Descubriendo Florianópolis: Floripando
Después de viajar por Brasil, llegue a Florianópolis para realizar la prueba de clasificación de portugués en la UFSC (Universidad Federal de Santa Catarina) y como si fuera un juego del destino, el primer día ya me estaba dando indicios de como serian mis seis meses en la ciudad, señales que no tuve en cuenta pero que tras el paso del tiempo comencé a percibir; una de las primeras cosas que me impresionó de la universidad fue, el gran tamaño del campus y los tres edificios sin terminar que resaltaban sobre los demás edificios, los cuales tengo que decir “son viejos y poco funcionales”, sin embargo intentaba ver lo mejor de la situación, pues hasta el momento no había entendido porque llamaban a la ciudad “isla de la magia”, creyendo en ese momento que se refería a un mal chiste.
Al pasar las primeras dos semanas, seguía sin encontrarle ninguna magia a la ciudad, diciéndome a mí mismo porque no había escogido otro destino que fuera más emocionante, sin embargo, después de la tercer semana en la ciudad, cuando comenzaron las clases, comencé a ver un poco de lo que me esperaba por descubrir; claramente como en cualquier intercambio, habían muchas personas de distintos lugares, lo que hacía fantástica la experiencia, no obstante, eso no era lo único de lo que comenzaba a disfrutar.
Para la época de carnaval, la ciudad comenzó a ponerse un poco más alegre, las personas eran más amables y sociables, la ciudad tenía un gran ambiente de fiesta que generaba emoción a todos los que estábamos allí, todas las personas estaban enfocadas en los cuatro días que duraría el carnaval y cuando este comenzó, fue aún mejor que lo planeado, el carnaval abrió con un concierto de Ludmila (una famosa cantante de funk brasileño), si no estoy mal; al evento todos los hombres iban vestidos de mujeres y la fiesta era en la calle (lo que duro cuatro días), pero, como por arte de magia, después del carnaval, la ciudad comenzó a ser más interesante y los pequeños detalles que la hacían especial, comenzaron a volverse más visibles.
Una de las cosas que más me llamaba la atención, era la biodiversidad que tenía la ciudad y los diferentes tipos de playas que habían; como no conocía muchas personas, decidí tomar el reto de descubrir la isla por mi cuenta y con los pocos amigos que había conseguido y algún conocido de clase que estuviera libre, comencé a salir de playa en playa y de fiesta en fiesta, las cuales realmente hacen honor a la fama que poseen las fiestas brasileñas de baile y calor: llegue a conocer cerca de diez playas por mes y aunque comenzaba a descubrir la cara mágica de la ciudad, fue después que empecé a disfrutar verdaderamente la vida en Floripa.
Cerca de tres semanas después del carnaval, mis compañeros de clase comenzaron a ser parte de mis planes y, aunque no compartía mucho con ellos, los lazos comenzaron a estrecharse cada vez más. Un amigo fue a visitarme durante una semana, por lo que durante 24/7 decidimos aprovechar lo que la ciudad ofrecía; playas, caminatas, restaurantes, bares, discotecas, museos, fuertes, cascadas y puntos de interés local; los lugares que conocimos durante esa semana fueron increíbles, por lo que quiero compartirles los cinco sitios que más me gustaron y que sin duda deben conocer si van a Floripa:
- Playa de Campeche.
- Fortaleza de São José da Ponta grossa.
- Santo Antonio de Lisboa.
- Playa de Matadeiro.
- Lagoa da Conceição
Floripa isla de la magia, comenzó a ser para mi desde el momento en que pude conocer cada rincón de la isla, pero, lo mejor de todo fue que, después de la visita de mi amigo, las cosas comenzaron a cambiar; en una discoteca llamada Blues Velvet, la cual es un poco alternativa, tuve la oportunidad de conocer un grupo de chicos con los cuales hice una gran amistad y se convirtieron en mi familia, con los que compartí casi todos los momentos de mi intercambio y los que me enseñaron lo que significaba ser realmente “brasileño” y tener un “jeitinho”.
Además de la gran oferta de playas que posee la ciudad, debo confesar que la ciudad también tiene una interminable oferta de fiestas para “intercambistas” y universitarios, las cuales van de lunes a domingo; la UFSC tiene diferentes fiestas a lo largo del semestre (las cuales se pueden consultar en la página de Facebook de la universidad) que varían según los organizadores.
Ciertamente las fiestas de la UFSC son fabulosas, pues si bien, llegue a disfrutar muchas de ellas, no fueron estas las que más marcaron mi intercambio; las mejores fiestas que tuve fueron algunos Miércoles en Santa (discoteca que hace fiestas para estudiantes de intercambio todos los Miércoles), 1007 (la discoteca más famosa de la ciudad, con sedes en Río y São Paulo) y la mejor de todas, Jivago social club, no porque fuera la más grande, ni la más moderna, sino porque allí conocí a quien sería mi gran amor de intercambio (el cual aún, lo sigue siendo), con quien habíamos coincidido en muchos sitios, pero con quien nunca habíamos mantenido contacto hasta ese día.
Si bien, entraré en detalles más personales, me gustaría contarles lo que sucedió aquella noche en Jivago y, antes de comenzar, sé que tal vez muchos han pasado por esto y desde mi punto de vista, estas son algunas de las cosas que hacen única la aventura de ir a un lugar totalmente desconocido, llamado intercambio; ¡ahora sí!, entrando en materia, les contare de manera resumida mi noche.
Era el cumpleaños de mi mejor amigo y después de mucho pensar a donde salir, decidimos ir a Jivago (porque nos lo habían recomendado), cuando llegamos al lugar había una enorme fila que demoró cerca de una hora, luego de entrar, comenzamos a entrar en calor y nos dirigimos a la pista de baile, pero cuando me di cuenta, había una compañera de clase que siempre me había llamado la atención por su ímpetu al hablar, se encontraba con un amigo, el cual pensé que era su novio, de lo cual, poco tiempo después, me di cuenta que no era cierto porque comenzamos a ligar un poco y como si fuera poco, comenzamos a danzar todos juntos; la noche avanzo y nos quedamos juntos hasta que la fiesta termino y lo que parecía un simple ligue de discoteca, continuo durante el uber de regreso a casa y, hasta el día de hoy.
Desde mi punto de vista, un intercambio sirve para aprender muchas cosas, pero la más importante es, conocernos a nosotros mismos, conocernos sin máscaras, sin miedos y sin prejuicios, donde estamos un grupo de jóvenes vulnerables lejos de casa, pero, con ganas de vivir una verdadera aventura sin límites.
Claramente todo continuo como estaba antes, con la gran diferencia que aquella vergüenza que tenía con mis compañeros de clase se había ido; el semestre siguió su curso y la época de verano había finalizado, sin embargo, al encontrarnos en un lugar tan diverso como Floripa, el invierno nos impulsó a conocer otras partes de la ciudad, diferentes a las playas; comenzamos a salir a lugares turísticos como Canasvieiras, Jurerê, Santo Antonio, Ribeirão y Pantano do sul, también nos adentramos en el desconocido centro de la ciudad, donde hay una gran variedad de almacenes, rodízios, centros comercales y parques; también, en una aventura más atrevida, decidimos salir de la isla y descubrir la parte continental, donde está la ruta gastronómica, el malecón y varios centros históricos más.
Aunque era invierno, el tiempo aún era propicio para ir a la playa (el mejor plan que se puede realizar en la ciudad), pero también, como quedaba poco tiempo de clases, la vida de fiestas y bares, comenzó a ser cada vez más latente en nuestro diario vivir y, si bien, un tiempo antes había comenzado a tener una relación estable, digámoslo así, esto me dio pie para descubrir la parte romántica de la ciudad.
En la isla existen varios puntos ideales para ir en pareja como Santo Antonio, el cual recomiendo por experiencia propia, en donde se puede encontrar un menú bastante variado, pues hay restaurantes de comida japonesa, italiana, árabe, de mar, pizzerías, churrasquerías, hamburgueserías, entre otros, también tiene una pequeña playa con vista al centro y al continente, en donde, con buena compañía, una botella de vino puede ser la mejor excusa para quedarse allí durante toda la noche, caminar por sus calles empedradas puede ser otra disculpa para estar con quien se quiere.
Dejando a un lado lo sentimental, la ciudad cuenta con un barrio que a mi parecer es el mejor para estar con amigos, Lagoa da Conceição, donde existe un gran número de bares, restaurantes, discotecas y tiendas, pero que, lo que realmente lo hace grandioso, es el ambiente de relajación, juventud y libertad que posee, es el barrio donde viven casi todos los estudiantes que estudian en la UFSC, quienes inventan un plan cada día, haciendo que todos los días del año exista algo que hacer; también, sin importar la época del año, recibe un gran número de turistas que van en busca de aventura, los cuales hacen fiestas al borde de la enorme laguna que atraviesa la isla (otro plus que tiene el barrio) y por si fuera poco, queda cerca de las dos de las playas más famosas de la isla: Mole y Joaquina.
Continuando con mi aventura en Floripa, comencé a realizar una caminata cada domingo, con el objetivo de conocer la mayor cantidad de senderos que hay en la ciudad (misión imposible para quien comienza tarde esta tarea), los cuales son extensos y variados; aún recuerdo mi primera caminata en la trilha (camino) de Gravatá, que parecía corta, duro cerca de 30 minutos; sin duda alguna, Florianópolis es la ciudad de las trilhas, pero también de las aventuras.
Después que las clases acabaron, comencé a sentir un gran sentimiento de zozobra que no sabía explicar, ya que lo único que sabía era que, no quería que mi intercambio acabara, pensaba en que sería de mi vida al volver a casa, dejar a todas las maravillosas personas que había conocido y claramente, que pasaría con mi relación; aunque el miedo me embargaba, intentaba disfrutar al máximo cada día y a pesar de que tenía dos meses de vacaciones más en Floripa, se me hacían demasiado cortos por ver día tras día a una persona partir.
Esta experiencia significo para mi comenzar de nuevo, redescubrirme y descubrir que, al igual que yo, existen muchas personas en el mundo con ganas de vivir, de soñar y de experimentar cosas nuevas, que un lugar desconocido puede convertirse en tu hogar y que en el momento en que menos esperas, la vida te puede tener sorpresas como un amigo para toda la vida, un gran amor o simplemente una inolvidable experiencia; puesto que, si tuviera que elegir de nuevo, elegiría Florianópolis para regresar, porque sus playas me enseñaron que en el mar existe cultura, vida y serenidad, de sus fuertes y calles históricas aprendí que, un lugar puede tener múltiples caras, en sus fiestas descubrí lo que realmente es divertirse con amigos y en sus senderos comprendí el significado de una vida equilibrada.
Sé que cada lugar en el mundo es increíble y único, no obstante la isla de la magia, realmente tiene una magia inexplicable que hace renacer a todos los que la visitan, un lugar con tantos contrastes, que parece imposible de imaginar y lo mejor de todo, un lugar que hace al menos crédulo, creer que lo imposible no existe.
Si tuviera que elegir una palabra para mi intercambio en Floripa, diría que fue memorable, si tuviera que elegir un lugar, elegiría Santo Antonio, si tuviera que elegir una playa, elegiría Mole, si tuviera que elegir una discoteca, elegiría Jivago, si tuviera que elegir un restaurante, elegiría Villa do porto y si tuviera que explicarle a alguien porque Florianópolis es tan especial, lo único que tendría para decir sería “debes comprobarlo por ti mismo”.
Por esto y muchas razones más, invito a quien no haya hecho nunca un intercambio, que lo haga, sin importar a donde, pues cada lugar es único y en cada lugar nuevo que se conoce, se encuentra una nueva familia y un nuevo hogar.
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Comentarios (2 comentarios)
Daiana Cendra hace 5 años
Hola, yo voy a postularme para una beca en santa Catarina pero me gustaría saber como es el alojamiento? Si me podrías decir
Julian Moya hace 5 años
Hola Daiana, normalemente, los,estudiantes extranjeros viven en el centrinho de la lagoa, que es un barrio muy tranquilo, con mucha vida y queda de camino entre las playas y la universidad, sin embargo tienes que tomar un bus por 30 minutos para llegar a la universidad. Otra opción es Trindade que está justo al lado de la entrada principal de la universidad y la biblioteca universitaria o los barrios de Carvoeira y pantanal que están justo detrás de la universidad.
Puedes buscar ofertas en los «clasificados da UFSC» o por la pagina de Facebook.
Normalmente, son pisos compartidos que te van a costar entre (700-1000 reales). Porque muchas veces te ofrecen estudios por el mismo precio, pero para mi, son muy caros para lo que te ofrecen (una habitación con una estufa).
Si tienes dudas, me puedes escribircontactar por. Email ([email protected]) y con gusto te ayudaré en lo que sea posible.
Saludos.