo la perdió en la guerra del Pacífico.

Aunque ya nos habíamos informado un poco del sitio que íbamos a visitar, varias cosas que nos llamaron la atención:

- las conocidas Cholas (las mujeres típicas con vestimenta y transportando mercancías sobre sus cabezas);

- los mercados callejeros y cómo se distribuye por calles (calle a: pantalones; calle b: zapatos; calle c: comida... );

- lo barato que puede resultar todo (comer un menú por 1. 5 euros, o comprar un jersey de lana por 4 euros), la exposición de pequeñas llamas (algunas disecadas y otras sin piel) para hacer ofrendas en el famoso "Mercado de Brujas";

- los microbuses con las puertas abiertas para que se baje o suba gente sin que el autobús se pare, y he de mencionar el rechazo que existe hacia los turistas en general, según nos contaron allí, parece que por temas históricos. Aunque no se puede generalizar, los lugareños son muy reacios a dar información y mantener una conversación con los turistas (a pesar de que es una importante fuente de sustento para el país).

Otra de las cosas que vivimos fue "estar tirados" en medio de la nada, cuando un bus te lleva a 2 horas 20 min del sitio donde te alojas y te deja literalmente en medio de una carretera al más puro estilo del oeste... cuyo destino está a 30 minutos caminando para encontrar el pueblo de Tiwanaku y conocer sus ruinas.

Las ruinas estaban cerradas (el momento de ir es por la mañana porque a partir de las 16:00 de la tarde cierran), pero aprovechamos porque conocimos las fiestas del pueblo, sus bailes y vestimentas de fiesta típicas.

Y como no, en La Paz también hubo momentos de fiesta, de conocer gente nueva y de hacer nuestro grupo cada vez más grande mezclando varias nacionalidades.

El último día, antes de salir de La Paz hacia Copacabana, tuvimos tiempo de ir a visitar el Valle de la Luna. Un terrero increíblemente pedregoso que se ha formado con los años debido a la la erosión que ha consumido la parte superior de una montaña, ya que el suelo es arcilloso. A día de hoy podemos ver un terreno semidesértico e increiblemente pedregoso.

Después de quedarnos muy satisfechos por nuestro paso por La Paz, la dejamos atrás el 30 de Junio para dirigirnos a nuestro próximo destino: Puno (Perú). Este autobús parte del cementerio de La Paz, y aunque la información apuntaba a que tenía horarios, los autobuses salen cuando se llenan, sin importar a qué hora. Tarda aproximadamente 4h y cuesta 20 bs.

Nos llamó la atención cuando nos hacen bajar a todos del autobús sin explicar porqué, y es que en el trayecto el autobús debe cruzar el lago Titicaca, mientras los pasajeros deben cruzar en lancha.

Al llegar a Copacabana (una pequenã isla en el lago) debíamos decidir qué hacer: visita a la Isla del Sol o a la Isla de los Uros, pues de ello dependía quedarnos a dormir allí o avanzar hasta Puno. Finalmente nos decidimos por la isla de Uros ya que parecía algo más "original", así que poco paramos en Copacabana más que para conseguir transporte hacia Puno. Si nos dio tiempo de subir al Calvario para disfrutar de unas vistas increíbles de la ciudad y del lago Titicaca, entre Perú y Bolivia, es el lago navegable más alto del mundo.

En un bus rumbo a Puno (unas 4h de viaje), cruzamos la frontera, y de nuevo a la aventura buscando sitio para alojarnos. Apenas disfrutamos la ciudad porque dedicamos el tiempo a visitar las tríada de islas que flotan en el lago Titicaca: Uros, Amantaní y Taquile.

La Isla de los Uros es totalmente diferente a lo que conocemos como isla, pues es una isla flotante que construyen ellos mismos a base de totora (buscad en Google, os aseguro que impresiona como nace algo así).

Algunas casitas tienen incluso algun panel solar para conseguir algo de electricidad. Sin embargo, está todo muy explotado hacia el turismo, con puestecitos de artesanías, incluso hasta el punto de que, parece ser, allí ya no vive nadie; solo son personas que actúan como tal (van antes de que nadie llegue y vuelven al final del día).

La isla de Amantaní (la isla más alta del mundo con 4150m) y Taquile son islas pequeñas, al estilo gallego (por ejemplo Ons). Solo las familias más "pudientes", instalan en sus casas paneles solares para tener agua caliente y electricidad.

El único ingreso de dinero que tienen en la isla, proviene de los turistas que, como nosotros, conviven todo un día con ellos, aprendiendo sus costumbres, comiendo los productos de sus cosechas y aprendiendo sus bailes con sus ropas típicas.

Por la tarde, nos juntaron a todo el grupo e hicimos una pequeña ruta hasta Pachatata (literalmente en quechua: padre montagna), un templo donde suben únicamente una vez.. Desde allí arriba, el punto más alto de la isla, después de Pachamama (madre tierra) teníamos unas vistas preciosas de toda la isla y del lago, y desde allí vimos anochecer.

A Taquile, solo fuimos a comer; a penas conocimos la isla. Nos explicaron sus costumbres y nos enseñaron como extraen el jabón, que usan para ducharse y lavar la ropa, de una planta, extrayendo su jugo machacándolo con una piedra.

De vuelta a Puno, nos pasamos a recoger las mochilas que habíamos podido dejar en el hostel y nos fuimos directos a coger un autobús (40 soles, unos 10 euros, para 8h30min de trayecto) en el que pasamos la noche y llegamos a las 5 de la madrugada del día 3 de Julio en Cuzco.

Cuando nos bajamos vimos un contraste bastante importante con todo lo que habíamos visto. Era una ciudad muy modernizada, que perfectamente podría ser una ciudad española, incluso tenía Starbucks. Todo era diferente a lo que habíamos visto en Bolivia: las construcciones, los coches, decoraciones de plazas, la vestimenta de la gente... Desde mi punto de vista una de las ciudades más bonitas que hemos visitado. Hubiera sido un lugar perfecto para estancar el viaje una semana, pero el tiempo apremia.

Habíamos contactado con un hostel desde Puno, así que nos vinieron a recoger a la estación y amablemente no nos cobraron la primera noche (solo pasamos un par de horas).

Al día siguiente nos dedicamos a conocer Cuzco y lo más importante ¡contratar el viaje a Macchu Pichu! Entramos en varias agencias y la que mejor precio nos hizo fue la agencia TanTan situada en la plaza de Armas en unas galerías (Precio del paquete incluyendo desplazamiento ida y vuelta, entradas a las ruinas y a la montaña Macchu Picchu, comidas y alojamiento = 417 soles, unos 108 euros).

- DATO:

Mucho ojo al contratar los tours a Macchu Picchu a distancia o incluso en la misma ciudad de Cuzco porque existen un montón de agencias que son ilegales. Todas deben tener su acreditación y si no la tienen expuesta teneis derecho a pedirles que os la enseñen. Existen un montón de agencias “falsas” que se dedican a timar a los turistas o venderte entradas que después no tendrás.

Otro dato que es bueno conocer es que la tarjeta ISIC (El carné internacional del estudiante)te hacen descuentos para las entradas de algunos lugares (por ejemplo en Macchu Pichu, en las ruinas de Maras…) Es posible que algunos ya la llevéis desde España, pero sino allí la hacen en el momento: solo necesitan tu certificado de estudiante (como puede ser la matrícula) en la universidad de destino y tu DNI. La oficina está en las mismas galerías de la agencia TamTam (en la plaza de Armas).

Después y más tranquilos por ya tener eso organizado, preguntamos para comer y nos recomendaron un sitio estupendo, muy barato de comida típica: chicha morado y kapchi de habas (menú del día = 8s, unos 2 euros).

Por la tarde recorrimos la ciudad, subimos hasta el mirador para ver Cuzco desde las alturas y desde allí vimos anochecer.

Y fue en Cuzco donde por fin probamos la cerveza de coca (que resultó no estar muy rica…) Los entendidos de mis amigos dicen que se parece al chacolí, una bebida vasca.

Y hasta aquí la primera parte de nuestro viaje. Si quieres saber más, continúa leyendo mi próxima experiencia. El viaje continúa en ¡Macchu Picchu!