Torrijas

Este es un postre muy típico en España, sobre todo es tradición hacerlo justo en estas fechas en Semana Santa aunque lo podemos encontrar en varios restaurantes españoles a lo largo de todo el año, evidentemente de una forma más minimalista y con variaciones pero yo os traigo la receta de mi familia. En cada casa se hace una forma diferente pero evidentemente mi favorita es esta. Es bastante sencillo y los ingredientes se pueden encontrar en casi cualquier lugar por lo que es una buena forma de recordar la patria para los estudiantes que estén fuera o bien enseñarles a vuestros compañeros erasmus una receta tradicional.

Las cantidades pueden variar en función de los comensales. Para unas doce torrijas necesitaremos los siguientes ingredientes:

• Un litro de leche: yo suelo usar entera porque quedan más dulces pero para rebajar un poco la cantidad calórica puede usarse también desnatada. Nunca las he probado con leche de soja pero para intolerantes a la lactosa también es una opción, solo que cambiará algo el sabor. 

• Tres huevos 

• Una rama de canela

• Canela en polvo: a mí me gusta mucho el sabor a canela por eso suelo utilizar este ingrediente de ambas formas pero para los que no seáis muy partidarios podéis ahorraros la canela en polvo. 

• Dos pieles de naranja: también pueden ser de limón, según preferencias aunque a mi me gusta más con naranja. 

• Tres cucharadas de azúcar blanco 

• Una barra de pan de torrijas: este es el ingrediente más difícil de encontrar supongo, porque es un pan especial semidulce con la corteza blanda. Si no disponéis de este ingrediente que no cunda el pánico, se puede utilizar como variación otro tipo de pan dulce o blando. 

• Aceite de girasol 

• Algo más de azúcar para rebozar

Lo primero que hay que hacer es poner el litro de leche en una cacerola junto con la rama de canela las dos cascaras de naranja y las tres cucharadas de azúcar. Poner la cacerola a fuego lento hasta que se caliente bien, más o menos a fuego medio durante media hora. Mientras esta mezcla se cuece podemos ir cortando las rebanadas de pan más o menos gruesas al gusto, yo recomiendo que no sean muy gruesas porque si nos pasamos con el grosor pueden quedar al final con una sensación de mazacote y lo mejor del postre es la sensación blanda y esponjosa. Como he dicho una barra estándar de rebanadas de pan de torrija da para unas doce unidades contando con los extremos.

Lo siguiente que hay que hacer es batir los tres huevos con un tenedor, hay que batirlos bien como si fuese para una tortilla o para algún rebozado, es decir, hasta que se hayan mezclado del todo. Esperaremos hasta que la leche hierva y entonces hay que retirarla del fuego y dejarla templándose, nunca utilizarla en caliente. Mientras esperamos ponemos una sartén con el aceite de girasol en el fuego. La cantidad de aceite tiene que ser suficiente como para que cubra las rebanadas de pan de torrija por completo asique dependiendo del grosor echaremos más o menos cantidad. Mientras el aceite se calienta lo suficiente para freír, hay que mojar las porciones pan en la mezcla de leche (a una temperatura ya templada), es preferible remojarlas bien, que empapen mucho para que cojan el sabor y la textura blanda; y después repetir esta operación en el huevo batido. Con cada torrija ya bañada en la leche y el huevo, una vez el aceite esté lo suficientemente caliente, las freiremos por tandas con especial cuidado en que no se quemen (aunque sí se queman tampoco pasa nada, están bastante ricas igual)

Para acabar cuando sacamos las torrijas de la sartén es el momento en el que se les ha de echar azúcar espolvoreado por encima (no mucho tampoco para que no queden demasiado empalagosas) y también se les puede echar ese extra de canela en polvo, o bien dejarlas así, pero con canela adicional quedan mucho más ricas.

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